Ecos de la memoria: “Boulevares y Avenidas”
POR FABIÁN BARDA
Hace un siglo, exactamente, la fisonomía de la novel localidad cabecera del partido de Coronel Dorrego, tenía unos 28 años, adquiere su perfil definitivo que, más allá de los avances y retrocesos de la última centuria, en materia de ornamento y embellecimiento ciudadano sin dudas fue avanzando pero manteniendo un perfil que se lo otorga obras significativas en el tiempo y que forman parte del patrimonio histórico como el empedrado, los “boulevares”, avenidas, la Plaza Central rodeada por la vieja (hoy Centro Cultural) y “nueva” (tiene casi 40 años) Municipalidad, la Iglesia, la Escuela N° 1 (aún con la reforma que lleva varias décadas), un poco más allá de ese núcleo central el Templo Evangélico, los Teatros Español e Italiano, el Cine San Martín y los Bancos Nación, Provincia y Pampa donde alguna vez funcionó el Fénix y luego el Banco Dorrego.
El cambio lo trajo el anuncio, el 15 de junio de 1918 del Intendente Municipal, Antonio B. Costa, con la realización de la obra de adoquinado que fue inaugurado en los Carnavales de 1919.
A cuarenta cuadras del corazón de la ciudad se le colocaron adoquines que pasaron con el tiempo a ser un signo distintivo del paisaje urbano, valorados desde lo patrimonial e histórico hasta su aporte al eco sistema ya que no son pocos los que hablan del efecto regulador de la temperatura y el drenaje en los días de lluvia.
Comienza en el año 1918 y se termina en 1920. La empresa constructora “BRUZZI y LOMBARDI” realiza una obra muy completa. En enero de 1919, el Intendente A.B. Costa presenta una queja al Jefe de la Estación del F.C. Tandil, habían reparado que en cada vagón faltaban casi siempre de 50 a 100 adoquines, llegando ya a faltar 1.300.
En 1921, Costa remite nota al Intendente de Olavarría con los antecedentes de la empresa constructora, indica que el adoquinado utilizado es de calidad “común especial granito azul” asentado sobre una base de arena de 15 cms de espesor. Precio $ 5,80 el metro cuadrado para el frentista $ 3 el metro lineal. – $ 0,80 centavos la remoción del cordón antiguo.
Ya las cuadreras que se corrían en fechas patrias frente a la plaza central fueron desplazadas unos trescientos metros por Santagada hacia la salida de “El Cristo”.
El paso siguiente fue el arreglo de la Plaza Principal (no se llamaba todavía Manuel Dorrego) y, desde la propia administración comunal se consideraba que “habiéndose ya adoquinado las cuatro cuadras alrededor de la Plaza principal, propone el Intendente la construcción de un “kiosco” para la Banda, debiéndose además cambiar los bancos por otros más modernos. Corría el año 1919.
Cuatro años después entrará en escena en nuestra historia la figura del Boulevard, así entre “boulevares” y ”avenidas” iremos reconociendo bajo distintas denominaciones a las primitivas calles centrales ya que bajo la Intendencia de otro radical, Roberto S. Maciel cuando se aprueba la construcción de una “rambla” en el Boulevard Constitución (hoy Avenida Santagada).
En los años cincuenta se sacaron las ramblas y los “boulevares” se convirtieron en “avenidas”.
No menos ajetreo tuvieron los “bautismos” de esas dos arterias significativas, entre los vaivenes de los tiempos políticos y de los reconocimientos merecidos, pasaron por varios nombres.
Así fue que la actual “A. Ricardo Fuertes” se llamó alguna vez “Uriburu” y también “República” y “Santagada” fue “Constitución” y en los festejos del cincuentenario del distrito paso a ser “Roca”.
Pasamos de los vaivenes de la política con el sello Conservador de “Uriburu” y “Roca”, al sesgo republicano del radicalismo de los años ´40 y ´50 con “República” y “Constitución”, a la comprensión final con “A. Ricardo Fuertes” y “Santagada”. (Fuente: Ecos de mi ciudad).