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La pandemia incrementó la fragilidad en personas con osteoporosis

El sedentarismo y el aislamiento provocado por la pandemia de coronavirus incrementaron la fragilidad en personas con osteoporosis, y afectaron la recuperación de esos pacientes con fracturas, según investigaciones que determinaron que las consultas por esta afección, que afecta mayormente a las mujeres, se redujeron en un 49 por ciento, respecto del año pasado.

Al conmemorarse el pasado martes el Día Mundial de la Osteoporosis, un estudio médico realizado por el Hospital Italiano de la Ciudad de Buenos Aires reveló que en un grupo de pacientes internados por fracturas causadas por osteoporosis entre los meses de abril y julio de este año, se detectaron «fragilidad, dificultades en la recuperación y mayor inestabilidad clínica».

“Comenzamos a percibir que el paciente que sufría una fractura de cadera llegaba a la internación en otras condiciones, con más comorbilidades», explicó Bruno Boietti, médico clínico y geriatra miembro del servicio de clínica médica del Hospital Italiano, en el marco de la investigación “Aislamiento social prolongado durante la pandemia de Covid-19 y la epidemiología de la fractura de cadera” .

El médico precisó que el trabajo «multidisciplinario» que realizan en ese centro de salud reveló «una mayor fragilidad» de los pacientes, incluso el equipo de kinesiología detectó que «durante el postoperatorio inmediato, los pacientes no se movían, no se podían parar o les costaba mucho más hacer las actividades que habitualmente realizan».

El estilo de vida de los adultos mayores cambió: dejaron de hacer ejercicio, no se exponen al sol, cambiaron sus hábitos alimentarios, reciben menos visitas, están angustiados porque no ven a los nietos. El producto final es mayor fragilidad”
BRUNO BOIETTI

Por otra parte, en este contexto de pandemia “hubo cambios en la atención hospitalaria: el familiar ya no podía acompañar al paciente internado, no lo podía asistir para alimentarse y se redujo el número de ingresos a las habitaciones para la realización de los controles diarios,” sostuvo el médico.

«El estilo de vida de los adultos mayores cambió: dejaron de hacer ejercicio, no se exponen al sol, cambiaron sus hábitos alimentarios, reciben menos visitas, están angustiados porque no ven a los nietos. El producto final es mayor fragilidad,” señaló Boietti.

En tanto, un estudio realizado por el Instituto de Investigaciones Metabólicas (IDIM), indicó que «el número de consultas por osteoporosis se redujo casi a la mitad y que la realización de densitometrías se redujo en un 81%», respecto del año pasado.

María Belén Zanchetta, médica endocrinóloga, especialista en osteología y directora médica y académica de IDIM, sostuvo que, “en este contexto, los pacientes no toman sol y, por lo tanto, vemos cada vez más déficit de vitamina D, no hacen ejercicio».

La médica advirtió que «una de las consecuencias de este sedentarismo prolongado será la pérdida de masa muscular en los adultos mayores», que -indicó- «es crucial para el hueso, para el metabolismo de los hidratos de carbono».

«La masa muscular es un tesoro para el adulto mayor y va a ser muy difícil de recuperar”, indicó la experta.

Antes del período de aislamiento, «el 12,5% de las mujeres que evaluamos mayores de 60 tenían sarcopenia, es decir, baja fuerza muscular y masa muscular», y «presentaron significativamente mayor frecuencia de caídas, osteoporosis y fracturas vertebrales», según un estudio reciente, dijo la médica.

«El riesgo de fracturas por fragilidad se vio incrementado seis veces. Por eso es que su diagnóstico podría considerarse una herramienta útil para identificar a aquellos adultos con riesgo incrementado de caídas y fracturas» aseveró.

Según cifras de la International Osteoporosis Foundation (IOF), a nivel mundial, esta enfermedad causa una fractura cada tres segundos.

En la Argentina, «se estima que la osteoporosis afecta a 1 de cada 5 mujeres postmenopáusica y que una de cada dos mujeres mayores de 50 años sufrirá una fractura ósea a causa de la osteoporosis», según el comunicado que dio a conocer las investigaciones.

“Es una enfermedad que se da con más frecuencia en las mujeres cuando ocurre la menopausia, ya que los estrógenos, entre otras tantas acciones, mantienen la densidad mineral ósea, con lo cual, al disminuir los estrógenos en menopausia, la densidad mineral ósea se ve afectada”, explicó Lorena Brance, miembro de la Comisión Directiva de la Asociación Argentina de Osteología y Metabolismo Mineral (AAOMM), y coordinadora del grupo de estudio en osteoporosis de la Liga Panamericana de Asociaciones de Reumatología (PANLAR).

“Hoy, la osteoporosis es una enfermedad subdiagnosticada, no tenida en cuenta, aun cuando los pacientes presentan una fractura por fragilidad: son pocos los pacientes que reciben el tratamiento y seguimiento acorde», advirtió la médica.

Según Brance, «antes de comenzar cualquier tratamiento, todos los pacientes deben presentar un consumo de calcio adecuado, se deben evaluar los niveles de vitamina D que presentan los pacientes y corregirlos si es necesario, y realizar un plan de actividad física acorde a cada caso».

Además, advirtió que «hábitos como el cigarrillo, el alcohol, y el consumo aumentado de café afectan negativamente la masa ósea”.

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