Un juramento, un apagón y después…
Por P.J.M.
Te juro que no miro más a estos muertos. Seis puntos le llevábamos a los bosteros. Era empatarle a Banfield y listo. Campeones. Después de tanto tiempo. Enterrábamos varios años de amarguras, broncas, frustraciones. Cargadas. Pero no. El Taladro nos ganó y ese punto que nos consagraba teníamos que conseguirlo con Boca. Encima, no bien empezó el partido, se cortó la luz en todo el país y en el pueblo. Va a volver rápido, dije. No nos van a dejar sin el partido del año, pensé. Me equivoqué. Cuando habían pasado 10 minutos del corte, fui a buscar la vieja radio que conservé de mi viejo. Un caño la Tonomac. Agarraba todas las radios, obvio que AM. De noche, si movías un poco la antena, hasta podías escuchar programas de radios brasileñas. Pero no entendía un pomo lo que decían. La prendí, pero enseguida empezó a bajarse el volumen. Evidentemente se habían descargado las pilas. Eran Everready. Las quiero a las Everready. Me dan nostalgia. Me acuerdo la propaganda en la tele. Esa que empezaba “Viva viva viva la música, viva viva viva el sol, con una pila de vida…”. Pero duran mucho menos que las Duracell. Entonces, tuve que ir a comprarlas al negocio que está a dos cuadras. No había nadie, el dueño me atendió rápido y me preguntó si sabía cómo iba el partido. Salí, pero no me avivé de llevar la radio y entonces tuve que esperar a volver a casa para poner las pilas y prender la radio. Iban 20 minutos del primer tiempo. Me gustaba escuchar los partidos por la radio. La emoción que le dan los relatores es incomparable con la tele. Hubo un tiempo en que bajaba el volumen de la tele para escuchar la radio, pero con el tiempo, no sé bien porqué, el desfasaje entre imagen y sonido era muy evidente. Y dejé de escuchar los partidos por radio hasta hoy, obligado por el apagón. Otra cosa que aprendí cuando podía ver el partido y escucharlo por la radio es que los relatores le dan emoción a cada jugada. Le ponen casi el mismo énfasis a una acción en la media cancha que a una con peligro de gol. Es muy dramático escuchar los partidos por radio. Encima, siempre atacaban ellos. Patea el Mellizo, y palo. Cabecea el Apache, y ataja Leo. Nos estaban bailando. El comentarista insistía hasta el hartazgo con los merecimientos que venía haciendo Boca para ponerse en ventaja. Y el gol llegó. El Mellizo nos vacunó. No había terminado el primer tiempo. Y nos siguieron atacando. Empezó el segundo tiempo y nada cambió. Estaban más cerca del segundo ellos que nosotros del empate. Y ponele la firma que si nos ganan y hay desempate, nos volverán a ganar y darán la vuelta. Nosotros llegamos sin nafta. Ellos con el ánimo por las nubes. Y tienen más plantel. Nosotros tenemos buenos titulares, un equipo que va al frente, con un solo volante de contención, un solo delantero, pero volantes con llegada y laterales que suben siempre. Y Guiña como perfecto equilibrio. Le metimos siete a Colón y seis a Chacarita. O al revés. Después empatamos con Chicago y empezaron las dudas. El banco es muy corto y cada baja se siente mucho. Si supieran estos jugadores lo que uno sufre. No voy a entrar en la fácil de decir que son millonarios y esas cosas que se dicen cuando uno está caliente con su equipo. Pero si supieran lo que se sufre. Si imaginaran lo insoportable que se van a poner los de Racing, que encima están muy dulces porque el año pasado rompieron el maleficio con Mostaza y fueron campeones. Te juro otra vez que si nos ganan, no miro más partidos. Ni el desempate. Porque nos van ganar. Y capaz por goleada. Y será otra frustración. El partido siguió con la misma tónica. Ellos para adelante, nosotros a la defensiva como si estuviéramos cuidando el resultado. Vuelvo a jurar que no miro nunca más un partido. Ni a sufrir por mi equipo. Con qué necesidad. Estuve a punto de apagar la radio. Faltaban cinco y no pasábamos la mitad de cancha. Hasta que el Mariscal Gaby dejó la cueva, agarró la lanza y se la abrió por izquierda a Rivas, que había entrado por un volante que no recuerdo a los 30. El pibito tiró el centro y Pusi cabeceó al palo derecho. El Pato no llegó. Goooool. Gooooool,Goooooooool, carajo. Y vino la luz. Y pudimos ver la repetición por la tele. Y el referí lo terminó. Y empatamos. Que era como ganarlo. Y somos campeones. Y dale, y dale, y dale rojo dale…