Viento
Escrito en Facebook por Néstor Machiavelli
Estamos obligados a convivir con ráfagas de baja, mediana y alta intensidad.
Es una constante en la vida de los que habitan en el sudeste bonaerense. La costa no se queda atrás. Un día de playa depende en buena medida de los caprichos del viento. En el día recorre los cuatro cuadrantes. Cuando sopla fuerte del este o el oeste barre la playa. Para decirlo en dos palabras, es insoportable.
Llueve de vez en cuando, cada vez menos, pero viento es lo que sobra. No hay día sin su eterna presencia y por momentos acobarda.
Los bonaerenses de esta latitud están, estamos acostumbrados. Toda una vida escuchando cada media hora en los informativos radiales la velocidad del viento, con precisión de ráfagas capaces de volar al instante un tendal de ropa recién lavada o disparar en la playa sombrillas por el aire, que se convierten en punta de lanza, con amenaza de tragedia.
Tuve el sueño de una radio en Sauce, registré su nombre -“FM de los vientos”-, imaginé su contenido siempre relacionado con poesía y música éolica. Separadores de efectos y sonidos que provoca el viento cuanto se enfurece. Hice un listado de temas con el viento como leiv motiv. Modugno asegurando que la distancia es como el viento. Lito Nebbia con el pedido al viento para que le diga a la lluvia su deseo de volar. Donald de los 60 cuando hizo furor con las olas y el viento y chucundún chucundún. Tuve el sueño de la radio pero por suerte desperté a tiempo. Comprendí que hay proyectos para cada tiempo de la vida. Por eso trabajo en la producción audiovisual para nuestro ciclo de TV.
El viento tiene mala prensa, se la ganó por persistente. Sin embargo podría escribir una crónica sobre sus beneficios. Solo basta viajar por la ruta 3 o la 51 camino a Bahía para ver los molinos de viento que cambiaron el paisaje de llanura infinita en esta región del país. El viento genera energía eólica, no contamina, es económica, silenciosa, renovable a perpetuidad. El viento impulsó las carabelas de Colón a América. Nuestros abuelos descendientes de los barcos fueron hijos del viento. Y nosotros también
El viento es diversión, remonta barriletes para alegría de los pibes. Que sería de la música sin instrumentos de viento como el saxo, el clarinete, la armónica, el oboe, la trompeta.
Regresé de la playa y comencé a escribir de mala onda esta crónica, con viento fuerte -muy fuerte- del este.
Estoy terminándola y veo que los árboles no se mueven, señal que volvió la calma justo cuando el día comienza a despedirse.
En buena hora… (10-01-23).