Honraron a Belgrano a orillas del Río Quequén Salado

POR GUSTAVO BLÁZQUEZ

El Río Quequén blandió su mejor espuma, la más blanca, en la víspera para formar los colores patrios durante el acto por el aniversario del fallecimiento del General Manuel Belgrano.

Fue en la orilla dorreguense, junto a la ex hidroeléctrica en cercanías de la localidad de Oriente, cuando se realizaba el acto protocolar por el Día de la Bandera que estuvo presidido por el intendente Raúl Reyes, acompañado de funcionarios, concejales, consejeros escolares, otras autoridades abanderados, y público.

Mientras, en lo alto de la Barranca que circundaba el lugar de la conmemoración se izaba el Pabellón Nacional, Walter Lagos, pausadamente y dándole el valor justo a cada palabra leía un texto pronunciado por Manuel Belgrano: «Soldados, hijos dignos de la patria, camaradas míos: dos años ha que por primera vez resonó en estas regiones el eco de la libertad y él continúa propagándose hasta por las cavernas más recónditas de los andes; pues que no es obra de los hombres sino del Dios Omnipotente, que permitió a los americanos que se nos presentase la ocasión de entrar al goce de nuestros derechos: el 25 de mayo será para siempre memorable en los anales de nuestra historia, y vosotros tendréis un motivo más recordarlo, cuando en él, por primera vez, veáis la bandera nacional en mis manos, que ya os distingue de las demás naciones del globo, sin embargo de los esfuerzos que han hecho los enemigos de la sagrada causa que defendemos, para echarnos cadenas, aún más pesadas que las que cargabais».

Luego de la entonación del Himno Nacional Argentino, habló la vecina Susana Antonacci, quién se refirió a los valores inclaudicables de Manuel Belgrano y de la marcada importancia que le daba a la educación, enumerando las escuelas que se crearon bajo su impulso en el siglo IXX.

Susana Antonacci, dejó bien en claro su pensamiento respecto de lo que pregonaba y propulsaba el creador de la Bandera; dijo: «es verdad que la segunda casa de un niño debe ser la escuela, pero la primera escuela tiene que ser la familia»; con ésto trajo hacia nuestros días los ideales de Manuel Belgrano poniendo sobre relieve que debemos imitar los valores y la integridad del prócer argentino.