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Independiente–U de Chile: qué hay detrás del infierno de Avellaneda

Grindetti y una dirigencia a la deriva. El show de la Conmebol que continúa mientras oculta. La vuelta de los hinchas visitantes en la PBA. Y la histórica rivalidad futbolera entre argentinos y chilenos.

Nota de Roberto Parrotino en Cenital

A puertas cerradas, sin socios y sin transmisión en vivo por el canal oficial de YouTube –al margen del estatuto de Independiente–, la mayoría del oficialismo aprobó el martes pasado en Asamblea el presupuesto económico y financiero 2025/26 en la sede de Avenida Mitre 470, en Avellaneda. Fuera de tiempo (debía ser en junio) y en el día que jugaba Racing (la Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte, la Aprevide, obliga a cerrar la sede los días de partidos del clásico). La oposición exigió la anulación de la Asamblea por conflictos de intereses en contratos y concesiones. “Triangulación de cheques entre Yavez Construcciones —de Seoane y Garioto—, el club y el propio Seoane”, indicó la Agrupación Independiente.

Daniel Seoane es el secretario general de Independiente, cuyo presidente es Néstor Grindetti, ex multifuncionario del macrismo en el gobierno de la Ciudad, en retirada hacia las filas de La Libertad Avanza. En plena Asamblea del martes (un día antes de la vuelta por los octavos de la Copa Sudamericana ante Universidad de Chile en el estadio Libertadores de América), Carlos Montaña, vicepresidente primero, se quedó dormido. Una “anécdota” en perspectiva de lo que acontecería al día siguiente. Montaña fue colaborador de Sergio Berni en el Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires. Renunció en noviembre de 2024.

Sin la Bonaerense en el estadio, caso omiso al informe
No hubo red de contención, ni reja ni vallado ni chapón, en la tribuna Pavoni Alta que ocuparon los hinchas de la U de Chile y “Los de Abajo”, la barra brava. Tampoco “pulmones” ni personal de seguridad privada en “cordones” de protección. Nada evitó que los hinchas visitantes agredieran a los locales, lanzando butacas, caños, hierros, pedazos de mampostería de baños y hasta una bomba de estruendo hacia una de las “gargantas” del Libertadores de América.

¿La cancha de Independiente está preparada para recibir visitantes?

Pero si no hubo efectivos de la Policía bonaerense en la tribuna fue por responsabilidad de la dirigencia de Grindetti. El informe de la reunión previa entre los clubes, la Conmebol y los organismos de seguridad había recomendado que la tribuna de abajo de la visitante, la Pavoni Baja, quedase sin público. Independiente respondió que no: que había vendido todas las entradas del sector.

El 29 de julio de 2023, después de que Boca le ganara 2–0 a Independiente en el Libertadores de América en la fría noche de Avellaneda por la última fecha de la Liga, los hinchas se manifestaron en contra de la dirigencia en el playón del estadio. Fueron reprimidos con gases y balas de goma por la Bonaerense. El club acordó que la Policía dejase de ser la responsable de la seguridad en el estadio. Pasó a cargo de la empresa contratada por Independiente (UP Seguridad). Sin visitantes en el fútbol argentino y sin competición sudamericana de la Conmebol, Independiente comenzó recién en 2025 a recibir a “otros” hinchas. Recibieron de Guaraní (Paraguay), de Boston River (Uruguay) y de Nacional Potosí (Bolivia), clubes menores en cuanto al arrastre popular. La U es un grande de Chile. Y “Los de Abajo”, una barra con alto historial.

Si en las primeras horas del miércoles Grindetti había dado un “paseíto” por la cancha para una publinota, en la madrugada del jueves, después del infierno, apuntó, ante otro micrófono afín, sólo contra los hinchas de la U. Nada acerca de una de las barras de Independiente que cruzó portones para vejar a los pocos chilenos que quedaban en la Pavoni Alta. En la mañana del jueves, cuando llegó rápido a Asunción para “defender los intereses” de Independiente en la sede de la Conmebol –todavía con una persona linchada por sus barras en estado grave, y otras tantas hospitalizadas–, Grindetti fue expuesto apenas con una pregunta del gran colega Ariel Senosiain.

La Conmebol, la Conmebol…
Las cadenas tenedoras de los derechos de TV de la Sudamericana y de la Libertadores omiten en las transmisiones, en acuerdo con la Conmebol, incidentes, agresiones y desmanes, como si generase algún efecto en 2025, con un celular con cámara en el bolsillo de cada hincha. ¿La Conmebol demoró en suspender el partido? Si tomamos como referencia el Colo Colo–Fortaleza en Santiago de Chile del 10 de abril por la Libertadores, que tardó una hora en suspenderse después de que se conociera que afuera del estadio los carabineros habían matado a dos personas, sí. Para la Conmebol de Alejandro Domínguez, el show debe continuar, cueste lo que cueste.

El miércoles, en Independiente–U de Chile en el Libertadores de América, hubo presencia de “Los Dueños de Avellaneda”, la barra “oficial”, la que cruzó de la tribuna norte a la sur, y de “Los Mismos de Siempre”, la “disidente” (hay una tercera facción, “La Gloriosa Banda de Independiente”). Pero el problema de fondo no son las barras, aunque una hinchada dividida es un volcán en permanente ebullición.

“¡La baaarra tiene mieeedo, la baaarra tiene mieeedo!”, cantaron desde la plata de Independiente antes de que “Los Dueños de Avellaneda” entraran en acción. Y: “¡Andá a buscarlos/ la puta que lo parió!”. Algunos plateístas aplaudieron la cacería. Otros se arrepintieron apenas vieron el verdugueo y los actos de cobardía.

Barras, visitantes en la PBA y el Rojo del PRO
¿Las barras de Independiente habían entablado una “amistad” con “Los de Abajo” de la U de Chile en la ida en el Estadio Nacional de Santiago, como se observa en videos y fotos en las redes sociales? ¿Qué ocurrió, si así fuere, en el Libertadores de América? ¿Hubo una “traición” con la barra de Racing? El 7 de septiembre próximo habrá elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires. Patricia Bullrich, ministra de Seguridad de la Nación, responsabilizó al gobierno bonaerense de Axel Kicillof. Bullrich es hincha de Independiente. Un cartel–propaganda con su cara fue pegado dentro del predio de Villa Domínico en enero de 2023, después de que Fabián Doman fuera elegido presidente (el periodista renunció a los seis meses para cederle el lugar al entonces vice Grindetti).

El fútbol argentino de Primera cumplió 12 años sin hinchas visitantes. El 17 de julio pasado, Claudio Tapia, presidente de la AFA, anunció la vuelta parcial y gradual del público visitante en conjunto con autoridades del gobierno de la provincia de Buenos Aires. Central llevó su gente a Lanús. A la semana, hubo incidentes en Aldosivi–Newell’s (General Pueyrredón), Deportivo Morón–Chacarita (Morón) y Central Ballester–Victoriano Arenas (San Martín), todos en territorio bonaerense.

Los clubes argentinos reciben visitantes, “obligados”, en las copas de la Conmebol. Y, aunque sea por lo que les pagan (cada partido de fase de grupos en la Libertadores equivale a un millón de dólares, más 330.000 en caso de triunfo), aceptan. En marzo, Juan Ignacio Lenczicki (“Juani”, líder de “Los Dueños de Avellaneda”) le dijo al periodista Pablo Carrozza, en relación a la dirigencia de Grindetti (y de Cristian Ritondo, diputado nacional por el PRO, exministro de Seguridad bonaerense y representante de socios de Independiente): “Entramos a la cancha hace mucho. ¿Si me dan los carnés? Sí”.

No hubo ningún barra de Independiente detenido por la Bonaerense. La Justicia ordenó la clausura del estadio.

Argentina vs. Chile: de Malvinas a “una granada para River”
El 26 de junio de 1984, Independiente recibió a Universidad Católica de Chile por la segunda fase de la Libertadores, clasificatoria a la final. Había tensión en el aire por la ayuda del dictador Augusto Pinochet a Inglaterra en la guerra de Malvinas en 1982 y por el conflicto del canal de Beagle (el 29 de noviembre de 1984 se firmó la paz). “¡Traigan al gorila de Alfonsín/ para que vea/ que esta hinchada no cambia de ideas/ lleva las banderas de Evita y Perón!”, le cantó la barra al presidente Raúl Alfonsín, radical e hincha del Rojo. Independiente le ganó 2–1 a la Católica y, en la final, en partidos de ida (0–1 en Brasil) y vuelta (0–0), a Grêmio. Es la última –y lejana– de las siete Libertadores del “Rey de Copas”.

La rivalidad entre argentinos y chilenos muchas veces decanta a través del fútbol. El 18 de octubre de 1984, en un torneo amistoso en Singapur, hubo patadas voladoras, trompadas y expulsados en un Argentina–Chile entre selecciones Sub 23 . En Una granada para River Plate, el cronista chileno Juan Pablo Meneses viaja en micro con “Los de Abajo”, la barra de la U de Chile, para la semi de vuelta de la Libertadores 1996 ante River en el Monumental. Entran una granada de guerra. Planean tirarla. “El San Martín”, uno de los líderes de “Los de Abajo”, les había dicho en el micro, admonitorio.

—Y si es necesario morir en Argentina por el equipo, no queda otra. Ningún huevón puede arrugar. Tenemos que estar muy unidos. (25-08-25).

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