-Señor, señor. Se le cayó algo del bolsillo.
-Uh, gracias pibe. ¿Cómo andás?
-Bien, pero usted es Don Cacho. No lo había conocido con esa barba larga.
-Sí, pibe. No es por moda: el calor me da pereza hasta para afeitarme.
-Y, sí, está bravo. Me imagino que está al tanto de todo lo que ha sucedido en Dorrego.
-Por supuesto. Se ha roto con esa especie de mito que en verano nunca pasa nada en la ciudad. He seguido todos los acontecimientos por la radio y por su página. Evidentemente, no han sido los días más fáciles del gobierno de Raúl Reyes.
-¿Y qué opina?
-¿De cuál de los temas?
-Empiece por lo de Ullmann.
-Como el tema está en la Justicia, habrá que esperar a que se expida para saber si lo ocurrido es un delito…
-Pero eso que dice es una perogrullada, Don Cacho. Arriesgue, diga algo más contundente, no me arrugue. No nos escucha nadie.
-Me interrumpiste justo, porque te iba a decir que lo sucedido es grave. Una obra sin permiso, que benefició a un funcionario municipal. Insisto en que más allá de lo que se resuelva en el ámbito judicial, en lo político, este hecho seguramente quedará grabado a fuego en la memoria de los vecinos y se recordará por mucho tiempo. El gobierno de Reyes había sufrido dos protestas con pocos antecedentes en la ciudad: el paro de médicos en reclamo de mejoras salariales, y la manifestación de camioneros en la municipalidad, enojados porque se les impedía usar los dos accesos a Dorrego. Pero ambos conflictos fueron desactivados en pocas horas.
-¿Usted cree será un caso bisagra?
-Sí. Cada gobierno ha tenido un episodio que lo ha marcado para siempre: las bolsas de cemento en el de Crego, la “hermanita perdida” en el de Testani y el caso Echeto en el de Zorzano. No son los únicos errores que han cometido estas administraciones, pero sí son los hechos que siempre afloran en la memoria colectiva. Probablemente, con el paso del tiempo, esta irregular obra de cloacas se transforme en el “Caso Ullmann”, y sea, parafraseando a Guillermo Nimo la “perla negra” del gobierno de Reyes.
-Coincido con usted Don Cacho. Además, más allá de la decisión judicial, al menos este tema contradice una de las típicas sentencias de los dirigentes, funcionarios, concejales y seguidores del centenario partido: “la prolijidad administrativa de los gobiernos radicales”. En esta obra hubo, cuanto menos, un “grave error administrativo”: una obra hecha sin autorización del Ejecutivo ni ordenanza del Concejo y, después, el proyecto del Ejecutivo para que se haga una obra que ya se hizo.
-Es así pibe. Y está bien que la oposición esté muy atenta y haga un férreo control de los actos de gobierno. Recuerdo que durante los 8 años del único gobierno justicialista local, los concejales del radicalismo, y hasta el propio comité, hicieron una oposición muy dura, elaborando varios pedidos de informes, denunciando algunos hechos graves y otros muy menores.
-Además del trabajo de la oposición, son en estos momentos donde suelen recobrar fuerza las rencillas internas de todo partido gobernante. Permitame un ejemplo futbolero: cuando el equipo gana, las diferencias en el vestuario se disimulan, abundan las sonrisas; cuando llegan los traspiés, a los disconformes con alguna decisión del técnico les cuesta ocultar su enojo y -siempre en off the record- empiezan a cuestionarlo. Sé que algunos radicales de paladar negro reprochan por estas horas -por ahora en voz baja- algunas designaciones de funcionarios jóvenes, inexpertos en la función pública y con nula militancia partidaria. Pero más allá de nuestras propias elucubraciones, me contaron que hay funcionarios que han hecho trascender, fuera de micrófono, cámara o grabador, que la Justicia bahiense desestimó la denuncia de Barcelona porque consideró que no hubo delito.
-Es decir, tenía razón Ullmann cuando dijo que era sólo un error administrativo…
-No sé Don Cacho. Sólo sé lo que algunos funcionarios andan comentando. Y que eso habría levantado el ánimo del intendente Reyes, porque también me dijeron que Raúl había quedado muy golpeado con este caso.
-Puede ser, pero después, la barredora hundida en los adoquines, frente a su propio despacho, seguramente le volvió a dar un dolor de cabeza.
-¿Y de eso qué opina, don Cacho?
-No soy ingeniero ni opinólogo pibe, pero supongo que algo se hizo mal en la obra de desagües porque antes no pasaba. La barredora no es el primer vehículo que ha transitado o estacionado frente a la municipalidad. Incluso, el adoquinado ya se había roto antes de este accidente. Además, en la radio, el propio Mario García (director de Obras Públicas), hablando en el programa de Fabián Barda, reconoció que hubo un error y adelantó que se va a colocar una losa arriba.
-Y menos mal que el conductor de la máquina no sufrió consecuencias personales, sino el hecho podría haber tenido consecuencias peores.
-Sí, pibe, menos mal. Volviendo al principio de la charla: no han sido las horas más felices del gobierno de Reyes y esto lo demuestra algo mucho menos trascendente: después de varios días sin una gota de agua de lluvia, el viernes, media hora antes de los carnavales, con todo montado para el show, comenzó a precipitar y se suspendieron los festejos.
-Pero es una frivolidad eso, Don Cacho. Y se van a festejar este viernes.
-Sí, pero cuando la mano viene torcida, a veces cuesta enderezarla.
-¿De la oposición tiene alguna novedad?
-No pibe, sólo me llamó la atención que dos fuerzas políticas que supuestamente tienen las mismas ideas están haciendo, cada una por su lado, campañas de recolección de firmas contra la reforma previsional: una en la unidad básica del PJ, calle Perón, y otra en la sede de Unidad Ciudadana, en Yrigoyen.
-Pero está bien, Don Cacho, lo que abunda no daña. Y más en una causa justa…
-Puede ser, pero tengo algo de información. Y la distancia entre ambas agrupaciones de la oposición no se da solamente por las cuadras que separan a un local partidario del otro. Las diferencias habrían surgido porque desde La Campora y corrientes cercanas creen que ni el PJ ni los candidatos locales militaron con entusiasmo la candidatura a senadora de Cristina Fernández para las elecciones del año pasado.
-Mire que interesante observación. Ahora que lo menciona, si mal no recuerdo, los pocos carteles que aparecieron en la calle de la exPresidenta fueron colocados por militantes de La Cámpora y de otros sectores que integran Unidad Ciudadana, pero no como parte de la campaña local.
-Bueno, pibe, me voy, está subiendo la temperatura y ya te dije que sufro mucho el calor.
-¿Y qué hace un jubilado como usted, encerrado en su casa?
-Escucho la radio, leo (ahora estoy con la biografía de Monzón escrita por Carlos Irusta) y sigo algunas series de Netflix, de las que me volví adicto.
-¿Qué me recomienda, Don Cacho?
-Hay dos españolas muy buenas: La casa de papel (sólo está la primera temporada) y Gran Hotel (son tres temporadas). Y si te gustan los thrillers psicológicos, mirá The Sinner.
-Ya las anoto. Nos vemos en la próxima.
-Chau pibe, que sigas bien.
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