La Asociación Argentina de Escritores Tradicionalistas festejó ayer su 34° aniversario con un almuerzo criollo en La Montonera, de Ensenada.
Durante los festejos, el profesor de Historia de nuestra ciudad Fabián Enzo Barda recibió una distinción por su trayectoria como escritor. También recibieron su testimonio el escultor Ricardo Dalla Lasta, de Gonnet; el jinete Héctor Gomensoro, de Villa Elisa, y el Centro Cultural Tradicionalista “El Fortín de Celia Rocha”, de Capital Federal.
“Tengo una gran felicidad. La noticia sobre el reconocimiento la recibí hace unos meses de boca de Carlos Risso, poeta platense, integrante de la Academia de Folklore de la provincia de Buenos Aires y de la Asociación de Escritores Tradicionalistas”, dijo Barda.
“Obviamente que una gran sorpresa, a la que le siguió la búsqueda de un porqué y toda las cuestiones que solemos escuchar de parte de quienes son distinguidos y se preguntan, ¿Seré merecedor? Realmente, esas sensaciones se cruzan. Cuando a fines de febrero recibí la comunicación oficial, los detalles del acto, la historia de la distinción y los llamados de las autoridades de la entidad organizadora, la emoción y la felicidad comenzaron a atravesar mis días”, reflexionó.
“Mi primer libro se ocupa de la construcción del tradicionalismo surero; es decir, de qué forma, puntualmente, en Coronel Dorrego, se fueron sorteando los efectos del denominado “boom” del folklore de fines de los ’50 y principios de los ’60, para definir, regionalmente, un tradicionalismo surero que recorta aún más la rica tradición de la cultura nativa bonaerense”, añadió.
Destacó también que “esa utopía pampa tiene en la figura de un tradicionalista cabal como Pedro Iribarne y en su obra, la Peña Nativista de Coronel Dorrego y su Fiesta de las Llanuras, su fundamento”, aseguró.
“En el segundo libro, Patria y Tradición en el Dorrego de los ’30, intentamos rastrear la idea de patria y tradición en los años previos a la instauración -primero en la provincia de Buenos Aires y luego en el país-, del Día de la Tradición Gaucha”, dijo.
“La década del ’30 resulta muy cautivante para esta región de la provincia de Buenos Aires porque se fue gestando una impronta cultural que marcará el futuro, pero también demuestra que, más allá de la crisis, hubo tiempo para el disfrute de manifestaciones artísticas de las más variadas”, subrayó.
Completó que en dicha obra también queda demostrado como el desarrollo histórico de la región no estuvo aislado de las manifestaciones políticas y sociales del mundo de entreguerras.
Sus seis libros son: Revistando Hojas-Construcción del tradicionalismo surero (2002); Patria y Tradición en el Dorrego de los ’30 (2003); Del megáfono a la AM. Historia de la radiodifusión dorreguense (2006); Republicanos en Dorrego–Solidaridad y participación durante la Guerra Civil Española (2011), La cuestión Capital (2015), y 1937. La Revolución (2017).
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