Gustavo Thiessen sobre el crecimiento del maíz en el sudoeste: «Se han derribado perjuicios»
Por una mayor adaptabilidad, por rentabilidad y por las bondades en la rotación. Son las tres razones invocadas por el ingeniero agrónomo Gustavo Thiessen, consultor de mercados agrícolas, acerca del crecimiento inusitado de los últimos años del cereal que ya desplazó a la soja: el maíz.
El dato no es menor cuando la referencia se hace respecto del sudoeste bonaerense, donde el cultivo tiene cada vez más interés por parte de los productores.
“Cambió mucho el mapa respecto de los cultivos de siembra y en nuestra región se incrementa la demanda por información”, agregó.
“Desde 2008 a la fecha se ha modificado el concepto de manejo por parte del productor ya que, además, se evolucionó mucho en cuanto a genética”, sostuvo el Thiessen, desde nuestra ciudad, al diario bahiense La Nueva.
“Hoy se han derribado perjuicios. Esto representa un cambio de paradigma, porque el productor del SOB ya tiene familiarizado un sistema de producción mixto”, aseguró.
En nuestra región, hace más de 10 años el promedio de maíz por hectárea era de 4.500 kilos, pero hoy se aprecian lotes de hasta 10.000 K/H.
“Y antes se utilizaba tres veces más de semilla. Hoy es uno de los pocos cultivos que al reducir un costo muy importante, que es la semilla, eleva los promedios productivos. Es decir, se cosecha más invirtiendo las ecuaciones y, por ejemplo, ese dinero (por las semillas) se destina ahora a fertilizantes”, explicó Thiessen.
“En el sudoeste bonaerense se han multiplicado las hectáreas de maíz en estos años. Y no sólo como maíz de primera, sino que cada vez más se trabaja más con maíces de segunda en fechas tardías de siembra”, indicó.
“Por ahí no te podés ir a Coronel Suárez, por las heladas, pero en la región cercana a la costa, en hasta 30 o 50 kilómetros, el maíz de segunda funciona muy bien. Por ejemplo, con siembra a fines de diciembre o a comienzos de enero con los conocidos como precoces, de ciclo corto y explosivo. Requieren de un paquete tecnológico un poco más exigente, pero hasta pueden entrar en la rotación”, agregó.
El analista, quien también es asesor y administrador de establecimientos agrícolas, dijo que el maíz se torna también interesante para la ganadería, en función de la terminación de animales.
“Hoy casi todos los establecimientos ganaderos tienen algunos lotes con rotación de maíz”, aseguró.
La competencia con la soja se resolvió a partir del (actual) menor precio de la oleaginosa y por las complejidades en el manejo de las malezas, más allá, en nuestra región, de un menor requerimiento de agua.
También aludió al precio actual de un commoditie como el maíz, que ronda los 210 dólares por tonelada, donde las ecuaciones aparecen más sencillas de cerrar si se realiza un buen manejo y acompaña el clima.
“También es cierto que las empresas invierten mucho para el mejoramiento del cultivo y suman eventos. Ahora está el sistema Enlist, que es una tecnología muy buena, más allá de todos los preemergentes para el control de malezas que, en girasol o soja, es mucho más complicado de enfrentar”, añadió.
“¿Por qué se continúa sembrando soja y girasol? Por dos razones. Porque la cosecha de girasol generalmente es a mediados, o fines, de marzo y otorga liquidez. Y con la soja sucede algo parecido: está cuando se necesita dinero, en abril, y el productor demanda recursos para pensar en la fina. Esto es, por una caja segura y, además, por rotación, claro”, explicó.
Aludió a un aspecto clave respecto de la producción maicera en el sudoeste bonaerense y, también, en una importante superficie de la provincia de La Pampa: la cercanía al puerto de Ingeniero White.
“En el año 2012, cuando surgió la difusión de siembra en baja densidad para el maíz, se empezó a generar información en distintos organismos, como Aapresid, donde se anticipaba de una eventual zona núcleo para este cultivo, sustancialmente porque se podía desarrollar entre 100 y 200 kilómetros respecto del puerto”, relató.
“Hoy, el flete es un costo de impacto directo y por eso sembrar en el SOB es un negocio que les cierra a todos”, dijo Thiessen.
“Cuando el maíz estaba a 140 dólares (la tonelada), sólo tenían rentabilidad aquellos productores que se encontraban cerca de los puertos. El resto debía manejarse para la provisión para feedlots, balanceados y demás”, recordó el consultor.
También dijo que el maíz tiene mercados muy diversos.
“Hoy existe mucha demanda para balanceado y este es otro punto que asegura un mercado. Porque el maíz es el grano de mayor cantidad de subproductos a nivel comestible, desde etanol hasta aceites”, describió. (La Nueva.). (01-09-21).