Entre la vida cotidiana y una pandemia
Por Gabriel Bermudez (*)
Tecnología y pandemia
En primer lugar, tengo que decir que nos encontramos en una circunstancia histórica que nos ha sorprendido a todos. Por lo tanto, cada uno ha ido resolviendo distintas cuestiones de la vida cotidiana de la mejor manera posible y entre sus posibilidades de organización.
En este tiempo de pandemia, la tecnología ha sido un aliado de comunicación. Como medio entre pares, familiares, colegas, y otros ejemplos de comunicación. Los entornos digitales, a través de distintos dispositivos, han dicho presente en esta cuarentena. La familia se unió para festejos, la escuela se unió para la continuidad pedagógica, la pyme se unió para seguir ofreciendo sus productos (delivery incluido). Y las autoridades se unieron para ir tomando distintas decisiones que cuiden de la salud de todos los argentinos.
Un ejemplo de unión fue lo que aconteció en Santiago del Estero. La familia de Angie Farías puso todo el empeño para que la adolescente pueda cumplir su sueño de estar junto a sus seres queridos en su cumpleaños número 15. Recurrieron a la imaginación y la tecnología y redoblaron esfuerzos para que Angie pudiera celebrar a pesar del encierro. Una videollamada fue el lazo que unió a la adolescente con abuelos, tíos y el resto de su familia, quienes incluso bailaron el vals y el carnaval carioca a la distancia.
La tecnología se ha ido incrementando en nuestras rutinas (trabajamos, estudiamos, festejamos cumpleaños y tomamos clases con ella), espacios donde ya estaba naturalmente, pero en menos escala. Pero también ocupará espacios menos visibles en relación con la pandemia: los espacios privados, públicos y hasta nuestros propios cuerpos verán un salto en los dispositivos que se propondrán para controlar el virus. De ahí, luego que pase todo esto se deberá debatir en profundidad al respecto. Hoy, no es el momento.
Con algunos recaudos se puede afirmar que la tecnología puede ser un aliado clave para lograr mejores resultados, tanto para reducir la propagación del Covid-19 como para la mitigación y reducción de sus impactos.
Distintos estados han ido creando apps para sumar alertas y comunicados oficiales. Varios países, también, desarrollaron plataformas propias -o incluyeron dentro de la información- portales, sitios o chatbots (programa que simula mantener una conversación con una persona al proveer respuestas automáticas a entradas hechas por el usuario) para “luchar contra la desinformación”, ante el crecimiento de la circulación de videos, memes y noticias falsas (fakenews) durante la pandemia, e incluso de aplicaciones maliciosas que proliferaron con la crisis.
Hay que decir que habrá una salida tecnológica a la siguiente etapa de la pandemia. La salida tecnológica tendrá que ver con las aplicaciones y los aislamientos sociales. Las grandes plataformas tecnológicas (Google, Facebook, Microsoft, etc) desarrollarán aplicaciones para hacer seguimiento epidemiológico de las personas. La base del funcionamiento de estas aplicaciones será el “rastreo de contactos”. Allí estarán nuestros cuerpos y nuestros datos.
Escuela y pandemia
En el caso de la escuela, se fueron armando equipos docentes para planificar la continuidad pedagógica en este momento extraordinario. En este marco, los docentes organizaron grupos de estudiantes (por WhatsApp, en un aula virtual, Mi aula Web, en páginas web, en plataformas educativas, etc.) para retomar los recorridos propuestos para situarlos y re-crearlos en este contexto particular.
Los equipos docentes acompañan la escolaridad con apoyo, con complementos a las tareas docentes y están en permanente contacto con las familias de los estudiantes. Dentro de las posibilidades se brinda los apoyos que se requieren.
La “clase en pantuflas” llamó a un conversatorio virtual la profesora Inés Dussel (Doctora en Educación (Ph.D.) egresada de la Universidad de Wisconsin-Madison) en el Instituto Superior de Estudios Pedagógicos de Córdoba, donde expuso auténticas recetas para plasmar la continuidad pedagógica a través de medios digitales. Dussel expresó que “los medios digitales mantienen la comunicación abierta en distintos tiempos y espacios. Es decir, es posible ingresar al aula en diferentes horarios, desde diferentes dispositivos (PC, celular, tablet, etc.) y estando en lugares muy distintos. También es posible conectarse, por ejemplo, por hangouts o streaming y sostener una comunicación en vivo. Es decir, el tiempo y el espacio son más abiertos, por lo que la comunicación también lo es”.
La profesora, también, resaltó que los medios digitales amplían las perspectivas. Por ejemplo, enseñar un acontecimiento social desde la disciplina histórica, como puede ser la primera guerra mundial, puede permitir analizar diferentes tipos de fuentes documentales. Ahora bien, ese mismo acontecimiento también puede abordarse desde el cine. El cine no ofrece siempre rigurosidad histórica, pero quizás permite una comprensión y conexión profundas con un problema, en tanto involucra una mirada artística que amplía puntos de vista.
El francés y especialista en ciencias de la educaciónPhilippe Meirieu ya visibiliza y analiza una escuela para después que pase todo esto y afirma que serán necesarios sistemas de enseñanza inspirados en pedagogías cooperativas e institucionales, que permitan a todos y cada uno «ocupar su lugar» en un colectivo, es decir, no ocupar todo el espacio en él, pero tampoco ser arrancado subrepticiamente o abruptamente de él.
Por último, en este marco, atendiendo a las recomendaciones de los organismos internacionales especializados y de los expertos locales, y a la luz de la experiencia de otros países, se determinó que la mejor forma que tenemos para enfrentar la propagación del virus y así cuidar de la salud de todos es el aislamiento.Por eso, prestemos mucha atención a lo que dicen nuestras autoridades de Salud locales, provinciales y/o nacionales. Todos están trabajando para cuidarnos. Es entre todos.
(*) Profesor Medios Audiovisuales, TIC y Educación.