Política

“Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto” (George C. Lichtenberg)

NOTA DE CARLOS MADERA MURGUI EN EL BLOG TESTIGOS DE PRIVILEGIO

En los años 90, en pleno menemato, nos quejábamos por la farandulización de la política, inaugurada por el riojano, pero que hacía mención más acorde a personas conocidas de distintos ámbitos, excediendo lo artístico y deportivo, sin ningún atributo ni preparación para la tarea. Hoy, nada llama la atención porque se asume que, a partir de una trascendencia mediática, todas y todos están capacitados y preparados para una tarea de representación política en la sociedad.

A partir de ser buena persona (en los casos en que se tiene más cuidado), transparencia y honestidad, que no deberían prometerse porque se descarta que así sea, todos sirven, pero no es suficiente. Punteros digitales, aggiornados, organizados o por propia iniciativa en este fenómeno de exposición personal, donde todos son partícipes en una gran asamblea abierta, un aquelarre abocado a una dispersión y disociación ideológica con su propia raíz, que confunde y pone en duda su mismo intelecto, aunque, al final, el intendente se tenga que remangar y repartir boletas casa por casa como cualquier militante principiante y conocedor de lo redituable. Todo cambió y los resultados están a la vista. Ocurrió en una elección PASO hace algunos años aquí, donde coincidieron internas y participaron más de 70 candidatos improvisados porque estaban fuera, y luego de eso, siguieron fuera y quedaron muy pocos. La mayoría obedecía a un manual de lo que hay que decir que no se extinguió, ya que ahora también se escucha con suma naturalidad, como si se tratara de copiarse en un examen: “estamos aprendiendo algunos tips”, como le dicen. Tal vez, de aquí a la votación, tengamos una catarata de proposiciones en forma pública organizada que aliente una forma de ilusionarse, que ya sería algo interesante. Eso sí, saludos y sonrisas no se niegan a nadie, se nota mucho, diría Niembro.

Repasemos: La UCR, comandada por Juan Carlos Chalde, demuestra una conocida estrategia creguista en los tiempos de Afirmación Radical, su formación, donde se lo tildaba de vecinalista al blindar territorio. Es cierto, por otra parte, que el radicalismo, como sello, y con su zigzagueante derrotero y una diáspora histórica, no es una tentación para nadie en todo el país. Sus dirigentes nacionales y provinciales fueron demasiado lejos (a pesar de que alguna vez Alfonsín dijo que el límite era Macri), comportándose bajo ningún precepto partidario y dejaron la territorialidad distrital como una única y muy valorada herramienta. Cada uno es lo que es en su propio pueblo. Chalde, con buena relación con la Provincia, lleva a su tropa a puro equilibrio, dentro de un contexto regional muy apocado, con la novedad de Priscilla Minnaard como expectante en un segundo puesto de la boleta de Somos en la Sexta, un buen posicionamiento dorreguero donde casi siempre ha sido Bahía y algunos lugares más grandes. Eso sí, Somos tendría que cosechar alrededor de 70 mil votos, con un cálculo a la baja de votantes, para que Dorrego tenga alguien en la Legislatura bonaerense. Un par de anuncios más o menos concretos (es una elección legislativa) animaron a una tripleta de abogados en los primeros puestos del oficialismo, con la ventaja de ser gobierno, aunque se conjetura que las de medio término siempre son termómetro de gestión.

Fuerte Patria, la lista peronista, no muy expresado esto último en todos lados, propone en los primeros lugares gente con más o menos militancia, creo que con las expectativas lógicas, no más que eso, teniendo en cuenta el desangrado de posiciones intestinas inexplicables, que igual han dejado al PJ en un piso legislativo respetable (3 a 3 en las últimas) y el desgaste esperable de actuar en minoría, sabido desde el primer día. El panorama prevé con incertidumbre el desempeño de las listas mileítas, con gente bisoña, atados indudablemente a otros destinos y blasones que no tienen mucho que ver a nivel local, más allá de lo sectorial empresarial y personal, con dos listas en una interna llevada a la general sin mucho conocimiento del votante y muy nuevitas.

Se debe comprender que no es una tarea administrativa que se aprenda para la cual elegimos concejales, sino que es una derivación política mamada en lo ideológico, que ya debe estar clara en el momento de proponer, para salvaguardar cualquier travestismo o que no coincida luego su posición con el sello que fue elegido. Existe una avanzada antipolítica en la comunicación, similar a la de “que se vayan todos”, que también fogonean los protagonistas, como narra el propio Milei al referirse a los políticos, como si fuera él mismo otra cosa.

En ese marco, hay que hacer un esfuerzo muy grande para entender alguna lógica atendible. Les parece algo, muy convencidos de su posición (hasta ahí no está mal), desafiando las normas legales establecidas a las que tildan de burocráticas, desconociendo eso (leyes y normas), anteponiendo libertades o sentido común. Eso no es más que desconocer las disposiciones que, aunque no se puede compartir, es menos negar y, por último, violar.

Diputados, senadores, concejales, imbuidos en un atraso de capacidad alarmante (no todos, claro). Posturas e ideas totalmente irracionales, cuestionando la esencia y origen de lo comprobado fuera de discusión, determinado a lo largo de los años democráticos entre toda la sociedad. Eso no es libertad, ni modernidad, ni frescura; es solo desconocimiento, impericia e incompetencia en el lugar que ocupan. Es un marco nacional que supimos conseguir, pero como tantas otras cosas, con el distintivo de que vivimos diferente, sepamos no perder la oportunidad.

“Somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros”. Este pensamiento, que combina la filosofía con la psicología, reconoce que siempre existe un margen para decidir quiénes queremos ser. Jean-Paul Sartre, uno de los filósofos más influyentes del siglo XX, es famoso por su profunda exploración sobre la existencia y la libertad humana. Sartre destaca que, aunque podemos ser influenciados o formados por circunstancias externas, todavía tenemos la libertad y la responsabilidad de elegir cómo reaccionar y actuar. Elegir cómo queremos vivir no sería tan complicado. Debemos reflexionar si estamos haciendo lo suficiente, como canta León. El voto siempre ayuda y es una herramienta como tal.

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