Producción

Apicultura: una buena cosecha en un contexto complicado

Foto: archivo. Gustavo Di Rado (en la foto, a la izquierda) analizó el presente de la actividad.

Por Gustavo Di Rado, productor apícola local

El presente de la actividad apícola, como hace aproximadamente 10 años, se ha venido complicando debido al proceso de “tecnificación del agro”, lo que usualmente se denomina siembra directa. ¿Qué implica? Un mayor uso de herbicidas, pesticidas, fertilizantes y semillas transgénicas, provocando la pérdida de floraciones silvestres, disminución de las praderas y despoblación de colmenas.
La suma de estos factores impacta directa y negativamente sobre la producción apícola, poniendo en peligro la sustentabilidad debido al achicamiento de la rentabilidad. Para entenderlo: si hablamos de rindes, hace 10 años, un promedio de 45 kilos por colmena era lo usual. Actualmente, si llegamos a los 30 kilos estamos hablando de una cosecha aceptable, teniendo en cuenta de que hubo años de 9 kilos (también influyen directamente los factores climatológicos.
La clara constatación es que en zonas donde se desarrolla más la ganadería que la agricultura, o en campos mixtos, la apicultura no ha sufrido un impacto tan visible en sus rendimientos ni tampoco en la mortandad de abejas, situación que nos permite corroborar la hipótesis planteada.
Aunque resulte obvio, cabe mencionar que la utilización de los paquetes tecnológicos en la agricultura no se aplica para perjudicar a la apicultura, pero es una consecuencia visiblemente comprobable.
La última cosecha. En nuestro distrito, con aquellos apicultores que fueron consultados, se puede establecer que los rindes de la última cosecha estuvieron entre los 30 y los 35 kilos de promedio. Se trata de un resultado insospechado para la mayoría, debido a la ausencia de precipitaciones en los meses de diciembre y enero, situación que puso en riesgo los resultados finales. Favoreció el hecho que veníamos de una muy buena primavera.
En cuanto a la otra variable, que no maneja el productor, es el valor de la comercialización. El incremento del valor por kilo se dio por la suba del dólar. Esto lo resaltamos porque no siempre ha ocurrido, no somos formadores de precios y estamos sujetos a lo que el mercado te ofrece, pero no siempre que el dólar aumentó el productor lo vio reflejado en el valor de comercialización.
Considerable merma. En el distrito de Coronel Dorrego supo haber alrededor de 120 productores apícolas, pero en la actualidad, y desde hace un tiempo, persisten apenas 30. Esto trae aparejado que exista un 60% menos de colmenas. Estas proporciones son una constante en toda la Provincia de Buenos Aires y también en el resto del país. Seguramente la baja rentabilidad provocó que muchos apicultores buscaran otra opción como complemento o tuvieran a la apicultura como un mejoramiento de sus ingresos. Y están aquellos que, definitivamente, se dedicaron a otros emprendimientos.
Por otro lado, no se percibe en nuestro distrito el interés de jóvenes por dedicarse a la actividad y por eso no se da el recambio natural que se necesita para ir reemplazando a los productores que por edad hemos cumplido una etapa.
Desafíos. Uno de los principales desafíos es intentar convivir con los actuales procedimientos de laboreo en la agricultura, tratando que éstos se circunscriban como máximo sólo a la parte sembrada. De hecho, ya existen productores agrícolas, con el asesoramiento de ingenieros agrónomos, que no fumigan calles y alambrados como sí hacían en otras épocas, constatando que esto es perjudicial para los sembrados. La poca floración que persiste en estos lugares nos asegura el polen (alimento) que necesitan las colmenas para su desarrollo, solucionando una parte de la problemática.
Que la apicultura siga siendo rentable no sólo es importante para los productores y sus familias, sino que también hay que tener en cuenta la importancia que tienen los insectos polinizadores para la producción de alimentos (entre ellos, el más visible es la abeja), debido a que el 75% de las plantas necesitan ser polinizadas. Por esta razón tenemos un motivo más que suficiente para seguir enfrentando el desafío y encontrar, entre todos, la forma de mejorar el presente.
Otro desafío es transmitir a los jóvenes la pasión, conocimiento, constancia y esfuerzo que ponemos a esta actividad, a pesar de todos los obstáculos citados, para que siga existiendo una salida laboral cierta ante la escasez de fuentes de trabajo. Se trata de una actividad que, pese a los condicionamientos, en condiciones climatológicas y de comercialización favorables permite la recuperación del capital invertido en forma rápida y posibilita vivir dignamente de recolectar un alimento sano, como es la miel, producto valorado y consumido en el mundo.
Parafraseando a Berto Di Frangia, uno de los hombres que trajo la apicultura a gran a escala a Dorrego, iniciador y maestro de muchos colegas, “la abeja nunca te deja a pie”. Los que llevamos algunos años en el rubro pudimos entender y constatar la veracidad de una frase simple, pero elocuente por su autenticidad, la que de alguna manera marcó laboralmente nuestro camino y nuestras vidas.

FUENTE: MARCA REGIONAL(LA NUEVA)

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