Olivicultura:cuáles son los desafíos de la actividad después de la reciente cosecha

Foto: Sergio Etcheverry

Fueron 3 mil las hectáreas destinadas en la campaña 2017/18 a la producción de olivas con distintas variedades en el sudoeste bonaerense, según datos proporcionados por el ingeniero Mario Oscar Fernández, presidente de la cámara olivícola Sur Oliva (foto).

Dijo que el clima el año pasado proporcionó excelentes condiciones de recarga del perfil de suelo, debido a que el registro de lluvias fue de 785 milímetros, un 9,5% superior al promedio de los últimos 10 años (716 mm.).

“Los índices de humedad fueron positivos, lo que permitió abordar el requerimiento hídrico necesario para un normal desarrollo del cultivo. Esto ocurrió al menos hasta diciembre pasado, mes en que comenzó a sentirse la falta de precipitaciones de importancia, con un total de apenas 20 mm.”, agregó.

Destacó que este año, durante los meses de enero (5mm.), febrero (43mm.), marzo (70 mm.) y abril (59mm.) se produjeron las elevadas temperaturas características de la época estival en la zona, provocando un adelantamiento de la cosecha, con resultados cuantitativos aceptables.

“La salvedad a lo ocurrido fue la excelente calidad organoléptica de los aceites obtenidos, situación que refuerza el esfuerzo, dedicación y capacidad de los productores de nuestra región, quienes velan permanentemente por lograr el excelente estado fitosanitario de las plantaciones y fincas modelos con que cuenta nuestra ‘comarca olivarera”, reflexionó Fernández.

Párrafo aparte, y a título informativo, el especialista mencionó que el Consejo Oleicola Internacional (C.O.I.), distribuido en 58 países productores de aceite de oliva, prevén una producción de 3,4 millones de toneladas para el período 2018/19. De esa cifra, un 56% corresponde a olivares tradicionales, un 36% intensivos y el 8% restante procederá de olivares superintensivos (alta densidad).

“Pese a que se produce aceite de oliva en 58 países, tan sólo 10 general el 93% de la producción mundial”, ejemplificó.

En ese marco, Fernández dijo que nuestro país está inmerso en un plan de impulsión del sector y proyectó que crecerá un 3,5% para llegar a una producción de 45 mil toneladas.

“También debemos mencionar que ante el acomodamiento de precios, por el tipo de cambio, inflación y altos costos de financiamiento (energía, mano de obra en cosecha y combustibles), el precio del aceite de oliva aumentó y su consumo interno ha tendido a la baja”, admitió.

“Por su parte, los países más importantes en producción de olivos o llamados mercados maduros (España, Italia y Grecia) también decrecen en consumo, problema tanto estructural como por el cambio de tópicos de comportamiento de demandas, ya que en hoteles, restaurantes y colectividades mermó el uso de aceite de oliva”, se lamentó.

A este panorama hay que sumarle la caída de la demanda en la empresa agroalimentaria de transformación y el coyuntural factor precio.

Fernández también destacó que Argentina se ha transformado en un nuevo actor de la olivicultura mundial fuera de la “cuenca mediterránea”. Con la presencia de 14 países miembro y 9 observadores, nuestro país fue sede –en junio pasado- de la 107ª sesión del C.O.I..

“Este encuentro representa la máxima cita global del sector del aceite de oliva y aceituna de mesa, situación que puso de relieve la supremacía argentina en el continente. Durante el encuentro se definieron políticas conjuntas para avanzar hacia el futuro de la actividad”, subrayó.

El C.O.I. abarca el 98% de los países productores y el 71% de los países consumidores, y cuenta entre sus miembros a Argentina, Argelia, Egipto, Unión Europea, Israel, Líbano, Marruecos, Turquía y Uruguay, entre otros.

“Se buscó alcanzar decisiones que contribuyan a los objetivos generales de la organizaciones de la producción, el comercio y de los productos oleícolas”, completó. (Agencia Dorrego diario La Nueva.).

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