Política

La «necesaria transformación» que algunos no vemos

Por Pablo Javier Marcó

De acuerdo al recorte que hicieron al menos un par de medios de la región (Onda Uno y La Voz del Pueblo, ambos de Tres Arroyos) que cubrieron la reciente Fiesta Provincial del Olivo, el intendente de Coronel Dorrego, Juan Chalde, durante el acto inaugural, destacó la importancia de la transformación que vive Argentina, enfocándose en la necesidad de un estado eficiente que brinde mejores servicios e igualdad de oportunidades.

“La sociedad demandaba cambios importantes, y creo que estamos en ese camino de transformación necesario para un país que funcione mejor en todos los aspectos”, afirmó.

El intendente dorreguense resaltó la necesidad de evolución en diversos sectores, desde el sistema de jubilaciones hasta la infraestructura y la seguridad.

“Necesitamos transformaciones que estimulen la actividad productiva y generen oportunidades reales para todos”, subrayó.

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«No la ven», suele decir o tuitear el Presidente Milei, casi siempre con algún agravio o insulto, cada vez que alguien comete el desatino de contradecir sus expresiones o refutar los datos que difunde para describir la situación de un país que, si bien se encuentra en el infierno, producto de «más de 100 años de decadencia», esta vez sí saldrá a flote de la mano del gobierno libertario, acompañado por las «fuerzas del cielo».

A aquellos que creemos que en un país como Argentina, el Estado debe «garantizar los pactos fundamentales sobre los que se asienta el funcionamiento del capitalismo como modo de organización social, es decir, el conjunto de reglas de juego que gobiernan las interacciones entre los actores e instituciones que integran la sociedad» (Oscar Oszlak dixit), nos cuesta encontrar alguna medida que no vaya en contra de la mayoría de la población, como tampoco (la) vemos un horizonte que no sea el agravamiento en las condiciones de vida de vastos sectores sociales.

Entre otras cuestiones, nos cuesta ver esa «transformación» por estas razones:

*La devaluación del 118%, que disparó la inflación.

*La licuación de los ahorros en pesos, por la baja drástica de la tasa de interés, muy inferior a la inflación.

*La quiebra o cierre masivo de empresas medianas y pequeñas, que repercute en rencillas internas en la Unión Industrial, que no las defiende. Solo en febrero, bajaron la persiana 163 empresas de la construcción y dejaron en la calle a 24.000 trabajadores.

*La parálisis de las grandes, como Acindar o Toyota, que interrumpen o disminuyen la producción, abren retiros voluntarios o despiden trabajadores.

*La interrupción abrupta de la obra pública (salvo el gasoducto de Techint y Mindlin).

*Los despidos masivos de trabajadores, agravados por el modo feroz de la comunicación, entre otros en el Inta, Senasa, Anses, Pami, Servicio Meteorológico, Agencia de Seguridad Vial, Conicet, Biblioteca Nacional, Agencia de Discapacidad, Centros de Referencia (CDR), Enacom, Instituto Geográfico, Acumar, Parques Nacionales, Instituto de Administración Pública, Agencia de Administración de Bienes del Estado, Administración General de Puertos, además de los distintos ministerios. (Celebrar que alguien se quede sin trabajo no convierte a los festejantes en libertarios, sino en seres despreciables).

*El corte de la entrega de medicamentos oncológicos a enfermos que no pueden esperar el presunto ordenamiento administrativo aducido y el nuevo decreto de necesidad y urgencia 80/24, que eliminó el Fondo de Incentivo Docente y la compensación por el transporte colectivo a una docena de provincias.

*El desabastecimiento de los comedores populares, que no reciben alimentos.

*El descontrol de los precios de artículos imprescindibles de consumo masivo, por encima de la devaluación y que, en muchos casos, superan los precios que se pagan en Estados Unidos o Europa.

*El derrumbe del poder adquisitivo de los salarios, que se incrementan por debajo de la inflación y que está forzando a quienes pueden a gastar los dólares atesorados en los años previos.

*La jactancia presidencial sobre la cantidad de despidos de trabajadores («ya echamos a 50.000″, espetó).

*El cierre de la agencia de noticias Télam y de la Televisión Pública, en cuyas sedes se planean grandes negocios inmobiliarios.

*El anuncio de descomunales aumentos de tarifas de energía.

*La dolarización del precio del gas en boca de pozo.

*Los aumentos siderales de las empresas financieras de medicina prepaga, que ya perdieron el 10% de sus socios, y la simultánea desregulación de los servicios médicos sindicales.

*El desfinanciamiento de las universidades nacionales y del CONICET, donde no hay ni personal de limpieza para mantener en funcionamiento los laboratorios con experimentos en curso.

*La decisión de no pagar becas a investigadores científicos.

*La negativa a otorgar créditos y subsidios ganados por concurso.

*»La Argentina de Milei tiene precios europeos y salarios asiáticos: es más caro llenar el changuito en Buenos Aires que en Londres». (Ismael Bermúdez, periodista).

*El vaciamiento de la ANSES por la cantidad de cesantías, que dejó sin atención a los jubilados y pensionados en buena parte del país e impidió efectuar a tiempo la liquidación de los paupérrimos haberes de este mes. (Con datos de El Cohete a la Luna). (31-03-24).

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