Política

El golpe en Provincia dejó al PRO sin brújula: perdió bancas, peso político y crecen los pases de factura

La elección bonaerense dejó secuelas más allá de la derrota de Javier Milei. El PRO, socio clave en el acuerdo con los libertarios, terminó golpeado: perdió bancas, retrocedió en representación y quedó envuelto en un vendaval de reproches internos.

En Diputados, el macrismo defendía 8 de 13 escaños y en el Senado 4 de 9. El cálculo era sostener al menos nueve, pero la cosecha fue apenas de siete, con un retroceso de cinco bancas. Solo en la Quinta sección, con Guillermo Montenegro, y en la Sexta, con Oscar Liberman, pudieron imponerse. El resto del mapa quedó en manos del peronismo.

En las listas conjuntas lograron ingresar dirigentes como Natalia Blanco, Alejandro Rabinovich, María Sotolano, Lucila Bontempo, Montenegro, Gustavo Coria y Julieta Quintiero Chasman. Sin embargo, el magro resultado encendió el malestar. “Tomaste una decisión política equivocada, y ahora habrá discusión interna”, lanzó un referente amarillo a Infobae.

La tensión está todavía más marcada entre intendentes. La bronca apunta al modo en que se cerraron listas y se definió la estrategia.

No faltaron excepciones. En Vicente López, Soledad Martínez sacó pecho con más del 55% y señaló: “No se ganan elecciones con discursos, se gana gobernando con resultados”. En San Isidro, Ramón Lanús también consiguió imponerse, y en Mar del Plata, Montenegro logró una victoria que, aunque ajustada, lo perfila para jugar en la política nacional.

Los cuestionamientos a la alianza se potenciaron con los casos de Pablo Petrecca en Junín y Javier Martínez en Pergamino: ambos rompieron con LLA, se presentaron por otros espacios y ganaron. Más contundente fue lo ocurrido en San Nicolás, donde los hermanos Passaglia superaron el 50%, duplicando a libertarios y peronistas.

Mientras tanto, Mauricio Macri eligió el silencio. La voz la pusieron otros dirigentes: Nacho Torres, gobernador de Chubut, pidió humildad al Gobierno; Maximiliano Pullaro reclamó que “la gente no quiere más gritos, quiere hechos”; y la diputada Daiana Fernández Molero agregó: “Ojalá se tomen nota de los errores no forzados”.

El caso más resonante de la derrota fue el de Diego Valenzuela en la Primera sección. El intendente de Tres de Febrero buscaba catapultarse como candidato a gobernador, pero terminó como uno de los grandes perdedores. Su nombre incluso sonaba para el Ministerio de Seguridad tras la salida de Patricia Bullrich, una aspiración que se diluye tras la paliza electoral.

En contraposición, los focos se posaron en Montenegro y los Passaglia, que emergen como excepciones en medio del derrumbe. Sus triunfos muestran que, incluso en un escenario adverso, todavía hay espacio para los intendentes que lograron conservar identidad propia frente a la ola libertaria y peronista. (Data Clave). (09-09-25).

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