La languidez de la conducción
Nota de opinión escrita por Carlos Madera Murgui en http://testigosdeprivilegio.blogspot.com/
Anuncios que no son reacciones, tibias comunicaciones ( ya que según dijeron los tenían pensado desde antes), Electoral ?, como escolarmente opina la oposición al igual que la des conceptualización del uso de barbijos ? Con quién se habla?. El gobierno no sopesa lo suyo con otras piezas de poder real. Estamos siendo espectadores de historias altamente politizadas, seguramente muy importantes para sostener la marcha, pero que no son parte de esta tan especial agenda diaria del común. No impactan con lo que se está esperando. Y créanme, fuera de cualquier teoría electoral por la urgencia que cada uno le asigne a su preferencia, la cosa pasa por el apuro de todos, para resolver nuestros problemas, en mayor o menor medida, y con el alumbramiento de nuevos modos de enfrentar la pandemia, aspecto que traerá más aun, una urgencia económica con todas las necesidades diarias latentes. Si realmente, ( sacando un par de medidas muy edulcoradas), los rumores sobre movimientos del gobierno especialmente económicos estaban pensados, estos diecisiete días desde el golpe de la votación, reafirman un modo de acción, salvo la excepcionalidad de nuevos funcionarios, que habría que mirarla para el 14/11, sino directamente hacia el 2023. La prolijidad del gobierno de Alberto Fernández, se contrapone, para una comparación cercana con la capacidad de reacción de los gobiernos de los Kirchner, donde el expresidente principalmente, gozaba de una notoria capacidad de intransigencia y enjundia política, con escenarios parecidos o tal vez más adversos, ejerciendo el poder,( o al menos el que podía, ) en un esquema que por fuera de los constitucionales, juegan otros mandos como poderío y dominio desde hace muchos años. Hace pocos días, vi de un archivo por televisión a un diputado peronista, hace 47 años, y en encendido mensaje, advertir que la cámara y sus escaños iba a ser ocupada por Ceos de empresas. Estaba rumbeado y vé por estos días, que esos puestos menores (como citó alguien alguna vez), no interesan a los verdaderos dueños de todo. Tienen empleados que llevan adelante esas tareas, ya sea en la divulgación masiva o en los poderes legislativos, judiciales, gobiernos provinciales, municipales o directamente en la acción a partir de patrimonios y posesiones oligopólicas en las producciones de alimentos, bienes o servicios. El gobierno no tiene tiempo, y no lo apura el calendario de las elecciones, lo está apurando el pueblo, donde después del blanqueo íntimo del FDT, con la puerta abierta, y discutiendo más afuera que adentro, (cosa bienvenida en la mayoría de los propios), la languidez de la conducción, después del cambio de caras inclusive, con alguna pieza indispensable recuperada, parece económicamente y políticamente enyesado, sin capacidad de satisfacer los largos y consabidos pases de factura de dolientes al sol, y no a empinados economistas, que no siempre opinan en consonancia con la necesidad del pueblo. Todos estamos ansiosos, las necesidades, repito, en un nuevo clima de actualidad y movimiento societario interrumpido drásticamente desde marzo de 2020, colaboran con esa ansiedad. Todos esperamos y deseamos recuperarnos prontamente de lo que nos ha dejado la pandemia y sus múltiples efectos. Pero estamos necesitando otro tipo de presteza habilidad, y prontitud histórica que esté a la altura de la gravedad de todas las encrucijadas que nos subordinó la peste. Los cambios son ayer, el shock distributivo no alcanza a ver la luz. Eso se espera, e insisto, por encima de las expectativas de una elección.
Por casa, festejamos literalmente, no tener más casos de Cavid 19 en el partido, inmensamente importante después de tantos meses y esfuerzos, y muertes, a la par de un no menos valioso trabajo de vacunación, donde Dorrego, como todo el país, y el mundo entero, parece resurgir de una larga noche de pesadilla. Las discusiones sobre cuidados, estrategias, miradas intencionadas, políticas, de creencias, ideológicas,(algunas de estupidez sencillamente,) marcaron por mucho meses, terribles momentos vividos con la pérdida de familiares, o coterráneos conocidos. No sería ésta entonces la etapa del atolondramiento, donde volvamos a las andadas, en algo que todavía no se fue, y que seguramente disfrutamos las sonrisas del estar bien, y no el sufrimiento que jamás va a menguar por la desaparición de alguien. (02-10-21).