Sociedad

Aún quedan (pocos) vecinos empeñados en violar las normas y joder a otros

Si bien se redujo considerablemente la utilización de pirotecnia desde que está en vigencia la ordenanza que prohibe en nuestro distrito su comercialización, tenencia, uso, manipulación, depósito, circulación y transporte, aún hay vecinos que siguen empleándola para ¿festejar?, como se comprobó en los primeros minutos de hoy, con la llegada del Año Nuevo.

Como el impedimento es archisabido, sólo queda pensar que estas personas se creen con derecho a pisotear una norma que recibió -en noviembre de 2014- el respaldo unánime de los concejales y un fuerte consenso en el resto de la comunidad.

También es de conocimiento general que los fuegos artificiales y los cohetes pueden provocar malestar a determinadas personas y animales, y ser la causa directa de enfermedades e, incluso, la muerte.

Además, la pirotecnia puede provocar incendios, como lo pudieron comprobar, con resignación, nuestros abnegados bomberos voluntarios, que, una vez más, tuvieron que interrumpir el brindis de Año Nuevo con sus seres queridos para apagar el fuego generado por la sinrazón.

Todos los años, en varios lugares del país, miles de personas, incluidos niños, deben ser atendidas de emergencia por mutilaciones, fracturas y luxaciones, heridas, lesiones oculares con perforación y penetración de cuerpos extraños, hipoacusia por perforación del tímpano y quemaduras de distintos grados

Bebés, adultos mayores y personas convalecientes soportan con incomodidad y malestar la contaminación acústica. Las personas con hiper-sensitividad sensorial, como es el caso de las personas autistas, sufren las consecuencias de la pirotecnia.

Además debe tenerse en cuenta el daño al medio ambiente y la contaminación ambiental y acústica.

Más allá de la responsabilidad individual que tienen aquellos (pocos) a los que les importa un bledo el padecimiento de otros seres humanos o de mascotas, algunos usuarios de redes sociales también cargaron contra las autoridades por la falta de controles.

De todos modos, el avance social sobre esta práctica sera posible en tanto y en cuando se comience a tomar conciencia de que no se trata de un problema que afecta a “otros”, o a algunos sectores, y que debemos dar el ejemplo a los más pequeños para que crezcan en un ambiente sano, libre de contaminación sonora y con respeto hacia las otras especies.

¿Cómo será posible que este puñado de malos vecinos tome conciencia del daño que la pirotecnia hace sino no lo hace sobre el daño que se está generando así mismo y a los demás?

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