Política

Javier Milei & Mauricio Macri: una de leones, gatos, orcos y trogloditas

El socio del presidente electo advierte que grupos de choque paraestatales defenderán en la calle al gobierno del ajuste feroz. Motosierra y garrote.

NOTA ESCRITA POR MARCELO FALAK EN LETRA P

Algunos dirán que fue por inconsciencia, otros que fue por madurez, pero lo cierto es que una importante mayoría de la ciudadanía convirtió a Javier Milei en presidente electo a sabiendas de la dureza del ajuste fiscal que prometía para el inicio de su gestión. Punto para él: en ese tema, al menos, llegó sin mentir. Lo que es más novedoso es que el anarcocapitalista y su principal socio político, Mauricio Macri, salgan ahora, entre otros, a advertir sobre la ola de protestas que desatarán las primeras medidas y a avisar que serán respondidas con represión, tanto estatal como paraestatal, esto es llevada a cabo por grupos de choque del futuro oficialismo. Inquietante.

En la misma noche del triunfo, el mandatario electo se tomó tiempo para explicar que su plan generará «resistencia» y afirmar que «en esta nueva Argentina no hay lugar para los violentos ni para los que violan la ley para defender sus privilegios». «Dentro de la ley todo, fuera de la ley nada», remató en un lenguaje comprensible para el peronismo.

Poco antes del ballotage del domingo, el diputado electo Ricardo Bussi había señalado lo mismo y llegado a agitar el fantasma de la intervención de las Fuerzas Armadas contra la protesta social.

En medio de amenazas y publicaciones silvestres en las redes sociales, que incluyeron promesas de muerte, violaciones e imágenes de Falcons verdes, lo más preocupante llegó este martes. Tras evocar el «mandato popular muy profundo» que 14,47 millones de votos le dieron al líder de La Libertad Avanza (LLA), Macri señaló:

«Los gobernadores deberían acompañar claramente porque este señor (Milei) dijo que venía con una motosierra y con su estilo va a llegar a un presupuesto equilibrado».
«Los jóvenes no se van a quedar en casa si estos señores empiezan a tirar toneladas de piedra (…). Entonces los orcos van a tener que medir muy bien cuando quieran salir a la calle a hacer desmanes».
Todo el mundo avisado. Los gobernadores, que ya quieren discutir sobre dinero, deberán poner las barbas en remojo porque van a ser domesticados con la chequera y los miembros de la raza cruel de Tolkien pueden terminar corridos por bandas de ciudadanos. De nuevo: no por la policía, por «los jóvenes».

La lenta deriva del ingeniero
Macri, saludado allá por 2015 incluso por personas que vieron en él una suerte de progresista, ha cambiado. Ese giro registra algunos hitos que guarda la memoria. En septiembre del año pasado le concedió una entrevista a Luis Majul –la más memorable de muchas otras– en la que se produjo el siguiente intercambio:

Majul: –En Argentina, esto que usted plantea genera mucha gente en la calle, fuerzas de seguridad y, perdón, eventualmente muertos. ¿Se los bancan?

Macri: –El liderazgo tiene que bancárselo, tiene que bancarse lo que venga.

Majul: –¿El liderazgo se tiene que bancar los muertos también si suceden?

Macri: -Bueno, digamos, no debería haber muertos.

Más cerca en el tiempo, en agosto último, se refirió a Santiago Maldonado en los siguientes términos:

«Ese artesano desaparece y la primera hipótesis fue que se pudo haber ahogado porque los ríos de la Patagonia son bravos. No es para cualquier salame distraído cruzar un río por más que tenga diez metros de ancho (porque) te lleva».

¡Qué tiempos aquellos en los que se creía que Macri podía encarnar una derecha moderna!

Recuerdos del futuro
El diputado electo Bertie Benegas Lynch no solo anunció que derogar la ley de aborto será «prioridad», sino que se refirió a la necesidad de desguazar y no reformar el sistema de medios públicos «porque todo lo que hace el argentino lo desfigura, somos trogloditas». Orcos, bah, una raza sin esperanza que, gracias a su enorme patriotismo, la muchachada libertaria decidió educar.

El programa paleolibertario es «audaz», estiman los grandes bancos de inversión de Estados Unidos, tanto que puede poner en riesgo la estabilidad financiera y también la social.

De lo primero ya hay señales: mientras el rally accionario desatado por las promesas privatizadoras comienza a mostrar su carácter fugaz, lo que mostró las garras fue la cotización del dólar en sus diversos segmentos paralelos.

Por un lado, el blue subió 13% hasta 1.075 pesos en la primera rueda post-ballotage. (28-11-23).

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