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Las mordeduras de perro fueron incluidas en el Boletín Epidemiológico Nacional: las razones de la decisión

El Ministerio de Salud decidió empezar a incluir las lesiones por mordedura de perros en el Boletín Epidemiológico Nacional. La intención es contar con un registro de estas lesiones. Especialistas explican qué se sabe hasta ahora sobre el tema y qué hay que hacer ante una herida de estas características.

El anuncio lo hicieron en el Boletín de la semana epidemiológica 19 (del 7 al 13 de mayo) y se concretó
en la semana 20 (del 14 al 20 de mayo). La incorporación forma parte del apartado “Herramientas para la vigilancia, prevención y respuesta”.

“Continuando con la implementación del manual de normas y procedimientos de vigilancia y control de eventos de notificación obligatoria, desde la semana epidemiológica 20 de 2023 se encuentran habilitados en el Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS) los eventos incluidos en el subgrupo lesiones no intencionales consensuados en la última actualización”, detallan en el Boletín.

Y señalan: “La lesión por mordedura de perro es la agresión más frecuente de los animales al ser humano. Este evento surge de una estrecha convivencia que se ha visto modificada por el desarrollo y la urbanización, resultando en diversas modalidades de vínculo entre las personas y los caninos”.

Según el mismo texto, tiene “relevancia para la salud pública debido a las múltiples consecuencias que puede traer, no sólo las relacionadas con las enfermedades zoonóticas graves como la rabia sino, en especial, por las lesiones de diferente gravedad con posibles secuelas incluida la muerte, daño psicológico, impacto social y costos económicos diversos”, aportan al respecto.

También se refieren a los números asociados a estas lesiones. “En Estados Unidos, por ejemplo, cada año sufren mordeduras de perro alrededor de 4,5 millones de personas. De estas, casi 885.000 recurren a asistencia médica; 30.000 se someten a procedimientos reconstructivos; entre el 3% y el 18% contraen infecciones, y se producen entre 10 y 20 fallecimientos”, advierten.

“En otros países de altos ingresos, como Australia, Canadá y Francia, las tasas de incidencia y letalidad son comparables. En España, los niños menores de 14 años presentan un riesgo 4 veces mayor que los otros grupos etarios”, agregan.

Hay menos información disponible en Argentina. En el Boletín de la semana 20 precisan que, “según los datos surgidos del Sistema de Vigilancia de Lesiones a través de sus unidades centinela, fueron atendidos 6.245 personas por mordedura de perro entre 2004 a 2014”.

Y que “el principal grupo etario afectado es el de niños entre 5 y 9 años. Las lesiones descriptas varían en gravedad desde simples excoriaciones hasta politraumatismos graves”.

A su vez, citan cifras locales de la Dirección de Estadísticas e Información de Salud (DEIS), del período 2005 y 2011, en el que registraron 7.481 egresos por mordeduras de perros, representando cinco egresos por esta causa cada 10.000 del total.

“En el 60% de los casos los afectados fueron varones, presentando la mayor concentración de casos los menores de 5 años. El 50% de los afectados estuvieron al menos dos días internados. En cuanto a la gravedad del evento, entre el 23% y el 37% requirió intervención quirúrgica. Asimismo, según los registros de mortalidad de la DEIS, en ese mismo período se reportaron 38 muertes”, suman.

Los objetivos de esta vigilancia, según la misma fuente, son “estimar la magnitud del evento e identificar a poblaciones afectadas, caracterizar epidemiológicamente los casos graves y muertes como consecuencia de estas lesiones y al agente agresor y las circunstancias en las que se da el ataque”. También gestionar la información para “llevar adelante acciones de seguimiento”.

La mirada de expertos

Angela Nakab, pediatra del Hospital Pedro de Elizalde, dice que “es importante que se lo considere un tema de salud pública porque es una lesión relativamente frecuente”.

Sostiene que las posibilidades de infección por este tipo de mordeduras son bajas, de entre un 5% y un 15%: “En niños grandes y adolescentes, las heridas suelen registrarse en brazos y piernas mientras que en los más pequeños y lactantes, en la cara o el cuello”.

“Hay que analizar también si se trató de un accidente en el marco de un juego o si el perro mordió al niño sin ninguna interacción previa para evaluar un posible caso de rabia”, comenta Nakab.

Los perros callejeros son peligrosos por la falta de controles sanitarios.
El procedimiento, ante la mordedura, es lavar bien la herida con agua y jabón lo antes posible y visitar una guardia. “Si la lesión es en brazos o piernas, hay que elevar el miembro dañado e inmovilizarlo”, agrega.

Es clave saber si la persona mordida recibió su vacunación antitetánica o si tiene que repetirla y, en los casos en los que el perro sea desconocido o no cuente con su carnet de vacunación para confirmar que tenga las aplicaciones antirrábicas correspondientes, el afectado deberá iniciar un plan de vacunación antirrábica, según la pediatra.

Liliana Papalia, que es médica clínica, señala que más allá de la vacunación y las medidas de profilaxis ante el riesgo de infección, en muchos casos se requiere un tratamiento con antibióticos.

Coincide en que resulta fundamental limpiar bien la herida y que puede que sea necesario suturar. Además, es posible que la persona tenga que quedar internada, depende de si la herida es superficial o si generó daños en músculos, tendones, por ejemplo, lastimó el rostro del paciente.

Ramiro Heredia, médico clínico del Hospital de Clínicas José de San Martín, concuerda en que “es un evento de relevancia para la salud pública”.

“Siempre los profesionales de la salud tenemos que denunciar la situación a las autoridades sanitarias, detallando en qué condiciones se produjo y haciendo referencia a la sanidad del animal, las lesiones ocasionadas, así como los tratamientos instaurados y el seguimiento del caso”, cuenta.

Las mordeduras se relacionan “con lesiones traumáticas, infecciones bacterianas y enfermedades zoonóticas graves, como la rabia”, resalta.

Riesgo de contraer rabia

“La rabia es una enfermedad viral prevenible mediante la vacunación, que afecta a más de 150 países y provoca decenas de miles de muertes al año, principalmente en Asia y África”, destaca Heredia.

“En el 99% de los casos de transmisión a los humanos, la enfermedad es contagiada por perros. Por eso, se puede prevenir vacunándolos. Si se cree que se ha recibido una mordedura de un animal rabioso, se deben aplicar medidas profilácticas. Hay que lavar de inmediato y a fondo la herida con agua y jabón durante 15 minutos, aplicar una serie de vacunas antirrábicas, y administrar inmunoglobulinas antirrábicas”, explica.

Los perros y la vacunación

En tanto, el veterinario Walter Pérez señala que los perros deben recibir su primera vacuna antirrábica a los tres meses de vida y que hay que repetir la aplicación anualmente.

“El dueño va a recibir un certificado de vacunación antirrábica que tendrá que mostrar en caso de que su mascota muerda a otro animal o a una persona”, asegura Pérez.

Y agrega: “Independientemente de esto, durante los 10 días siguientes a la mordedura, el veterinario debe hacer un control antirrábico al animal para confirmar que no esté enfermo”. (02-06-23).

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