Sociedad

El emotivo mensaje de Vanesa Carabajal después del accidente

Este es el texto que escribió en Facebook la vecina Vanesa Carabajal después del accidente de esta semana:

El miércoles me levanté 6.45 (obvio porque sonó la alarma)
Como todas mis mañanas, miro a Cipri como duerme, lo contemplo y le doy un besito. Seguramente también lo tapo un poquito (por lo menos para que esos 10 o 15 minutos que duerme más que yo, esté cómodo.
En la cocina le digo a Sergio: «Que siestita que me voy a dormir hoy. Salgo a las 12.30 y me voy para la pana. Así después, 13.30 cuando vos cerras, nos acostamos los 3 juntitos a dormir» (todo el que me conoce sabe lo que amo las siestas)
Despierto a Cipri, lo cambio. 7.35 salgo para ir a destino: Guardería Mariposas.
Desde mi casa a mi lugar de trabajo sólo 8 cuadras, todo derechito. Muy fácil de llegar.
Muy rutinario lo nuestro, el auto iba sólo casi.
7.40 un PARATE de la vida.
Un mensaje de Dios.
Una alerta
«»»La vida NO es rutina.»»» El día no es sólo un suceso repetitivo de actividades»»»»
Ese día no hubo día laboral para mi. Tampoco juegos para Cipri. Mucho menos siesta juntitos.
A las 7.40 de la mañana del 19 de septiembre volvimos a nacer.
Un pulverizador por una calle, yo por otra… ninguno de los dos nos vimos.
Yo sólo siento un fuerte golpe al auto, ni siquiera a mi cuerpo y en dos segundos quedé mirando para otra dirección.
Mi respuesta? Sólo voltie mi cabeza para ver a mi hijo, a mi amado y preciado Cipri.
Él intacto. Atadito en su butaca de viaje. Ni un rasguño. Ni un golpe. Nada pasó para él.
Eso fue mi calma, y eso fue todo lo que estaba bien de ese monstruoso momento.
Cuando quise buscarlo, abrazarlo y decirle: «todo está bien» me doy cuenta que mis piernas estaban trabadas.
No se cómo, pero pude sacarlas y desplazarme hasta el otro asiento.
Afuera sólo vi las 4 ruedas del pulverizador y dos personas que humanamente y muy asustados me preguntaban cómo estaba: Damian y ….. Ripoll (ya averiguare el nombre)
El conductor estaba debajo del pulverizador atrapado.
Estos dos ángeles no sólo me contuvieron sino que les pedí que por favor me desaten a Cipri y me lo llevarán a mi, a mi falda, a mis brazos, a mi upa… porqué él para mi no es otra persona, él para mi es otra partecita mia, de mi cuerpo y es como si fuera una prolongación de mi misma.
Lo tuve conmigo hasta que llegó la ambulancia y bomberos a asistirnos.
Él se fue con Nanci (policia) y yo…. al hospital.
Y hasta acá llego con la narración de lo sucedido, porque ahí empezó todo «El calvario»
Mucho. Mucho, muchísimo dolor pero el profesionalismo, la humanidad con la que trabajan en nuestro hospital municipal es de excelencia. Desde el ambulanciero, enfermeras, chicas de hemo, radiologos, pediatra, traumatólogo, personal TODO.
Estuvieron todos ahí con una palabra de aliento, un consejo, una caricia, un secado de lágrimas, una simple mirada que calma.
Graciiiass GRACIAS Hospital Municipal gracias por su calidad humana.
Gracias a la gente de la Policía también, excelentes en su tarea y su trato.
Es que mi pueblo tiene eso… no somos un número más. Acá nos conocemos por nuestro nombre o apodo. Acá somos simples.
Hoy mi estado: fractura de fémur (no es expuesta) en la pierna izquierda. Y nada más!! ! Sólo eso.
Volvimos a nacer, un manto divino nos cubrió y mi estrella, esa estrella de la que tanto hablo y extraño, esa misma estuvo ahí.
Y como no iba a estarlo? Si él nunca se privó de una gauchada.
Gracias inmensas a las familias que nos rodean. La de Sergio, las hermanas de Cipri, los cuñados y sobrinos. Porque Cipri así de pequeñito es TÍO de dos hermosos sobrinos que lo aman tanto como sus hermanas a él.
Sergio? Un padrazo con todas las letras. Me das la tranquilidad q en estas horas de tanta angustia necesito
Y mi familia… que decir…
Mis cinco hermanos, todos ahí, conmigo, con una caricia, con una gauchada.
Y mi viejita, mi hermosa mamá, El roble más duro que he conocido. Que a veces lo tallan algunas heridas pero le renacen las ramitas con más fuerza. Ella acá conmigo hasta el último día.
Y a mi…
Me duele más el alma que el fémur. Pero la vida me hizo fuerte, muy fuerte. Se que voy a seguir adelante!!!!!!!!!
Gracias familia grande de mi Coronel Dorrego

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