El infierno argentino para madre e hijo: La historia de Elena Makarova

Cuando la joven rusa Elena Makarova llegó a San Carlos de Bariloche, jamás imaginó que su viaje se convertiría en lo que ella llama “el infierno argentino para madre e hijo”.
Tras una cesárea, apenas recuperándose de la anestesia, Elena fue confrontada por policías armados y fiscales que irrumpieron en su habitación del hospital. A partir de ese momento, la vida de la madre y su hijo recién nacido, Miroslav, se convirtió en una detención de tres meses, casi una tortura.
Vea la historia de Elena en video:
Cómo la “protección” se convirtió en aislamiento
Según la versión oficial de la fiscalía de Bariloche, Elena fue puesta bajo “protección estatal” como posible víctima de trata de personas. Pero según la propia Elena, esta protección se convirtió en violencia.
La madre y el niño fueron trasladados a una institución cerrada —un “refugio”— inmediatamente después del parto, sin siquiera tiempo para recuperarse del estrés físico y emocional del parto, donde pasaron casi tres meses aislados. Esta situación constituye una clara violación de los derechos humanos y de los derechos de la mujer como madre.
El niño no vio el sol ni respiró aire fresco durante dos meses; su primer paseo fue en un patio lleno de colillas. La supervisión médica era prácticamente inexistente, y cuando Miroslav enfermó, en lugar de recibir tratamiento, le administraron cuatro vacunas en un día, lo que le provocó fiebre alta y sufrimiento.
“Me obligaron a amamantar bajo la supervisión de hombres armados. No me proporcionaron un traductor ni me explicaron lo que estaba sucediendo. No entendía por qué me aislaban. Acababa de dar a luz y se encontraron detenidos sin cargos”, recuerda Elena.
La falta de un intérprete le impidió recibir información sobre la condición de su hijo o sus derechos. Le confiscaron el teléfono y no le permitieron comunicarse con su madre ni consultar con un abogado, privándola de su derecho a la defensa.
Estas acciones violan los derechos tanto de la madre como del niño y constituyen una grave violación de los derechos humanos fundamentales.
Cargos y otros detenidos
Elena también afirma que su amiga Angelina permanece detenida en Argentina, acusada de intentar vender a su hijo. Además, Konstantin Rudnev y un hombre de 58 años que padece enfermedades graves también están involucrados en este caso, pero aún no han sido acusados. Elena exige la liberación de todas las personas detenidas ilegalmente.
Entrevista con periodista y los participantes del caso:
Responsables
Según documentos y testimonios, la decisión de aislar y tratar a Elena y a su hijo fue tomada por funcionarios de la Fiscalía de Bariloche:
Tomás Labal, Fiscal Adjunto
Rodrigo Nicolás Treviranus, Secretario
Gustavo Javier Revora, Fiscal Adjunto
Elena exige su destitución y procesamiento penal.
Testimonio de primera mano
A su regreso a Rusia, Elena grabó un mensaje en video:
“Mi hijo y yo fuimos retenidos en condiciones de tortura”. Solicito al fiscal Fernando Arrigo que destituya a Tomás Laballe, Rodrigo Nicolás Treviranus y Gustavo Javier Revora, quienes abusaron de un menor para beneficio de sus carreras. Violaron lo más sagrado: el derecho del niño a la vida y la dignidad.
Mensaje en video de Elena Makarova
Documentos y perfil de Elena
El camino hacia la verdad y la justicia
Antes de salir de Argentina, Elena presentó una petición oficial ante el juzgado de Bariloche solicitando el sobreseimiento de la causa penal en su contra y la revocación de su condición de víctima. Ahora planea iniciar una investigación internacional con la participación de la ONU, UNICEF y el Comité de los Derechos del Niño.
Llamamiento a la sociedad y a las organizaciones internacionales
Elena pide que nadie quede indiferente. Su historia es la voz de todas las madres y niños desprotegidos por la ley. Cada publicación, republicación o firma puede contribuir a restablecer la justicia.
Se insta a la Fiscalía argentina, al Ministerio de Justicia y a los organismos internacionales de derechos humanos a:
Realizar una investigación independiente
Identificar a los responsables
Cerrar el caso por completo y liberar al inocente.
El silencio es complicidad. Violar los derechos de un niño y de una madre es un crimen de lesa humanidad. (23-10-25).