Cultura

Las historias de amor de nuestros abuelos, de la mano de una escritora de Oriente

“Todas estas historias tienen como denominador común a gente que en diferentes momentos de la historia en general, y de la suya en particular, eligió a la Argentina como destino y que en el medio se cruzó con una historia de amor que tiene tintes de novela”.

Nuevamente la época en que nuestro país era un lugar de arribo y de esperanzas, y no de incertidumbre y de partida. Nuevamente personas comunes, corrientes y reales a quienes la vida les planteó una encrucijada. Nuevamente relatos que no siempre terminaron bien, pero que fueron lo suficientemente intensos, vívidos y determinantes como para merecer ser inmortalizados. Nuevamente alguien que quiere conocerlos y contarlos. Nuevamente un libro. Nuevamente Diana Arias.

Este nuevo Amores invencibles, una suerte de continuación de aquel Amores inmigrantes, la obra que abrió la saga hace apenas dos años, vuelve a adentrar al lector en los recovecos de los primeros años del siglo pasado, en verdaderas pasiones que fueron inmortalizándose en el boca en boca, en los cuentos de los abuelos, en una ronda de mate, y que ahora salen a la luz.

“Yo solo escuché lo que pasó y lo cuento –se excusa la periodista y escritora-. Intuitivamente he ido seleccionado algunas cosas que me apasionaron y que me parecía que tenían un cierto gancho, y que terminaron decantando en estos ocho nuevos relatos”.

Lo cierto es que a partir del primer libro todas estas historias le fueron cayendo una detrás de la otra: personas que las habían vivido o no las habían sobrevivido, que tenían antepasados que habían llegado a nuestro país solo con una valija y una pena (o dos) en el corazón, u otras que habían sido fruto lícito o sin reconocer de una pasión de esas que, justamente, parecen pertenecer solo a otros tiempos. Todas, absolutamente todas, tenían y tienen algo para contar.

“Aquellos eran tiempos muy diferentes, porque estas personas venían a la Argentina y no tenían idea de cómo era el paisaje donde iban a vivir o trabajar… Esa actitud casi aventurera de dejar todo y confiar en el destino, largándose en un barco a ciegas para construir una nueva vida, es lo que reflejo», cuenta.

La advertencia vale y se cae de madura: si no todas las historias de amor terminan con el “vivieron felices y comieron perdices”, ¿por qué todas estas sí iban a hacerlo?

“En absoluto. No es un amor romántico el que recreo; hablo de historias que no siempre terminaron bien. De hecho, en el libro hay dos que finalizan de una forma casi trágica; otras terminan muy bien”, explica.

En las páginas de este Amores invencibles – Historias apasionadas de inmigrantes en Argentina se cruzan y conviven, por ejemplo, la vida de una mujer que se enrola como enfermera para escapar de su casa paterna, que conoce a un médico en la primera guerra mundial y con quien tiene un romance de película, haciendo cosas increíbles en el campo de batalla, para quedar embarazada y enterarse que era casado; él volverá con su familia y ella se abrirá camino en la vida, al otro lado del Atlántico, en nuestro país.

También está el relato de las dos primeras mujeres que se casan por iglesia en la España de 1900, con una de ellas vestida como hombre. Fueron denunciadas, casi cayeron presas y escaparon hacia Portugal para arribar como inmigrantes a estas tierras.

Todas estas personas tienen un denominador común: en algún punto, llegaron a nuestro país huyendo, esperanzados o buscando nuevos aires. Armarán, reconstruirán y vivirán su vida aquí y, sobre todo, tendrán una historia para dejar a quienes los sucedan.

“Algunas son historias disruptivas, distintas. También está la de una mujer montenegrina de clase alta que en un barco conoce a un polizón que venía a Salta a construir el Tren de las Nubes. Sí, es casi como lo que se puede ver en la película Titanic. En un momento comenzarán a escribirse cartas, ella se cambiará el nombre, viajará al norte desde Montevideo y terminarán juntos”, comenta.

Para quien sabe buscarlas, recibirlas, recolectarlas y atesorarlas, las evidencias de estas historias sobran.

“Me encanta escribir sobre estos temas. A partir de Amores inmigrantes, la gente me pedía que contara también su historia; hay una necesidad de que estas cosas sobrevivan. Eso es un poco lo que hago: transmitir. Esto nace también de mi lugar como periodista, de escuchar y contar lo que las personas te expresan”, resalta.

Por ahora, la idea de abandonar esta rama de la literatura no la seduce demasiado: entiende que todavía quedan muchas cosas por decir, muchas por sacar a la luz, muchas más por contar.
“La ficción no me tienta aún. Tengo todavía la necesidad de escuchar y decir lo que la gente me expresa, aunque sí me llama la atención investigar sobre determinados personajes como también lo hago con estas historias de amor. Me sigue interesando mucho qué hay detrás de esas personas que llegaron desde otros lugares del mundo y eligieron Argentina como destino”, cuenta.

Los relatos de esta nueva obra refieren a inmigrantes que –por una razón u otra- arribaron desde España, Italia, Francia, Alemania, India o Rusia a la Argentina, como lo hicieron tantos otros en los últimos años del Siglo XIX o en los primeros del XX, buscando nuevos horizontes y oportunidades. Si bien todas estas historias fueron muy diferentes, todas estas personas lograron atravesar y vencer las adversidades que tenían frente a ellos, muchos vivieron grandes aventuras y, como explica Diana, “se refugiaron en el amor para salir adelante y nos dejaron profundas enseñanzas”.

“Creo que la gente se va a sentir identificada con alguna de estas historias, ya sea por la suya propia o tal vez por la de sus abuelos”, consideró la periodista y escritora de Oriente. (Fuente La Nueva). (30-04-23).

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba