Política

La nota que escribió el dorreguense Bernardo Blázquez sobre el vicegobernador Salvador

El Titán Armendáriz fue el último gobernador radical de la provincia de Buenos Aires. Después de terminado su mandato, comenzó una espiral negativa de 28 años de gobiernos justicialistas. Ellos siempre llegaron al poder ejecutivo de la provincia, pero pensando en aspiraciones futuras. No miraban hacia el interior profundo, miraban hacia la Casa Rosada. Solo querían usar a la casa de gobierno situada en La Plata como mecanismo, como una herramienta para dirimir las internas en torno a su movimiento, sabiendo que la gobernación más importante del país tenía un peso específico muy importante a la hora de los armados políticos.

Todos los que pasaron por este proceso, citemos por ejemplo a Cafiero, Duhalde o al propio Daniel Scioli, vieron sus expectativas truncadas a la hora de llegar a la presidencia. Pero esos días de que los bonaerenses vivíamos bajo un mandato de un único partido que nos empobrecía y nos hacía vivir cautivos de la interna peronista han terminado. No sólo que han acabado, sino que además se nos presenta con un radical en el segundo cargo en orden de importancia, la vice gobernación.

Nuestro vicegobernador, Daniel Salvador, es una muestra clara de que el mito de que los radicales no sabemos gobernar es una falacia inventada por nuestros detractores. Como así también la falacia de que no podemos aportar a la gestión gente con idoneidad y experiencia, porque si Raúl Alfonsín lo eligió para ser secretario de la CONADEP con apenas 32 años, por algo debió haber sido.

Salvador, hombre de partido, quien hoy además preside el Comité Provincia, nos concedió una entrevista.

Daniel, definime la UCR. ¿Qué es para vos?

¿Qué es la Unión Cívica Radical? Bueno, es un partido que nació como una expresión popular. Un partido que representa básicamente los intereses del hombre en particular, un partido humanista, que busca por supuesto, como corresponde la democracia, la libertad, pero también la igualdad de oportunidades y que fundamentalmente nació pensando en los más desposeídos, como los definía el propio Leandro Alem. Y que a lo largo de su historia generó logros importantísimos en la vida institucional del país.

Con el radicalismo se consiguió la ley que permitió el Voto Universal, Obligatorio y Secreto. Con el radicalismo llegó el primer gobierno popular. El impulso para la creación de YPF. El impulso para la Reforma Universitaria y después, con el correr de los años, con el radicalismo y de la mano ya de Alfonsín se consagró definitivamente la vigencia de las instituciones.

¿Por qué elegiste este partido?

Elegí el radicalismo por distintos motivos. Sin dudas que uno de los motivos fue el familiar. Yo vengo de una familia radical con un padre que fue un importante dirigente, muy compenetrado con el partido, con la vida partidaria, así que desde la cuna uno vivió un ámbito muy político, muy partidario. Y después porque me sentí interpretado plenamente por los objetivos del radicalismo.

Hablame de la CONADEP ¿Qué significó para vos haberla integrado siendo tan joven?

La CONADEP para mí fue un momento fundacional de la democracia. Fue la decisión política de Alfonsín de terminar con la impunidad, para consagrar democracia para siempre. Y esa democracia se basaba en saber toda la verdad. Saber toda la verdad fue la CONADEP. Fue una comisión integrada por hombres y mujeres prestigiosos, algunos del ámbito de la religión, otros de la ciencia, o de la comunicación, de la medicina, de la literatura; para que genere un informe de lo que había pasado en la Argentina.

Ese informe fue el NUNCA MÁS, que se concretó en nueve meses y que a partir de allí generó una condena moral, que después dio pie a que se avance en la justicia. Y después vino el alegato del doctor Strassera, haciendo la acusación, ya en ámbito de la justicia. Después la decisión de los jueces, con el debido proceso, de condenar a quienes habían asaltado el poder.

Para mí fue sin dudas un hecho de una importancia fundamental, y que con el tiempo fue tomando una dimensión cada vez más dimensión.

¿Cuál fue la importancia de que haya sido Alfonsín el presidente en 1983, para que todo ese proceso de defensa de los DDHH se lleve adelante?

Que haya sido presidente Alfonsín en 1983 fue clave para que hoy podamos tener democracia, porque como el propio Raúl definía, no podía haber democracia para siempre con la claudicación ética que hubiese sido no investigar la violación de los derechos humanos acontecidos anteriormente. En el ´83 hubo dos opciones claras. La que representaba el radicalismo, con Raúl Alfonsín como presidente, o el justicialismo con Ítalo Lúder.

Mientras Alfonsín proponía dejar sin efecto la ley de prescriptibilidad que se habían dado los militares; en cambio, el Doctor Lúder participaba de la idea de que había que dar una vuelta de hoja y mirar solamente para adelante.

Así que ganó Alfonsín, eso generó una enorme algarabía, pero generó a su vez un enorme desafío: si se podía concretar o no la investigación a quienes estaban entregando el poder. Y a los pocos días del gobierno, se demostró que sí. Una de las primeras decisiones fue ordenar el procesamiento de las Juntas Militares y de las cabecillas de los guerrilleros, crear la CONADEP, dejar sin efecto esa ley de auto amnistía que se habían dado los militares, reformar el código militar para que se pueda avanzar. En definitiva, en pocos días se puso en marcha este proceso que terminaba con toda la verdad que fue la CONADEP y la máxima justicia posible, en una democracia que daba sus primeros pasos.

Por eso, que Alfonsín haya sido presidente en el ´83, es lo que permitió sin ningún tipo de dudas, con todo ese apoyo político, a que hoy haya democracia.

Ahora vayamos al presente, ¿qué importancia le asignas en tu carrera política el ser vicegobernador de la provincia más importante del país?

Ser Vicegobernador me permite participar en un proceso importantísimo de Argentina. Un proceso que con Cambiemos, le hemos puesto un freno al populismo, que desde hace muchos años venía gobernando. Y generar un cambio, más allá de gobierno; un cambio de paradigma. Que, por supuesto va a costar, que lleva mucho esfuerzo, que es un camino difícil. Es gobernar diciendo la verdad, poner el país de pie, y no solamente tenerlo como un país aislado y cada vez más empobrecido, sino sobre la base de la verdad, aprovechar la potencialidad que tiene.

Y, ser vicegobernador, me permite seguir acompañando un proceso para que aquellos valores de la democracia que todavía no se lograron, como la igualdad de oportunidades; menos pobreza, sin exclusión; con un poder judicial independiente con calidad institucional y sin impunidad; movilidad social, con mayores posibilidades; se puedan concretar. Sabiendo la importancia y muy compenetrado con el momento que estamos viviendo.

Y del radicalismo de la provincia. ¿Crees que estamos en un proceso de reconstrucción?

En cuanto al radicalismo de la provincia, sin dudas, así como el radicalismo a lo largo de sus 130 años ha tenido grandes logros, grandes éxitos y grandes aportes a la vida institucional, también tuvo crisis enormes. El radicalismo, en la previa al ingreso en Cambiemos, estaba en una de sus peores crisis, donde no solamente se había perdido espacio territorial, sino que también había perdido valor la opinión del radicalismo para la sociedad. Así que sin dudas como Cambiemos es una oportunidad para el país, es una oportunidad para la democracia, y para que dé la respuesta, es una oportunidad también para el radicalismo.

Y hoy sin dudas estamos en un proceso muy importante, con una incorporación de jóvenes a lo largo y a lo ancho de toda la provincia, con muchos intendentes, la mayoría de los cuales tienen en sus equipos a gente joven; con legisladores nacionales, legisladores provinciales; un Comité Provincia activo, que en unidad siempre recorre las distintas secciones electorales. Hemos logrado cosas importantes, como que el Comité vaya a estar en la capital de la provincia, cosa que se prometió montones de veces y nunca se pudo concretar.

Y hace poco tiempo también, es algo simbólico, pero que lo pone a la altura de un verdadero prócer de la Argentina, el haber puesto el monumento de Raúl Alfonsín en la Plaza Moreno, en La Plata, acompañados no sólo por una militancia radical de todos los lugares de la Provincia, sino también de las principales autoridades institucionales, lo cual posiciona muy fuerte a nuestro partido, lo que no genera enormes desafíos para adelante.

¿Crees que el partido hizo méritos suficientes como para reelegir la vice gobernación y ser competitivo en distritos grandes en los que antes no lo era?

El radicalismo comportó con un nivel de compromiso enorme. La Provincia de Buenos Aires es un ejemplo de funcionamiento de Cambiemos. El radicalismo no solamente integra la fórmula, tenemos bloques de unidad en el Senado provincial, en la Cámara de Diputados.

Lo que se trata hacer no es méritos para lugares, sino méritos para que entre todos podamos consolidar, por supuesto al radicalismo, que es una manera también de consolidar Cambiemos, y darle el mayor de los soportes a una gestión que tiene que ser exitosa para el bien de todos los argentinos y todos los bonaerenses.

Y la verdad que las candidaturas siempre son un tema que interesa, que en el partido por supuesto hay que hablarlo. Pero hoy es un tema que tiene que estar postergado para cuando el país esté un poco más en marcha, y podamos superar estos momentos más difíciles. Que hay que pasarlos, como tiene que pasar un gobierno que quiere hacer bien las cosas.

Ahora, para cerrar. Tanto en lo institucional como en lo electoral. ¿tenés un diagnóstico para la UCR de la provincia de Buenos Aires de cara al futuro?

No tengo dudas, estoy muy convencido de que con Cambiemos vamos a tener una gestión que permita poner definitivamente al país y a la provincia de pie, que es lo que verdaderamente nos va a permitir cumplir con ese gran mandato, que son los valores que debe tener la democracia.

Y el radicalismo ha sido una pieza fundamental en la conformación de Cambiemos, es una pieza fundamental ahora en el Gobierno. No tengo dudas de que se va a seguir fortaleciendo. Tenemos aspiración a trabajar mucho para que muchos distritos tengan la alternativa de tener nuevamente un intendente radical. Pero son cosas que hay que ir buscándolas con el tiempo, y básicamente tener en claro que el radicalismo no es un partido que va detrás de los cargos, sino fundamentalmente detrás de las ideas, detrás de los objetivos.

Y, en ese sentido, estamos siendo protagonistas de un momento trascendental para la vida del país y para la vida de la provincia. Así que darles mucho ánimo, que hay que tener mucha confianza, trabajar juntos. Y hay que ir a la vanguardia defendiendo todo lo que se está haciendo, porque también es una manera de fortalecer a las nuevas generaciones, pensando en el tiempo que se viene, tanto en la provincia como dentro del partido.

Un partido que aparte, en la Provincia de Buenos Aires, estamos en la mayor renovación desde el año ´83. Y se lo ve en los concejales, en los consejeros escolares, en los legisladores provinciales que han ingresado, toda gente joven. O en el Congreso de la Nación, que hemos tenido la satisfacción de llevar a la diputada más joven de todo el Congreso (Josefina Mendoza), pero que no está vinculado con la edad, sino con la capacidad y el compromiso. Así que estamos en el camino correcto, y lo que hay que hacer es seguir trabajando, seguir comprometiéndose, seguir capacitándose, seguir movilizándose para poder, entre todos, hacer realidad el objetivo de dejar de lado la resignación, y cambiarlo por expectativas y esperanza.

(*) Nota escrita en El Correligionario por el dorreguense Bernardo Blázquez, secretario de Derechos Humanos de la Juventud Radical bonaerense.

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