Sociedad

(CON AUDIO) La historia de la semana: El Tigre de El Quequén

La pluma de Eduardo Gutiérrez, para muchos el padre de la literatura policial argentina, puso a la figura de Félix Pascual Pacheco en el pedestal de “El Tigre de El Quequén”.

Las conversaciones, en la penitenciaria, de Gutiérrez con el Penado 194, tal la identificación carcelaria de Pacheco fueron publicadas, primero como folletín semanal y, finalmente, como libro. El vuelo literario de Gutiérrez dio paso a la leyenda, ya que desde los relatos populares hasta los informes de sus seguidores presentaban a Pacheco como un temible delincuente.

La realidad dista de esa última calificación. Es cierto que Pacheco tuvo que saldar asuntos pendientes con la justicia, pero esas deudas distan mucho de leyenda negra construida a partir de supuestas 14 muertes e incesto.

La historia sí se apega a la existencia de la Cueva sobre el Río Quequén Salado en las cercanías del Balneario Marisol donde Pacheco solía pernotar y esconderse en los tiempos que trabajaba como tropero en los campos de Benjamín Zubiaurre. (Fabián Barda).

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