Sociedad

La historia local de la semana: los primeros «colimbas» de Dorrego

Nota remitida al Ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires que certifica la partida de los cuatro primeros habitantes de Coronel Dorrego convocados para el Servicio Militar

(NOTA CON AUDIO) – La Historia de esta semana recuerda a quienes son considerados los primeros “colimbas” de la historia de Coronel Dorrego.

El Servicio Militar Obligatorio en la Argentina fue aprobado durante la segunda presidencia de Julio Argentino Roca a instancias del general Richieri, lo debían cumplir, en principio los jóvenes de 20 años de edad y, a partir de los años 70, quienes cumplieran 18 años.

Antes de la conscripción o “colimba”, término este que sintetizaba las acciones de correr, limpiar y barrer que debían realizar los enrolados, existieron desde los tiempos de la Independencia levas forzosas para el arte de la Guerra o defensa de la Frontera.

Primero las milicias ( de ahí el termino Milico), después de la Batalla de Caseros, en tiempos de la secesión porteña las Guardias Nacionales pasaron a ocupar un eslabón hacia el ejército profesional de los tiempos de Roca.

Así es que, creado el partido de Coronel Dorrego, se designó Comandante de la Guardia Nacional, en el distrito, al influyente, Ignacio Justo Sánchez; pero la historia de esta entrega está enfocada en el día 21 de abril de 1896, cuando cuatro jóvenes de la localidad: Antonio Guerrieri, Lorenzo Ygoa, Casimiro Santana y Vicente Camarotti fueron trasladados por Ferrocarril hasta la Estación Curumalal para cumplir con el “servicio militar obligatorio”.

Son considerados los primeros convocados de nuestros vecinos para tal fin.
La partida de los cuatro jóvenes fue un acontecimiento popular ya que se sirvió un almuerzo popular en la plaza central donde asó una vaquillona con cuero.

La prensa se encargó de destacar las presencias de las fuerzas vivas del distrito y de caracterizados vecinos de la localidad cabecera como así también la ausencia del Comandante de la Guardia Civil con asiento en Dorrego, Exequiel Olivera. (Fabián Barda).

EL AUDIO DE LA NOTA

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