El calvario de ser médico en pandemia: «Hay personal con desequilibrios y tratamiento psicológico»
A partir de la llegada del coronavirus, los médicos se ganaron un respeto que, sin lugar a dudas, merecen desde hace mucho tiempo y que pocos reconocían hasta la llegada de la pandemia. De hecho, luego de que el presidente Alberto Fernández decretara el comienzo del Aislamiento Social y Obligatorio, fueron muchos los argentinos que salieron a apoyar la labor del personal de salud con el famoso aplauso de las nueve de la noche que, mes a mes, se fue escuchando cada vez menos.
Durante los primeros treinta días, cientos de miles de vecinos en todo el país salieron a sus balcones o ventanas para aplaudir y, sobre todo, reconocer el esfuerzo de los empleados de la salud que diariamente combaten la pandemia y tratan los contagios, en ocasiones, sin los elementos de seguridad indicados y poniendo en riesgo su propia salud.
Pero si la situación del área de la salud ya era alarmante antes de la pandemia, su cuadro se agravó luego un año después de la llegada del virus al país. El elevado registro de casos de los últimos días, batiendo récords, debido a un excesivo relajamiento de la sociedad volvió a poner en jaque un sistema totalmente desgastado y que, desde hace más de 365 días, no tiene descanso.
De hecho, Vanina Kanoore Edul, miembro de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva y trabajadora del Hospital Fernández, reveló el calvario que sufre el personal sanitario a un año del inicio de la pandemia. «Hoy somos menos, porque hay gente que dejó de trabajar por situaciones personales vinculadas a la exigencia del trabajo, al gran estrés, al agotamiento y también a los contagios que tuvimos entre nosotros», relató.
Depresión, infartos, poco descanso, estrés e intentos de suicidio, entre varios otros males, son los problemas que actualmente atraviesa el personal sanitario sin ningún tipo de respuesta y ayuda. Al mismo tiempo, decenas de profesionales se quedaron sin trabajo a pesar de que la falta de médicos en el país es alarmante, mientras que otros denuncian que no recibieron las dos dosis de la vacuna a pesar de ser personal esencial.
BigBang dialogó con Marcelo Userparter (MN 80136), uno de los médicos que estuvo siempre al pie del cañón reclamando mejoras salariales para sus compañeros y alertando sobre las dificultades que atravesaba el personal de salud para combatir al pandemia. Actualmente, a sus 57 años, 34 en la profesión y más de 15 años de estudio, se encuentra sin trabajo y el sistema le dio la espalda en medio de la crisis sanitaria más feroz en la historia del país.
A más de un año de la llegada de la pandemia, ¿cuál es tu situación?
– Estoy abajo la lona. Tuve un infarto en 2019 y a causa de eso tengo dos estents. Estaba trabajando para OSDE, cuando en marzo del año pasado tuve que dejar de ver pacientes presenciales debido a mi condición de personal de riesgo. Pedí que me pasen al Triage, para hacer el seguimiento de pacientes que pudieran tener COVID, de manera online, pero con el pasar de los meses me quedé sin trabajo.
Al llegar septiembre ya estaba en la lona y en octubre tuve que dejar mi departamento en Belgrano, porque ya no tenía ingresos y no tenía cómo pagar. Desde entonces estoy viviendo de prestado, me mudé a Flores e inicie acciones legales contra OSDE. Allí trabajé durante 12 años por 40 horas semanales. Ahora en marzo arranco el juicio, pero que tiene para 5 años.
– Estoy abajo la lona. Tuve un infarto en 2019 y a causa de eso tengo dos estents. Estaba trabajando para OSDE, cuando en marzo del año pasado tuve que dejar de ver pacientes presenciales debido a mi condición de personal de riesgo. Pedí que me pasen al Triage, para hacer el seguimiento de pacientes que pudieran tener COVID, de manera online, pero con el pasar de los meses me quedé sin trabajo.
Al llegar septiembre ya estaba en la lona y en octubre tuve que dejar mi departamento en Belgrano, porque ya no tenía ingresos y no tenía cómo pagar. Desde entonces estoy viviendo de prestado, me mudé a Flores e inicie acciones legales contra OSDE. Allí trabajé durante 12 años por 40 horas semanales. Ahora en marzo arranco el juicio, pero que tiene para 5 años.
A raíz de mi condición de mediático, al ser la cabeza de las marchas de los médicos y la voz que reclamaba aumentos y mejores condiciones de trabajo, no conseguí ningún laburo. Ahora me están bancando en un lugar de Quilmes, pero a fin de mes me tengo ir. Dentro de dos semanas me voy a quedar en la calle: mandé más de 700 currículum, pero en general buscan chicos recién recibidos para pagarles poco y manejarlos como quieren.
Lo que pasa es que pagan cada vez menos. Yo soy nefrólogo. Los pacientes te llevan, si es muy simple la visita, 40 minutos. El pago que me ofrecieron en José C. Paz fue de 350 pesos por consulta. Hace un año que estoy sin trabajo, cuando el área de salud pierde diariamente médicos o enfermeros que abandonan literalmente la profesión por el inmenso estrés que le generó la pandemia.
¿Fuiste vacunado por ser trabajador esencial?
-Recibí la primera dosis de la vacuna china Sinopharm, como médico independiente, el 25 de marzo y me pospusieron la segunda dosis para dentro de 120 días. Después de tres o cuatro semanas, la primera dosis de la vacuna china ya no sirve. La única vacuna que se puede estirar es la de AstraZeneca. La excusa que me dieron es que no tenían suministro para dar la segunda dosis, porque querían vacunar a la mayor gente. Pero la vacuna, sin la segunda dosis no sirve.
¿Cómo ves la situación epidemiológica del país?
– Hay cuestiones sobre el sistema de vacunación que no tienen coherencia. El otro día cancelaron los turnos de vacunación en La Plata afirmando que un partido de fútbol es más importante que vacunar a la gente. Pero no solo en La Plata, River, que estaba vacunando también en su sede, suspendió la vacunación por el partido. Hubo un montón de personas a las que le llegó la cancelación mientras hacían la cola.
La semana que viene vamos a superar los 30 mil casos por día. Seguimos con bajo testeos, que están dando un 30% de positividad. Para bajar la curva hay que tener un porcentaje del 10% de los testeados: acá está dando tres veces más. Falta personal de salud en un montón de lugares, no hubo licencias ni vacaciones en el personal de salud, y las paritarias fueron desastrosas.
El salario total de un residente de primer año quedó en 58 mil pesos trabajando 100 horas semanales y con una línea de pobreza de 56 mil. En 2016 la paritaria fue del 13% con una inflación del 40. En 2017 fue de 18%, con una inflación de 25. En 2018, se firmó el 25% y la inflación fue del 47. El año pasado fue del 23% y la inflación llegó al 36. Llevan una atraso los médicos de alrededor de un 120 por ciento, partiendo de sueldos bajos.
¿Qué pasó con «Médicos Autoconvocados de la República Argentina»?
– Eso se fue desarmando porque cada uno de los cientos de médicos que la integraban fueron tomando su camino. Yo sigo estando, pero el grupo se desarmó porque nadie era activo y esperaban que uno haga todo. Hicimos un par de marchas más, luego de las numerosas que salieron en la televisión, donde no fue prácticamente nadie. Llegamos a ser solo 10 personas los que reclamamos por última vez frente a Casa Rosada.
Lo único que sigue vigente y peor es la pandemia. Hice un proyecto de Ley, que presente en el senado, de honorarios médicos basados en los que dicen los colegios médicos provinciales, que afirman que estamos debajo de la mitad de nuestro salario. Ellos, el año pasado, afirmaban que una consulta debería costar 2000 pesos y actualmente se está pagando 500. Una hora médica debería ser de tres mil y la hora en promedio es de $300.
Sin menospreciar, una chica de limpieza cobra entre 250 y 350 más viáticos. Lo mismo que un médico. Estoy en una fase de depresión. No tengo ingresos para bancarme y encima el personal de salud está cobrando peor que en países como Paraguay, Perú y Bolivia.
¿Cómo afectó en el personal de salud, sobre todo en los terapistas, la pandemia?
– Muchos médicos dejaron de trabajar por el cansancio extremo. Todos tienen miedo de perder su laburo, como me pasó a mi por hablar. Se solucionaron muchas cosas parciales, muchas prepagas les pagaron a sus empleados, se entregaron materiales de protección, pero en general el panorama empeoró.
El médico está muy cansado y hay personal con desequilibrio y tratamiento psicológico al que no le pueden dar de baja porque no hay personal para reemplazarlo. Una enfermera está ganando 28 mil pesos trabajando 100 horas semanales, el personal de limpieza gana el triple yendo a trabajar a domicilios particulares…
Hay médicos que sufren trastornos psicológicos varios porque se está trabajando a destajo con una carga extraordinaria de horas y estrés. Hay gente que tiene que reemplazar a otra gente. Colas de dos cuadras de personas que quieren ser atendidas con solo dos médicos de turno. En terapia hay ocupaciones monstruosas donde no se da a basto y trabajan médicos que no están capacitados para hacerlo.
Esto causa un estrés muchísimo mayor y para al que tienen que asesorar porque no está capacitado es peor. Hay una sobrecarga muy grande. Esto es un virus que, por suerte, no mata a mucha gente. La tasa es baja, pero el problema es que contagia a mucha gente y esto provoca que cierren empresas o un deterioro muy grande de la economía.
¿Consideras necesarias las últimas restricciones anunciadas por el presidente?
-Yo creo que lo que tratan de hacer con estas restricciones es disminuir las reuniones clandestinas que se hacen de noche. Creo que viene por ese lado y que no van a lograr gran cosa porque es difícil de controlar. En la calle de 10 personas, siete ya no usan barbijo. Hubo una relajación total de parte de la sociedad. Lo ideal sería hacer testeos masivos, pero la realidad es que estamos en el 10 por ciento de los que habrían que hacer por día. (Big Bang News). (10-04-21).