Congreso en disputa: cuántas bancas arriesga cada partido en la elección del domingo

Este domingo los argentinos definirán cómo quedará el Congreso a partir del 10 de diciembre. En esta elección se renuevan 127 bancas en Diputados y 24 en el Senado, una votación que será clave para el futuro político del presidente Javier Milei y su fuerza, La Libertad Avanza (LLA). En juego no solo están los números, sino la posibilidad de consolidar o debilitar el poder del oficialismo dentro del Parlamento.
El dato más llamativo es que LLA es la fuerza que menos arriesga: en la Cámara baja renueva apenas 8 de sus 37 bancas, mientras que en el Senado no pone ninguna en juego. Por eso, gane o pierda, el bloque libertario saldrá fortalecido. Aun así, ni con un resultado excepcional alcanzará el famoso “tercio propio” que le permitiría blindar vetos presidenciales o evitar un eventual juicio político.
Según estimaciones de El Parlamentario, si Milei logra su mejor elección, alcanzaría 77 diputados (nueve menos del número mágico) y 18 senadores, lejos de los 86 y 24 necesarios para dominar ambas cámaras. En el peor escenario, podría quedarse con 60 bancas en Diputados y 14 en el Senado, una cifra importante pero insuficiente para garantizar gobernabilidad sin acuerdos. “Saque los votos que saque, LLA tendrá más legisladores que antes”, admiten en el oficialismo, aunque saben que el Congreso que viene no será sencillo.
Mientras tanto, Unión por la Patria (UxP) es la fuerza que más arriesga. En Diputados pone en juego 46 de sus 98 bancas, y en el Senado, 15 de las 34. La elección será especialmente compleja porque se renuevan los escaños ganados en 2019, cuando Alberto Fernández y Cristina Kirchner encabezaron la fórmula presidencial del Frente de Todos. En aquel entonces, el peronismo fue beneficiado por el “efecto arrastre”, algo que no se repetirá con la Boleta Única de Papel (BUP).
El bloque que conduce José Mayans en la Cámara alta podría caer a 28 o 32 bancas, alejándose del quórum propio que hoy tiene a solo tres escaños. En Diputados, Germán Martínez confía en mantener la primera minoría: en el peor escenario, su bancada quedaría con 86 miembros, y en el mejor, podría crecer a 100.
Retener ese estatus es clave, no solo para marcar el ritmo legislativo sino también para repartir las presidencias de comisiones. Además, define el peso político de UxP en las negociaciones con el oficialismo y con los bloques del medio.
En ese punto aparecen Encuentro Federal y Provincias Unidas, los espacios que se convirtieron en el fiel de la balanza durante los primeros años de Milei. En Diputados, el primero arriesga 7 de sus 15 bancas, mientras que en el Senado los gobernadores de Provincias Unidas, entre ellos Maximiliano Pullaro, Ignacio Torres, Carlos Sadir, Martín Llaryora, Gustavo Valdés y Claudio Vidal, renuevan 2 de 5. Este grupo busca reforzar su peso institucional y garantizar recursos para sus provincias.
Sin ellos, no se habrían aprobado leyes clave como la Ley Bases o el paquete fiscal, pero tampoco se hubieran logrado las derrotas más resonantes del Gobierno, como las normas sobre discapacidad, financiamiento universitario y hospital Garrahan.
En el pelotón que pelea por sobrevivir están la Coalición Cívica, el FIT y los distintos brazos del radicalismo. El espacio de Elisa Carrió arriesga 4 de sus 6 bancas, mientras que el Frente de Izquierda pone en juego 4 de 5. Si no logran una buena elección, ambos podrían quedar reducidos a su mínima expresión.
La situación de la UCR es aún más delicada. Fragmentado en varios bloques, el partido centenario renueva 23 de sus 32 bancas. El sector que lidera Rodrigo De Loredo pone en juego 11 de 14; Democracia para Siempre, donde se referencia Facundo Manes, arriesga 9 de 12; la Liga del Interior, con los “radicales con peluca”, defiende 3 de 6; y Mario Barletta, con su monobloque, culmina su mandato. En el Senado, los radicales exponen 4 de 11 bancas, una situación más cómoda.
El PRO, por su parte, busca renovar el 60% de su bloque y también podría achicarse, a pesar de que muchos de sus candidatos comparten listas con los libertarios. Lo mismo ocurre con los partidos provinciales, que sufrirían el impacto de la polarización entre Milei y el peronismo.
Todo indica que en diciembre, cuando se reconfiguren los bloques, el Congreso mostrará una foto diferente: menos partidos, más interbloques y una mayor polarización. Si el Gobierno hace una buena elección, tendrá más margen de maniobra para negociar; si no, enfrentará una oposición fortalecida y un escenario legislativo mucho más trabado. (25-10-25).



