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Nota de Julián Mozo / Juanfer Quintero y la NBA, su otra gran pasión: la estrella que lo cautiva y qué detalles del básquet aplica en el fútbol

El ídolo de River revela anécdotas de su fanatismo, cuenta de qué equipo es hincha y a qué jugadores admira y por qué. También relata lo que significó ver un partido en primera fila hace semanas en Miami y sacarse una foto con Jimmy Butler

NOTA DE JULIÁN MOZO EN INFOBAE

“Soy realmente un fanático del básquet y de la NBA”. Juan Fernando Quintero lo dice una, dos y tres veces durante la nota, para que no queden dudas. Cuando habla de su gran pasión se le van las palabras. Tampoco las mide. En esta nota es el hincha de la naranja, no es ídolo absoluto de River Plate y de Colombia. No es el futbolista famoso por el que todos se desviven. Y lo demuestra con una anécdota que protagonizó en Miami en el Juego 7 de la final de la Conferencia Este entre el Heat y Boston Celtics, durante sus días de descanso a fin de mayo. “Paul Pogba, mi amigo del fútbol, tiene una buena relación con Jimmy Butler y me invitó a ir al partido. Yo no lo podía creer, imagínate, era mi sueño… Había ido a partidos anteriores, pero nunca ahí, al lado de la cancha. Fue uno de los momentos más importantes de mi vida”, comenta casi como olvidándose los instantes gloriosos que ha vivido en su carrera como futbolista, empezando por aquel histórico gol a Boca en Madrid.

“Lo que ocurre es que, una cosa es mi vida como futbolista y otra como hincha. Yo entiendo todo lo que les pasa a algunos hinchas con nosotros, pero somos seres humanos, comunes y corrientes, con nuestras cosas como cualquiera. Yo, por ejemplo, soy muy fana de básquet y de la NBA. Tengo camisetas de todos los equipos, compro varias pelotas por año, tengo mi canchita en mi casa en Colombia en la que juego con amigos… Imaginate estar ahí, al pie de la cancha. O hablar con Jimmy Butler, que acepte una foto y me diga ‘hombre grande’ viendo que era chiquito (se ríe). Todo luego de perder ese juego… Hablamos un rato después, yo no quería molestar, sé cómo son esos momentos, yo no sé si él sabía quién era yo realmente… Pero para mí fue algo soñado, como de cualquier fan que viene hacía mi por lo que yo hago en el futbol”, explica en una larga entrevista con Infobae.

De repente, aquellos que se ven por TV se transforman en ídolos de carne y hueso. “Porque, además del juego, a mí me gusta conocer sus historias, me motivan, me inspiran y me hacen sentir representado. La de Butler la conozco (NdeR: su padre lo abandonó, la madre lo echó de su casa a los 13 años y tuvo que vivir con una familia sustituta, logrando que el básquet fuera su tabla de salvación) y me genera mucha admiración y respeto. A todos nos pasan cosas difíciles en la vida y lo importante es cómo las enfrentamos. A mi padre lo desaparecieron cuando yo era muy chiquito y tuvo que apoyarme en mi madre, abuelos, buscando reemplazar lo irremplazable. Yo, como él y tantos otros, salí de un contexto complicado en mi barrio… Por eso valoro mucho más lo conseguido, los valores que muestra él, la humildad que noté en esos momentos que compartí”, comenta. Como a Butler, a Quintero lo ayudó mucho el deporte, en este caso el fútbol. Fue su puerta de salida a un contexto plagado de desigualdad, pobreza, crimen y drogas. Eso era Medellín, su ciudad, en los años 90, una ciudad dominada por los cárteles del narcotráfico.

-Contame cuándo arrancó tu pasión por el básquet.

-Donde vivía no se veía mucho, pero yo tenía una tele esas de perilla y con una antena parabólica que por ahí enganchábamos partidos de la NBA. Lo primero que recuerdo bien es la final de los Lakers de Kobe contra los Sixers de Iverson (NdeR: en 2001). Esa imagen la tengo muy presente. Yo era chico (8 años), no era mi deporte, pero me empezó a gustar. Así comenzó todo. Pero ya más enfermo, más fanático, desde que empecé a ver y a escuchar sobre Steph Curry, en 2009, cuando lo eligieron en el draft. Recuerdo que se hablaba y me causó curiosidad, personalmente. Lo he seguido todo este tiempo y es obviamente el jugador que más admiro.

-Y volviendo a aquella final 2001, a Allen Iverson puntualmente, quien no sólo era un ídolo popular, sobre todo de las clases más bajas, sino además un ícono cultural, de la música, de una forma de ser y hasta de vestir, casi una representación de la calle y del hip hop en la NBA. No sé si en ese momento te diste cuenta, te llamó la atención o tal vez con el paso del tiempo.

-Con el tiempo entendí lo que era Iverson, lo que representaba, en el deporte y en la cultura. Luego vi el documental y me di cuenta de que hubo un antes y un después de él, porque entendí dónde había crecido, en la calle, lo que tuvo que sufrir para llegar…. Una historia que me representa mucho, por el barrio y la comuna donde crecí, desde donde no todos han logrado sus sueños por muchos tipos de cosas…

-¿Entonces sos de leer historias de vida o ver documentales de las estrellas NBA? Porque casi todas tienen puntos en común, sobre lo mal que la pasaron, penurias, tristezas, abandonos de padres, que le dijeron que no podían jugar, que los cortaron de un equipo.

-Sí, claro, mucho. Cada persona tiene su historia, todos hemos tenido batallas fuertes, algunos hemos salido y otros no. Y lo interesante es tomar esos casos para dar ejemplos a quienes nos escuchan. Todos los somos, de alguna u otra forma, con lo que nos ha pasado y cómo hemos podido superar los malos momentos. Para eso estamos, también, más que para jugar, para mostrar eso, que hemos vivido no sólo para nuestro ego, para sentirnos bien, sino también para que otros no cometan nuestros mismos errores. Al final, ese es el legado de cada persona. No sólo hablando, con teorías, sino con actos, entendiendo que, muchas veces, el deporte cambia vidas. Hay muchas historias que se conectan en muchos puntos. En el caso de Iverson con el mío por ejemplo, desde las trenzas hasta la música, pasando por el estilo… Me encantaba también el carácter que tenía a la hora de jugar y su forma: era petiso pero rápido, era ágil, tenía tiro y aparecía en los momentos decisivos.

-¿También te sentís identificado por el juego? Porque Iverson o Curry son jugadores distintos, que arriesgan mucho, como vos

-Y sí, un poco por ese talento, de esa búsqueda de intentar algo distinto. Es algo que fluye, que sale natural, uno lo hace y no se da cuenta, viene con el espíritu, con el alma de uno…

-Te vuelvo al básquet y a tu pasión. ¿Ves mucho?

-Sí, claro, me encanta, soy un enfermo te diría, de las tácticas, las estrategias, de la asignación de roles en los equipos… Me encanta eso de saber cada uno los defectos y virtudes, qué cosa cada uno pone al servicio del equipo. Ahora estuve a full con las Finales de la NBA. Te diría que veo más básquet que fútbol. Me ha servido también para ver cómo se entrenan o alimentan porque los atletas son de los más fuertes. Salgo de un partido y veo qué video salió, qué partido se jugó y busco información.

-¿Tan fana que te prendés a ver partidos viejos?

-Sí, claro, veo muchos highlights de partidos viejos, me encanta y de eso me nutro. Me sirve también, como te decía, para salir un poco del fútbol.

Juanfer Quintero jugando con sus amigos, lejos del césped de la cancha de fútbol
-¿Y en el plantel de River hablás de básquet con los chicos?

-Sí, claro, con varios, estos días hablamos bastante de las finales NBA. Incluso en el gym en Ezeiza tenemos un aro y jugamos un 21 con Milton (Casco), Felipe Peña, Palavecino… Algunos incluso tiran con la pierna.

-Viendo la NBA, los equipos y sus identidades, ¿con cuál comparás a River, por la ambición, la forma de jugar, de ir para adelante y arriesgar?

-River podría ser Golden State, porque tiene de todo un poco. Similitudes en la propuesta, en la identidad del juego, además es un proceso similar que lleva varios años. Se asemeja, la verdad.

-Y te marco otra semejanza. Steve Kerr está desde 2014, como Gallardo. Tal vez ahí haya otra… Incluso en el estilo de entrenador, exigente pero a la vez jugadorista.

– Seguro, no me cabe la menor que hay otra similitud (se ríe). Por la exigencia, la experiencia, ambos fueron jugadores. Y a los dos, más que nada, les importa cómo está el equipo, no sólo el jugador. Viven pensando en la forma para potenciar lo colectivo. Se aprende mucho. Yo siempre digo que estoy muy agradecido por ser dirigido por él, porque tiene conceptos muy claro y es el ideal para explotar tus cualidades.

-Golden State fue campeón, ¿River va a terminar igual?

-No me atrevo a decir o a prometer nada. Eso sí, vamos a dar pelea hasta el final. Como ha sido la mentalidad siempre. Ojalá se nos dé.

-Colombia no tiene tanta tradición en básquet, aunque ahora ha mejorado. ¿Ves solo NBA o también mirás la liga colombiana?

-Por la cultura colombiana, parecida a la americana, se ha visto siempre más la NBA. Nuestra liga se ha desarrollado desde hace poco. Conozco a Juan Palacios y Braian Angola, quienes están en Europa, y en el caso de Braian tuvo un paso por Orlando en una liga de verano de la NBA. El torneo local se viene desarrollando y yo creo que tendremos la oportunidad de que un colombiano llegue en el futuro a la NBA.

-¿Se juega en los barrios? Te vimos jugando con amigos en la canchita que tenés en tu casa.

-Sí, despuntamos un poco el vicio con amigos. Jugamos más de lo que descansamos (se ríe), partidos por el orgullo o jugamos al 21. Yo no soy muy bueno, pero trato de dar lo mejor. Y realmente lo tomo como algo psicológico, como una terapia que me aleja mentalmente de todo lo que es el fútbol. A veces saco las pelotas y me pongo a tirar, solo, un rato largo. Lo disfruto, es mi otra pasión.

-En los videos se te ve bien. ¿De qué jugás? ¿Qué características tenés como jugador?

-Yo soy un base armador de juego (se ríe), no creo que con mi estatura pueda jugar en el poste (se ríe).

-¿Pero sos un armador puro o un base más tirador? ¿Alguien tipo más John Stockton o más Steph Curry, tu ídolo?

-Y diría más un Stockton… Aunque al 0000.1 por ciento. Mis amigos dicen que tiro bien, pero la verdad es que a veces no entra…

-Y en la NBA sos hincha de los Warriors.

-Sí, en realidad disfruto de cada partido, de toda la NBA, pero soy fana de Golden State. Cuando estaba en China, pese a las 12 horas de diferencia, me veía todo. Soy un fan tremendo.

-¿Y cómo fue la experiencia de ver un partido en primera fila?

-Demasiado importante, una de las mejores de mi vida. Fui con Paul Pogba y no podía entender lo que estaba pasando. Lo disfruté mucho, nunca se me va a olvidar. Yo he vivido muchas cosas en mi carrera, como jugador, pero esto es otra cosa, como persona… Yo soy fanático, muy enfermo de la NBA, entonces fue muy especial. Entonces tener esa posibilidad, de ver ahí el partido, fíjate cómo me pongo (muestra su emoción)… Es algo muy heavy que la completé con esa charla y foto con Jimmy Butler.

-¿Cuando estás en esa situación sos cholulo, de pedir fotos, de querer hablar, de comportarte como se porta la gente con vos?

-Sí, claro, soy un fan. Sí, le dije “hermano, me regalas una foto” y me respondió “sí, big man”, como diciendo hombre grande pero en referencia a que soy chiquito, como con ironía… Tal vez no sabía bien quién era, pero no me importaba, era tener la foto y dejarla de recuerdo.

-¿Y cuáles otros son tus jugadores favoritos?

-Tengo muchos. Klay Thompson me fascina. También me gustan mucho Trae Young, Luka Doncic, Kevin Durant y, obviamente LeBron, la leyenda.

-¿Y qué te cautiva de Curry?

-Su historia. Es mi preferido por lo que ha hecho en el juego, rompiendo todos los paradigmas, también por su historia. Estamos hablando de alguien que fue muy criticado por las lesiones en sus tobillos y supo sobreponerse a eso. Alguien que, en el 2016, estaba lejos de ser de los que más ganaba en el equipo pese a ser la máxima estrella. Ahí dijo una frase que me quedó grabada y que muestra la humildad que tiene en su corazón: “Mi mamá me enseñó a contar mi dinero, no el de los demás”. Además, es un chico muy espiritual y cristiano, como yo. Para mí es un ejemplo para muchas cosas. Lo admiro mucho, ojalá algún día puedo conocerlo, charlar con él y sacarme una foto.

-Otra cosa para destacar es que, cuando Kevin Durant se sumó para formar aquel equipo de los sueños, Curry no tuvo problemas para ceder protagonismo y tiros, pese a que GSW era su equipo.

-Es verdad, demostrando que para él, como para mí, el equipo está siempre primero. Ese tipo de actitud también me representa mucho. En un deporte de equipo eso es clave. El equipo siempre es mucho más fuerte si hay ese tipo de compañerismo.

-Por lo que contás, sos de tomar cosas del básquet para que te ayuden en el fútbol.

-Claro, en el fútbol y en la vida. Si bien son deportes distintos, se asemejan en muchas cosas, por ejemplo en la visión de juego, en el pase, en los conceptos, en las intenciones de juego…

-Hablando del pase… Vos sos un gran pasador, incluso inventás pases que nadie ve. ¿A quién ves un parecido en la NBA?

-Al MVP, claramente.

-A Nikola Jokic.

-Sí, es impresionante. Hace pases que me preguntó cómo hizo, cuándo lo vio… Tiene un talento increíble para pasar y a la vez una gran capacidad para entender el juego.

-¿Y cómo es eso de inventar pases? ¿Sale natural o es algo que se entrena, que vos trabajás?

-Eso viene con uno. Son cualidades que se traen desde la cuna. Algunos tienen velocidad, otros fuerza, algunos mayor potencia… Y a otros nos toca explotar el pase. Pero la clave, en ese caso, pasa por los compañeros. La asistencia o el pase vale mucho más si tu compañero mete el gol. O anota la canasta. Y, sobre el trabajo, esa acción es creatividad instantánea. Yo, por caso, practico más tiros libres, la precisión, el tiro… El pase me sale natural. Y me encanta porque es una forma de potenciar a mis compañeros, lograr que hagan goles, es un poco la función que el equipo necesita de mí…

-¿Con qué compañeros te has entendido mejor?

-Varios. Rafa Borré, Matías Suárez, Pratto, Scocco, Mora, el Pity… Son jugadores que conocen mis cualidades y podían adelantarse a la acción, hacer el movimiento para que la pelota pudiera encontrarlos…

-Por último, pasemos a la música, tu otra gran pasión y hobbie.

-Sí, desde muy niño me encantó la música y durante la pandemia tuve la oportunidad de hacer y grabar seis canciones con amigos músicos que se transformaron en mis hermanos (El Philippe, Nathan El Profeta). Fue como el sentir en ese momento, lo que meditaba, lo que quería en su vida. Colombia es cultura, es la calle, y quería dar un mensaje muy positivo. Lo hicimos, salió hace poco. Está claro que no soy artista, lo hago de hobbie, pero lo disfruto y sobre todo me gusta dar un mensaje de superación a muchas personas.

-¿Y cómo fue la recepción, la crítica?

-Realmente no pienso en el qué ni el por qué, yo lo hago de corazón. Y tampoco me enfoco en lo que pasa, lo que dicen. Intento disfrutarlo yo. Las críticas son lo que menos importa, aunque lo digo con respeto.

-Contale a la gente de qué se trata.

-Son seis temas de rap, hip hop y de trap, con bonitas letras, con un mensaje. Una forma de hacer algo distinto. La música, en este caso, es como el básquet, un pasión que me saca un poco del mundo en que vivo para no pensar 24 horas en el fútbol. (29-06-22).

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