LA DORREGO

(Con video) Un manto rojo cubrió la costa entre Mar del Plata y Necochea

El Atlántico sur despertó con una postal inusual. Desde Mar del Plata hasta Necochea, el mar se vistió de rojo, como si evocara aquellas antiguas crónicas de navegantes que hablaban de mares embravecidos y misterios insondables. Pero aquí no hay mitos ni leyendas: la explicación está en la naturaleza misma. Una marea inusualmente alta arrastró a la costa una cantidad descomunal de algas rojas, generando desconcierto y molestias entre los visitantes y residentes.

El fenómeno comenzó a manifestarse el sábado y rápidamente se extendió por las playas bonaerenses. Lo acompañó un intenso olor salobre, producto de la descomposición de las algas, pero según los expertos, no implica riesgos para la salud.

NO ES MAREA ROJA
El doctor en ciencias naturales Adonis Gergi, investigador del Conicet, explicó que no se trata de una marea roja (fenómeno asociado a microorganismos tóxicos), sino de un desprendimiento masivo de algas que habitan en aguas profundas. “Se liberan por el impacto de las tormentas o por un proceso natural de senescencia“, indicó Gergi, recordando que episodios similares han ocurrido en otras oportunidades.

El bíologo Luciano Valenzuela, por su parte, descartó que se trate de una especie invasora. “Son algas nativas, que crecen en los fondos rocosos. En este caso, la combinación de grandes oleajes y mar de fondo ha generado su arrastre hasta la orilla“, explicó.

OPERATIVO “LIMPIEZA”
En Necochea y Quequén, el municipio organizó un operativo para retirar la acumulación de algas, que en algunos sectores llega a extenderse por más de 600 metros. Según informó Matías Sierra, secretario de Turismo, las tareas comenzarán el viernes a primera hora con maquinaria pesada y continuarán por la tarde con el barrido habitual de la arena. “El objetivo es que las playas estén en condiciones para recibir a los turistas el fin de semana“, aseguró.

Mientras las mareas continúan su eterno vaivén, la escena recuerda otras postales del litoral atlántico: como aquellas crónicas del siglo XIX que describían los bancos de lobos marinos confundidos con embarcaciones hundidas, o los relatos de pescadores que encontraban el agua teñida tras las grandes tormentas de invierno. Hoy, la explicación es simple, pero la imagen sigue despertando asombro. (Infocielo). (21-02-25).

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