Hay historias que pueden ser contadas desde cualquier lugar que uno las aborde. No importa el corte cronológico, no tendrá relevancia el momento elegido sino la totalidad de la misma.
La historia de José “Payaso” Pereyra es de aquellas que pueden comenzar a contarse por el final.
Domingo de abril de 2019, llega al “Pepe Avello” de Progreso de El Perdido, baja el vidrio de la ventanilla de su auto y pide las entradas, la respuesta es inmediata: “No es nada José, con toda la alegría que vos nos diste”. Esa es la cuestión, no solo satisfacciones deportivas ha dado sino la alegría de vivir de alguien a quien no todo le fue fácil en la vida.
José se crió en el Instituto Petorutti, para todos “La Colonia de Vacaciones”, una institución típica de los tiempos del primer peronismo, donde muchos chicos encontraron cobijo en medio de una infancia dura. Después la casa de la familia Campagne terminó siendo su hogar. Alegre, jovial, ocurrente de ahí que desde chico fuera el “Payaso” Pereyra, agigantado ese apodo que aún lo acompaña por sus buzos amarillos, algunas salidas chispeantes y algunas piruetas de uno de los arqueros más importantes de los surgidos en nuestro medio.
El puesto de “guardameta” fue uno de los que más “foráneos” ha recibido a lo largo de nuestra historia futbolística pero José Pereyra, junto a “Bichango” Brussa, “Pepe” Ganuza, Néstor Hollender, “El Tigre” Flores, Gabriel Carrera, “El Sombra” Crededio (heredero del propio “Payaso) y, más cerca en el tiempo, “Bebo” Estévanez y Sergio Yezzi, forma parte de esa élite surgida de nuestro clubes.
De todos ellos José fue el arquero con más partidos en primera división: 320 partidos. Esas presencias lo constituyen en el jugador de nuestro medio con más minutos en campo de juego.
Esa historia comenzó a edificarse en el significativo 1967 del Atlético Monte Hermoso. Cancha de Calvo frente a San Román, se lesiona Alfredo “Pelado” Abraham, debuta con 14 años de edad, iban perdiendo 3 a 1 y logran empatarlo en 3.
Fue parte de ese plantel campeón junto a Abraham, Florencio “El Negro” Fernández, Néstor Leonardi, “El Cordobés” Bravo, Moyano, “Charo” Varrenti, Yezzi, Borello, Hamrlsem, Cotta y “Chapa” Fernández.
A partir de ahí fue un nombre infaltable en las distintas formaciones del Atlético Monte Hermoso compartiendo equipos con los Hermanos Reyes, Siro, “Cachamay” Crededio, el “Flaco” Di Primio, “Pejerrey” Farret, Javier, Marcos, Daro, Martín, Mauro y Andrés Fernández (los hijos de “Cacho”), “Chapita” Fernández (el hijo de “Chapa”), Alejandro Dichiara, “Tato” Rojas, Pablo Tamame, Davito Quintana, “El Ruso” Ford, Gustavo Crededio, “El Potro” Miguel Ángel Rodríguez y ,con los hijos de este, “El Potrito” y “El Vizcacha”, entre tantos que pasaron por el Atlético Montehermoseño.
Tuvo un paso por el San Martín dorreguero de la época de oro. Allí estuvo con los hermanos Manzanet, Carlos y Alberto, con Pancho De Rossi, Luis Lozano, Podestá, “Percherón” Simón, Heraldo Barandiarán, nombres todos ligados a la historia grande del Santo.
De vuelta a casa, logran los torneos de 1980, denominado “Noventa Aniversario de la Ciudad de Coronel Dorrego” y el de 1983, el “J. González Echarri”, en homenaje al histórico dirigente de Progreso.
Además de nombres históricos ya habían crecido los pibes de la Quinta Campeona; Javier, Daro y Marcos Fernández, Alejandro Di Chiara y David Quintana para darle aire nuevo al aire venido desde la costa.
Tendrá junto al Negro Fernández como Técnico, los hermanos Fernández y Ale Di Chiara un desembarco glorioso en Progreso del El Perdido, lugar, sin dudas hoy, su segunda casa futbolística. Allí fueron, salieron Campeones en 1987/1988 y jugó con Hugo Moyano, Oscar Hipperner, Ricardo Chávez, Marcos Fernández, Eduardo Racciatti, Rubén Fauquen, Ramón Pérez, Fabián Fedigatti, Javier Fernández, Martín Fernández, Héctor Montiel, Rodolfo Conca, Juan C. Iriarte, Carlos Zweedyck, Gustavo García, Alejandro Dichiara, Víctor Viale, Ricardo Ramos, Daniel Beguiristain, Abel García, Germán Flamerique, Eduardo Dumrauf, Horacio Fredes, Juan Carlos D’annunzio, Daniel Fernández, Ricardo Pucci, Daniel D´annunzio, Luis Gordini,, Eduardo Ridolfi, Oscar Conca, Claudio Fernández, José Racciatti, Carlos Zweedyck, Enique Castaño y Ariel Gómez.
Integró el poderosísimo Seleccionado de la Liga Dorreguense de Fútbol que disputó uno de los últimos torneos de selecciones del interior “Beccar Varela” compartiendo plantilla con Néstor Luciani, Hugo Simón, Carlos Mazanet, Carlos Enriquez, Horacio Casariego, Schiafino, Diego Fritz, Abel Pérez, Podestá, Iglesias, Félix Camargo, Alberto Manzanet y Mario Otero.
Después vinieron los tiempos en que Monte no participó en la Liga Dorreguense pero no fue obstáculo para no siguiera defendiendo los tres palos. Hasta hace dos años junto a compañeros de toda la vida como el eterno “Chueco” Martín jugaba en la exigente Liga Comercial de Bahía Blanca. Producto de esa participación llega a compartir cancha con una de las glorias del fútbol argentino, Ricardo Enrique Bochini.
Fue dirigente de su Club cuando el Atlético logra el Torneo Interligas y comienza un largo período de torneos ganados en nuestra liga desde fines del siglo XX y principios del XXI.
Hoy va todos los domingos, orgulloso, con su hija Daniela, médica de profesión. Ya no tiene que mirar hacia tras del arco para ver como esa niña enamorada de su padre lo veía atajar todos los domingos, menos el día que por hacer alguna “payasada” para arrancarle una sonrisa, le terminaron convirtiendo un gol.
Dijimos que esta historia podía ser contada desde el inicio, desde el medio, desde el final.
Si alguna vez nos agradece estas líneas escritas desde el corazón, apelaremos al dirigente de Progreso que le dijo: “No es nada José, con toda la alegría que vos nos diste”.
José “Payaso” Pereyra…tenías que conocerlo¡¡¡¡
