Política

«… Y es justamente en el voto donde minimizan su costado demócrata»

Foto: Sergio Etcheverry

POR CARLOS MADERA (*)

La costumbre de vivir y actuar en democracia, al menos en períodos de gobernantes y representantes elegidos en un sistema que como cualquier realidad es perfectible, pero que nos ha llevado a no apuntar ya como un logro, aparece como un proceso bien edificado sólidamente entre todos los argentinos.

El autoritarismo y adhesiones a prácticas antidemocráticas, solo quedan en prácticas, aunque vivas entre mucha gente que añora gobiernos militares puntualmente o toda cosa que se les parezca, y es justamente el voto en donde minimizan su costado demócrata. Hay que entender que ciertamente allí, solo empieza el asunto. Para todos vivir en democracia, impone el respeto y el ajustarse a normas constitucionales, y es cierto, que gobiernos democráticos no han respetado ni respetan, amparados en poderes de control que dejan su celo para lo trivial, y siempre en defensa del más fuerte.

No obstante, el sistema tiene todas las fichas, por eso en cada renovación de la democracia moderna desde 1983, días menos o más del 10 de diciembre, con algún interregno que no sirvió más que para tomar impulso, y que impulso, no debemos hablar de otra cosa que de esperanza oxigenada.

La asunción de nuevos concejales en el Deliberativo local, también en el Escolar, aunque aquí no habrá mucha discusión, acercan a todos y digo a todos, una nueva posibilidad de renovar expectativas en mujeres y hombres que supimos elegir, y tal vez es esto lo más importante, disfrutamos el derecho hasta de equivocarnos, en la elección de nuestros representantes.

Acaso, no tomemos verdadera dimensión cuanto emitimos el voto, pero sí luego cuando ese ciudadano o ese grupo que preferimos, comience a decir y actuar en relación a lo que sentimos, a lo que necesitamos, y a lo que pensamos. Por eso es muy importante casi fundamental diría, no perder de vista que quienes ostentan puestos o representaciones a los que se nos permite escoger, están allí porque la mayoría o la cantidad que necesitaban para estarlo, lo quiso.

No existe componente más importante y determinante que la voluntad popular. Claro que están todos los requerimientos legales, orgánicos, administrativos, constitucionales y hasta partidarios que autorizan finalmente, el derecho a ocupar un lugar, para algo que ha sido elegido por el pueblo. La sesión de asunción aludida, me pareció atípica, distinta, sin fisuras estatutarias, democrática ante todo, pero no racional políticamente hablando.

La bienvenida dada, puntualmente al concejal Barcelona, distó bastante, más allá de estrictamente legal y reglamentario, de ser un recibimiento acogedor al Cuerpo. Me pareció fuera de contexto, la destemplada exposición del concejal Segurola en cuanto a pedir explicaciones políticas partidarias, recordar otras, personalizando una despedida que no hacían al espíritu de la sesión, donde muchos coterráneos protagonizaban uno de los momentos más importantes, no ya en la política, sino en su vida misma, sin temor a exagerar. Por otra parte, si bien la sesión era preparatoria para la jura de los ingresantes, ciertos parámetros que rodean a las actividades de cada uno que quienes asumían se conocían con anterioridad, incorporando con dogmáticas actitudes, muy de moda, muy de hoy, muy de la nueva política, judicializar o entorpecer con amenazas, la posibilidad cierta de hacerlo, deberían haberlo hecho y no dejarlo jurar.

La esperanza en nuevos actores, en nuevos ciclos, en toda cosa que comienza está por encima de todo, a lo cual no solo hay que predicar, hay que llevarlo a la práctica,… porque el consenso, el buen trato, la convivencia política, aflora precisamente cuando no se está de acuerdo. Nos esperan días de debate, como siempre ansiamos, digo como en cada renovación, esta vez, las cosas parecen más claras, o no parecen, son más claras.

Las ideas, como un todo están representadas sin más presunciones. La hora, como todas las vividas, no es fácil, debemos confiar todos, en quienes hemos escogido, seguramente todos quienes están allí no nos escamotearan esa ilusión y ese derecho.

(*) Conduce Dorrego Despierta, de lunes de viernes, de 7 a 9.

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