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La encefalomielitis equina se expande y productores piden acceso a vacunas

“Estamos con mucha incertidumbre y angustia. Cuando pensábamos que nos íbamos a reponer de la sequía, llegó esta enfermedad que está matando a nuestros caballos”, dice Erika Solís, productora en un tambo familiar y delegada de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) en San Vicente. Se refiere a la encefalomielitis equina, una infección transmitida por mosquitos, que ataca el sistema nervioso de los caballos, para la cual no existe tratamiento, aunque sí una vacuna que es difícil conseguir.

“Existen tres tipos de encefalomielitis equina: la del Este, la del Oeste, y la de Venezuela”, explica la bióloga y doctora en Ciencias Naturales Soledad Santini. “Son enfermedades infecciosas de denuncia inmediata y obligatoria, producidas por virus transmitidos por mosquitos, siendo las aves sus principales reservorios” detalla.

El ciclo biológico de esta infección va “desde las aves a los mosquitos, y estos a su vez infectan a los equinos, hospedadores definitivos; y a los seres humanos, hospedadores fortuitos”, señala Santini, quien es investigadora del Conicet; presidenta de la Red Argentina de Investigadoras e Investigadores de Salud (RAIIS), e integrante de la Red de Mujeres en Diálogo Ambiental.

Hasta el momento no se han reportado casos positivos ni se ha comprobado la transmisión de persona a persona en la Argentina. No obstante, “los seres humanos y los animales domésticos susceptibles pueden padecer la infección y desarrollar la enfermedad, aunque carecen de capacidad de transmitir el virus. La transmisión directa sólo fue observada entre aves”, destaca la investigadora y subraya que “el cambio climático, con la modificación de las temperaturas y el régimen de lluvias, alienta la proliferación de mosquitos, que son el principal vector de esta enfermedad”.

Esperando las vacunas para la encefalomielitis equina
Los primeros casos de encefalomielitis equina en Argentina se reportaron alrededor del 20 de noviembre en las provincias de Corrientes y Santa Fe. El último brote en el país de esa enfermedad había sido en 1988.

“A fines de noviembre empezaron los primeros casos en la zona del Gran La Plata, y los primeros días de diciembre llegó acá a San Vicente. Hoy tenemos unos 150 casos. Algunos se reportan y otros no”, describe Erika Solís, y destaca: “esto nos afecta emocional y económicamente, porque los caballos son parte de nuestra familia. Estamos gastando fortunas en atención veterinaria e insecticidas, y rogando que lleguen las vacunas”.

Desde la autoridad sanitaria nacional, el SENASA, se emitieron las alertas correspondientes y se recomendó implementar acciones de manejo ambiental para disminuir las poblaciones de mosquitos, evitando la acumulación de agua y desmalezando terrenos, y evitar el traslado de animales, a excepción de que cuenten con certificado de sanidad.

Respecto a la fumigación, “no es una medida de prevención dado que solo actúa sobre mosquitos adultos y no sobre las larvas; y además no tiene efecto residual, con lo que es una acción a corto plazo”.

Si bien existe una vacuna para prevenir la infección en equinos sanos, ésta dejó de fabricarse en el país y actualmente el laboratorio local Tecnovax -fundado en 2003 por ex investigadores del CEVAN (Centro de Virología Animal, dependiente del CONICET)-, está retomando su producción.

El lunes 11 el laboratorio recibió la aprobación de ANMAT para disponibilizar en el mercado unas 70 mil dosis de la vacuna a un valor de casi 4.000 pesos la dosis.

Mientras tanto, Erika y miles de pequeños productores a lo largo del país esperan poder acceder a las vacunas que eviten la muerte de sus animales y afecten aún más la ya delicada situación de sus emprendimientos productivos. (Tiempo Argentino). (20-12-23).

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