Porqué no voy a votar a Milei

Por Pablo Javier Marcó (*)

Porque estoy a favor de la democracia.

Porque estoy a favor de la salud pública, de la educación pública.

Porque estoy en contra de la intolerancia, de la violencia, de la prepotencia, de los gritos, de la discriminación, de las motosierras como símbolo de la destrucción.

Porque los tiempos que vienen requieren de responsabilidad, templanza, equilibrio emocional.

Por la continuidad del Banco Central, institución clave, no solo en materia de inspección y regulación del sistema bancario, sino en su rol como agente del desarrollo nacional y garante de la estabilidad macroeconómica (función que ejerce con el Ministerio de Economía).

Porque la dolarización de la economía argentina conduciría hacia un déficit comercial que secaría a la economía de dólares, y llegaríamos a una situación similar al 2001, cuando no podíamos emitir hasta que salimos de la convertibilidad y aparecieron las cuasimonedas.

Por la memoria de Raúl Alfonsín y otros dirigentes de la UCR que abrazan las causas populares y nacionales, sistemáticamente insultados por el candidato libertario.

Porque los evidentes problemas del país se resuelven con más democracia y no con una tiranía, como sugirió la candidata a vicepresidenta libertaria.

Por los caídos en Malvinas y por los 30.000 desparecidos.

Porque estoy en contra del negacionismo y de la reivindicación de la dictadura cívico – militar.

Porque jamás voté ni votaré fascistas.

Porque no se pueden quebrar por un resultado electoral consensos básicos, de convivencia democrática, que parecían definitivamente saldados en el país.

Porque la justicia social y la igualdad de oportunidades no son aberrantes, como las definió el candidato libertario.

Porque los clubes deportivos deben seguir siendo asociaciones civiles sin fines de lucro y no sociedades anónimas.

Porque los cambios y soluciones que propone el candidato libertario serían devastadores en términos económicos y sociales para vastos sectores de la sociedad.

Porque el domingo, en la segunda vuelta electoral, con nuestro voto, vamos a elegir mucho más que un gobierno: elegiremos una forma de vida, una manera de relacionarnos.

Porque todas y todos puedan desarrollar sus proyectos de vida en libertad, en pleno ejercicio de sus derechos individuales y colectivos, al amparo de un Estado solidario que los cuide y los aliente a ser generosos con sus pares, sobre todo con quienes sufren y necesitan de nuestra empatía.

Porque no hay realización individual sin realización colectiva.

Porque no se puede gobernar un país al que se aborrece.

Por todas estas razones y muchas más, este domingo NO VOY A VOTAR A JAVIER MILEI. VOY A VOTAR A SERGIO MASSA.

(*) Es la primera vez en mis más de 30 años de oficio que doy a conocer públicamente mi voto. (16-11-23).

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