LA DORREGO

Leif, René, Esas pequeños cosas

Escrito por Néstor Machiavelli en Facebook

Leif Larsen y René Favaloro. Uno hijo de daneses, otro de sicilianos; Pescador de Monte Hermoso, médico rural de Arauz. Los dos apasionados por el mágico encuentro diario del sol con el horizonte.

Mientras remaba mar adentro en procura del sustento diario de la pesca, Leif disfrutaba los amaneceres, la irrupción del sol anunciando el día desde esa difusa línea imaginaria que une cielo y mar. Favaloro en cambio vivía enloquecido por los atardeceres. Cuando el oficio de médico rural le daba un respiro, se sacaba el guardapolvo y partía a las afueras de Jacinto Arauz a ver la puesta del sol entre caldenes y vuelo de calandrias. Siempre repetía que de la vida lo único que nos vamos a llevar son “esas pequeñas cosas. Cada vez que escucho esto, siento que es un mimo que baja del cielo para nuestro ciclo de TV que lleva ese nombre.
Mañana sábado a partir de las 21 hs, la Televisión Pública transmitirá en directo la entrega de los Martín Fierro Federal, con que APTRA premia producciones del interior del país. Nuestro ciclo está nominado en el rubro mejor programa de documentales. Todo estímulo que valorice el trabajo de realizadores siempre es bienvenido.

ESAS PEQUEÑAS COSAS tiene un largo recorrido que comenzó hace poco más de 25 años con el reportaje al inolvidable Leif Larsen. Y hoy estamos disfrutando la repercusión del último estreno, la historia de René Favaloro en los años que fue médico en Jacinto Arauz y la relación que lo unió con médicos e instituciones de Bahía Blanca.

ESAS PEQUEÑAS COSAS comenzó a emitirse en la Capital en medio de dos programas de investigación que tuve el placer de integrar y donde coseché amigos entrañables. A comienzos de los 90 “Edición Plus” en Telefé y años después “Zona de Investigación” en Azul Televisión. Es más, quienes formaron parte del equipo de producción de ESAS PEQUEÑAS COSAS, fueron compañeros camarógrafos, editores y guionistas, con los que trabajamos juntos y mucho aprendí en los años de Edición Plus y Zona de Investigación.

Claro que disfruté la etapa del periodismo duro y puro en estos ciclos de tv, pero internamente sentía que entre pícaros, corruptos y cámaras ocultas se me escapaba de las manos y del corazón cosas de todos los días que aprendí a valorar y disfrutar en el pueblo y la geografía de la infancia. Vecinos que todas las tardecitas sacaban la silla a la vereda para observar lo que sentados en el living de la casa ningún televisor y computadora nos puede mostrar.

Asi nació este ciclo, convencidos que cada persona, por simple que parezca, como un piedra inexpresiva, esconde una diamante en su interior y el desafío que asumíamos era encontrar ese diamante y mostrárselo a la gente.

Repito una y mil veces que las historias y personajes que nutren el programa están al alcance de la vista y de la mano, nos observan , nos guiñan el ojo a la pasada. Solo hay que observar lo que otros pasan sin mirar o inmersos en la pantalla del celular, detenerse, reclinarse y recoger esas historias como margaritas silvestres que crecen en la banquina del camino vecinal, en la vereda del colegio del barrio o en trincheras de pequeñas o grandes guerras.

Estoy convencido que muchas de estas historias simples y cotidianas trascienden a los realizadores y con el paso del tiempo se vuelven eternas y universales. (22-09-23).

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