Historias Dorregueras: Basilio, el Cordobés

Por Fabián Barda
Los años cincuenta del siglo pasado presentaron al fútbol dorreguense en dos frentes: por un lado, los equipos que desde el año 1949 militaban en la Liga Tresarroyense y, por el otro, en el frente interno, la Liga Libre, que año tras año lograba mayor notoriedad y competitividad.
El más antiguo de los clubes de la localidad cabecera del partido de Coronel Dorrego, Ferroviario, tomó en 1959 una decisión institucional fundamental para sus históricos logros deportivos: se afilió a la liga vecina para formar parte de la élite de los que jugaron en la denominada “Colombia Chica”.
La cuasi profesionalización de la Liga Tresarroyense hizo que los equipos del fútbol dorreguense se reforzaran a la altura de las circunstancias. Así fue que llegó la legión de rosarinos, entre los que se encontraban Mastrángelo, Ordóñez, Saladiarré y Comán, entre otros. También desde la mediterránea Córdoba se incorporaron Herter, Flogia, Leiva y Rosales.
En 1959, ya estaba en el aurinegro Italo Chirimbuolo, proveniente de Unión de Santa Fe, quien convenció a Manuel Basilio Rosales para incorporarse al equipo que jugaría en el fútbol tresarroyense. Ya nada sería igual para el “Cordobés”; su nombre, su figura, su perfil de crack y su grandeza humana lo convertirían en uno de los próceres del panteón aurinegro.
Si para muchos el Japonés Chaves fue el mejor futbolista del equipo del “Pueblo Nuevo”, el Cordobés Basilio Rosales se encuentra en el mismo escalón.
Rosales nació en Córdoba capital, en el barrio de Alberdi, con un destino escrito de ser de Belgrano, pero no fue “Pirata”, ya que Manuel terminó fichando para General Paz Junior.
De los nueve hermanos Rosales, él encontró en el fútbol el camino para conducirse en la vida.
Llegó el momento del Servicio Militar Obligatorio; le tocó Marina, en la Base Naval Puerto Belgrano. Inmediatamente se vinculó con Rosario Puerto Belgrano y jugó en el tricolor puntaltense. Como muchos de los que dejaron su huella en el fútbol de Dorrego, el servicio militar, la Base Naval y Punta Alta eran lugares comunes donde los equipos se nutrían de excelentes valores para enfrentar el difícil torneo de la Liga Tresarroyense.
Arribó al club con el que se daría una identidad definitiva, ya que “El Cordobés” jugó casi hasta los cuarenta años, siempre en Ferroviario, y protagonizó los logros más importantes del “aurinegro” en “La Colombia Chica”. Fue campeón del ascenso en 1959 y del Torneo Preparación “Humberto Milanessi” de 1961.
En ese torneo de 1959, Rosales jugó con el histórico goleador del eterno rival, Independiente de Dorrego, Michelín Abad, quien en la final contra Olimpo convirtió tres goles. Además, el plantel campeón lo integraban, entre otros, Robles, García, Rodríguez, Florencio Fernández, Vera, Esteban, Rolón, Simonisini, Gali, Dib y Medina.
El logro de 1961 tiene un significado muy importante para el fútbol local, ya que de los cinco equipos dorreguenses que jugaron en la Colombia Chica, solo Ferroviario logró ganar un torneo.
La final tuvo condimentos de película: se ganó a Independiente; los partidos de ida y vuelta terminaron empatados, uno a uno, y la definición fue por mayor número de tiros de esquina (corners 13 a 9 a favor de Ferroviario).
En ese Ferroviario, acompañaban a Rosales: Robles, Mallemachi, Ordóñez, Esteban, Florencio Fernández, Carapella, Sica, Montivero, Comán, Haquín, Chávez, Neirot, Hugo Torres y Díaz. Para dejar inscrito en letras de oro su nombre, Basilio Rosales marcó el empate a los 41 minutos del primer tiempo.
Estuvo presente desde el inicio de la conformación definitiva de la Liga Dorreguense en 1962 e integró el primer seleccionado local. En los primeros torneos liguistas, se mezcló con la nueva camada que incluía a Néstor Fernández, Juan Bazerque, Tito Chiaradía, Maldonado, Peto Boutempo, Pochocho Di Croce, Bocha Castiglioni y El Gallego Palomar, entre otros.
Podía jugar por izquierda o por derecha. Era un exquisito futbolista con una tremenda personalidad. Pícaro, con el potrero en la sangre, buena pegada, maravillosa gambeta y una mente muy fría para los momentos bravos del partido.
Su ligazón con el club de sus amores continuó, ya que fue director técnico de varios de sus planteles.
Se animó al referato, pero su destino fue convertirse en la “Leyenda aurinegra”, porque habrá cientos de referencias a los magníficos futbolistas que pisaron nuestras canchas, pero de ninguna de ellas se podrá obviar al “Cordobés” Manuel Basilio Rosales. (28-08-25).