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Hechos y protagonistas del Pago Chico: Volver como leyenda

Por Fabián Barda

Un fin de noviembre de 1977, ese puñado de futbolistas, más del 90% de ese plantel jóvenes de la localidad, ingresaron al histórico edificio del Centro Social Valenciano de San Román como héroes.

Hace unos días volvieron a trasponer el umbral del viejo club que, siguió construyendo historia en estos últimos cuarenta años, pero convertidos en leyenda porque, como ya dijimos alguna vez, el torneo “Leoncio Aldea” de 1977, ganado por “los valencianos de San Román” tuvo otra dimensión. Era un equipo bien local dirigido por el inolvidable José “Petiso” Sola y Juan Carlos Errasti.

Hasta la última fecha, San Román marchaba segundo a una unidad de Rivadavia. Así, de punto se convirtieron en banca, los valencianos alinearon a R, Schiaffino, J.C. Morales, O. Sola, H. Casariego y C. Isidro; R. Sola, H. Lugones y H. Tomassini; D, Cipriani, H. Montero y O. Jure. Los suplentes fueron esa tarde: A. Corral, W. Piñeiro y M. Pascual.

Ganaron 4 a 2 con goles de Oscar Jure, Daniel “El Tula” Cipriani, Horacio Tomasini y Héctor Montero. También formaron parte del plantel, aunque no estuvieron en esa última fecha: Juan Carlos “Tapón” Lugones, una de las glorias de la institución, José Crededio, y “El Manso” Montero.

Era el más “chacarero” de todos los equipos. Schiaffino, uno de los mejores arqueros que pisó en nuestra Liga y, el experimentado y “eterno”, Oscar Jure, con larga carrera en Ferroviario, eran los “pueblerinos”; con “Petiso” Sola, como alma mater, con Juan Carlos Errasti acompañando en la Dirección Técnica y con Eliseo Tiradani, masajista y utilero, todavía hoy a sus más de 80 años viviendo en el pueblo.

Una de las particularidades era que jugaban tres pares de hermanos: Roberto y “Cachetada” Sola, “Tapón” y “Pocho” Lugones y “Arisco” y “Manso” Montero.

Cuarenta años después, eligieron el domingo 19 de noviembre para volver, para recorrer la sede de los valencianos, la vieja Estación que extraña la figura de Martín Piñeiro, el Bar de Pichón o lo de Sola y los restos del campo de juego donde se libraron las memorables batallas.

Nilda Cipriani de Lugones, la esposa de ese sutil centro half, el “Pocho” Lugones, anotó durante 22 años con suma prolijidad, detalle y pasión la trayectoria del Centro Social Valenciano en el fútbol Dorreguense. Fueron 22 años que domingo a domingo, Nilda volcaba con fina caligrafía lo que pasaba.

Cuando en 1991 el “auriverde” decide no entrar más en los torneos escribe la última carilla de varios cuadernos. Para Nilda “terminaron los domingos felices del encuentro con amigos, pasando frío junto al alambrado con tardes apenadas, otras muy alegres pero siempre felices de la reunión que vivíamos cada semana. Yo les aseguro que los extraño muchísimo. Quedan anotados todos los partidos de 22 años que tantos muchachos jugaron. Guardaré estos cuadernos por siempre y como testamento los dejaré para que los guarden en la vitrina por si alguien, pasado el tiempo, quiere verlos. Yo amo este Club”, concluye Nilda.

Y quien no va a querer revivir esa mágica historia. Otra vez, viva el fútbol. Otra vez, Salud Campeones!!!! (Ecos de mi Ciudad). (01-07-23).

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