(CON AUDIO) La historia de la semana: Un Progreso centenario
POR FABIÁN BARDA
Corría el año 1918, el país transitaba la experiencia del primer radicalismo con Hipólito Yrigoyen como líder popular y presidiendo el país. En estos terruños, un Intendente joven, Antonio B. Costa, ya había avanzado en algunas de sus obras fundamentales: ampliación del hospital, alumbrado público y había licitado la obra del adoquinado.
A unos kilómetros del despacho de Costa, más precisamente en El Perdido o Guisasola, como porfiaba en llamarse, nacerá la institución considerada decana del futbol dorreguense: El Club Atlético y Recreativo Progreso.
El 1 de noviembre de 1918, un grupo de vecinos se reunió y decidió fundar una institución que, con el tiempo se convirtió en la misma importante, trascendente y centro de la vida social, cultural y deportiva del pueblo.
Fue su primer presidente Pedro Balda.
Si bien pasará a ser la institución más antigua de nuestro medio existe un antecedente a los “verdinegros”, ya que en 1916 se había fundado “Los Invencibles” que con la creación de la nueva institución desaparecieron.
La fundación de El Perdido data del 18 de abril de 1901, desde unos años antes ya se habían radicado en la zona inmigrantes alemanes del Volga que le darán un perfil definitivo a la población. Quizás el nombre mismo de “Progreso” surja de las ansías mismas del deseo de superación de los “rusos” como popularmente se los ha bautizado.
Toda una historia tejida alrededor de una institución que más allá del fútbol cumplió y cumple una función social insustituible. En “Progreso” hubo cine, teatro, carreras cuadreras, bochas, jineteadas, bailes familiares y el desarrollo de fiestas como “La de la clase”, única en su género y tan apegada a la tradición de los “guisasolenses”.
Desaparecidos “Los Invencibles” y, finalizada , en la década del ’30, la experiencia de “Los Indios”, el otro Club que surgió para hacerle sombra al “verdinegro”, este se consolida, definitivamente, en la pasión del pueblo más futbolero de nuestro distrito.
Y el futbol de Progreso comenzará a pagar con triunfos el tributo de su pueblo.
Será el primer Campeón de la Liga Dorreguense en 1962 y repetirá en ocho ocasiones más: 1987, 1988, 1994, 2000, 2001, 2009, 2010 y 2012.
Más allá de estos logros, merecidos, ansiados y festejados, cada domingo que juega Progreso es una verdadera fiesta del fútbol.
No importa si se es local en el “Pepe Avello” o en Dorrego, Monte u Oriente, la cita con la pasión no claudica, se transmite de generación en generación, se conoce la historia de esta gente que no se llama por los nombres sino por los apodos que también son un sello distintivo del “ser guisasolense”.
Progreso es el núcleo de la vida social y cultural del pueblo. En sus instalaciones se proyectó Cine , se organizó un grupo de Teatro. El club organizó carreras de caballos, automóviles y hasta una jineteada con el mítico caballo “El Zorro”.
Desde su escenario hicieron bailar a la gente desde “La Continental” del Feo Matti hasta CHEO entre los grupos locales y presencias rutilantes como las de Héctor Varela y su gran Orquesta Típica, Enrique Rodríguez y su orquesta de todos los ritmos y Donato Racciatti.
También desde allí actuaron, Los Chalchaleros, Los Huanca Huá, Jaime Torres, Ariel Ramírez y la Misa Criolla, Alberto Castillo y toda la dinastía Arranz (Las Hermanas Arranz, Tito Arranz y Karen Arranz).
Progreso es El Perdido y el Perdido es Progreso, es la síntesis de la unión de un pueblo con sus colores. Los cien años son los del festejo grande, con la mirada puesta en los noventa y nueve que pasaron y que, como legado, compromiso, historia grande, invitan a seguir progresando.
Felicidades!!!