Política

Los 40 años de Democracia en Dorrego / Nota 9: De la Alianza al predominio radical

Por Fabián Enzo Barda

Hacia 1997-1998, pese a la significativa derrota electoral del peronismo en la provincia gracias al nuevo, y postrer, ciclo de ingreso de capitales extranjeros, las políticas neo-liberales parecían haber sorteado las dificultades que había experimentado la economía argentina en 1995 como resultado de la crisis del Tequila. Menem subió las apuestas y sugirió que se postularía nuevamente a la presidencia en 1999.
La posibilidad de la “re-reelección” contrariaba expr
esamente al texto constitucional recientemente reformado; esta circunstancia, además de generar violentas reacciones de parte de la Alianza conformada por la Unión Cívica Radical y el FREPASO, hizo totalmente abierto el conflicto entre Menem y Duhalde. Esta vez, finalmente, Menem no pudo llevar adelante sus propósitos y Duhalde se convirtió en el candidato del peronismo para las elecciones presidenciales. Sin embargo, Duhalde no había llegado al final del camino. Tres circunstancias fundamentales conspiraron para que no pudiera ganar las elecciones. En primer lugar, el hecho que se fue tornando cada vez más evidente la precariedad de la situación de la macro-economía argentina; en segundo lugar, que la creación de la Alianza en 1997 ya había probado que el peronismo podía ser derrotado, y los claros indicios que Menem saboteó la campaña de su compañero de partido. Sin embargo, del descalabro electoral de 1999, cuando Duhalde fue claramente derrotado por la Alianza, salvó al menos a su último bastión, la provincia de Buenos Aires. A pesar que los pronósticos electorales presagiaban el triunfo aliancista en la contienda por la gobernación provincial, el candidato peronista Carlos Ruckauf se impuso. El triunfo de la Alianza en las elecciones presidenciales de 1999 fue seguida por una gestión de gobierno de una incompetencia extrema, resultado al que contribuyeron igualmente las ineptitudes del presidente De la Rúa y su entorno, por un lado, y de los dos partidos que integraron la coalición gubernamental, por el otro.

A nivel local las elecciones del 24 de octubre de 1999 marcarán el regreso de Osvaldo Crego para su segundo período al frente del Departamento Ejecutivo.

El Intendente Testani había salido airoso de una dura interna en las que enfrentó a Eduardo Gagna y a Ogue Madariaga pero esta vez el impulso interno no alcanzó para una segunda reelección.

El triunfo de la Alianza para el Trabajo, la Justicia y la Educación con 6.008 votos fue contundente, 4.168 la Concertación Justicialista para el Cambio, 260 Unidad Bonaerense, Movimiento por el Socialismo 194, UceDe 184 y Acción por la República 172.

La Alianza puso en el Concejo Deliberante a José F. Nondedeu, Edgardo San Vicente y Graciela Ayastuy; por su parte el justicialismo a Domingo Fortunato, Horacio Cao y Gladys Rodriguez.

En el Consejo Escolar se incorporaron Diego Gabotto y Elvira Begdeber.

Para la conformación de su gabinete Crego recurrió a dirigentes de su propio espacio como Blanca Biscarra, Graciela Ayastuy, Ricardo Carbajo, Guillermo García incorporando a sectores internos de su partido en las figuras de Raúl Loydi y José A. Del Valle y del FREPASO como Ricardo Jagoe y Susana Such.

Debió superar al principio momentos de alta tensión política como el tratamiento de la situación de los empleados contratados y la situación de la provincia que repercutía en el presupuesto municipal mediante los fondos de coparticipación. El fin de época y el agotamiento de la Convertibilidad tendrán consecuencias nefastas para la situación económica y social del país. A nivel local el nuevo Intendente con su experiencia de gestión y su talla de político de raza se convirtió en el indicado “pilotos de tormenta”.

El reordenamiento económico financiero encuentra al gobierno local en medio de la crisis del 2001.

La renuncia del vicepresidente Álvarez desencadenó un proceso de vertiginosa implosión que se cerraría en octubre de 2001 con la derrota de los candidatos de la Alianza en las elecciones parlamentarias.

En dichas elecciones predominó un síndrome de política descentrada, o dislocada, caracterizado por el hecho que en un buen número de distritos las alternativas que se le presentaron a la ciudadanía no reflejaban opciones que tuvieran una relación verosímil ni con la trayectoria previa de los candidatos, ni con posturas de gobierno mínimamente discernibles.

Pese a ello la Alianza a nivel local triunfó en la legislativas alcanzando 3.702 votos, sobre 2.545 del Partido Justicialista. En esa particular elección se registraron 1.170 votos en blanco y 1.416 votos anulados sobre un total de 10.496 votos emitidos.

El reparto en el Concejo Deliberante fue por igual. Ingresaron Juan Carlos Chalde, Alicia Arriaga y José Luis Flores por la lista ganadora y Joaquín Emilio González, Alejandra Aristegui y Hugo Uranga por el PJ.

Al Concejo Escolar ingresa María del Carmen González Debois por la Alianza y Susana Arrúe por el peronismo.

Finalmente, el gobierno de De la Rúa resultó pulverizado: la corrida bancaria y del dólar que se produjo en las semanas siguientes a la elección alimentó un conjunto de protestas sociales del más variado cuño y el presidente se vio forzado a renunciar el 21 de diciembre de 2001. En ese proceso de aceleración caótica tuvo un peso significativo la postura del duhaldismo que fue incrementando el nivel de sus exigencias al gobierno nacional a través de demandas del gobernador de Buenos Aires y de los intendentes adictos. Estas demandas resultaban imposibles de satisfacer desde la perspectiva de un gobierno totalmente desbordado por los acontecimientos económicos y políticos. Uno de los datos más significativos de la crisis política de finales del 2001 fue que buena parte de la ciudadanía no sólo manifestó su repudio al gobierno de De la Rúa, sino también al conjunto de la clase política. Esa actitud, que ya se había manifestado en la elección parlamentaria de octubre a través del denominado “voto bronca”, se reforzó en diciembre en torno a la consigna “Que se vayan todos”, que en cierto sentido se constituyó como el Leitmotiv de las movilizaciones callejeras.

Acostumbrado a la construcción transversal que había realizado en su primer gobierno entre 1987 y 1991, Crego mantuvo la Alianza a nivel local con el FREPASO, el MID cuyo referente era José Luis Laurenza y un sector justicialista conocido como “La Pata Peronista” que encabezaba Horacio Carmelo Ferretti.

La caída del gobierno de la Alianza abrió un período que comprendió los tres o cuatro primeros meses de 2002, en los cuales pareció que la Argentina no podría evitar un derrumbe societal catastrófico que incluyera un rebrote de la hiperinflación y una colapso total de los servicios públicos. Este período incluyó la renuncia del primer presidente que la Asamblea Legislativa nombró en reemplazo de De la Rúa, la llegada de Duhalde a la presidencia y el fracaso de las primeras medidas que se tomaron para normalizar la economía afectada por el default, la devaluación del dólar y la explosión del sistema financiero. Sin embargo, hacia mediados de año, con el nombramiento de un nuevo ministro de economía, Roberto Lavagna, y el paulatino debilitamiento de las protestas sociales, Duhalde comenzó a tener éxito en el proceso de equilibrar del gobierno.

Duhalde tenía que resolver una cuestión central y reiterada: ¿qué hacer con Menem que, obviamente, se presentaría como candidato a las elecciones? Este problema incluía, a su vez, dos temas: el primero, impedir que celebraran primarias dentro del peronismo para seleccionar al candidato, pues ello implicaba inevitablemente consagrarlo a Menem; el segundo, generar un candidato peronista alternativo que pudiera competir contra Menem y eventuales candidatos de otros partidos. A pesar de las dificultades con que se enfrentó, Duhalde maniobró hábilmente y resolvió favorablemente ambos temas. Por un lado, en otra disposición, cuyo estatus constitucional y legal era dudoso, se dispuso que cualquier partido podría presentar más de un candidato a la primera vuelta de las elecciones presidenciales, cuya fecha se fijó para abril de 2003.

El manejo de una porción importante del electorado del Gran Buenos Aires por parte de la maquinaria del duhaldismo, le permitió a Kirchner obtener una votación en torno al 22% del electorado, que lo envió al ballotage junto a Menem, que obtuvo, por su parte, un 25% de votos. Cuando Menem renunció a competir en la segunda vuelta, dado que las encuestas predecían que no sólo iba a perder, sino que corría el riesgo de obtener menos votos que en la primera vuelta, Kirchner accedió a la presidencia.

La elección del 2003 en Dorrego es la más recordada de la historia ya que luego de un largo proceso administrativo y judicial se determinó un empate y la convocatoria a un “ballotage” para definir quién sería el Intendente.

Fueron candidatos Osvaldo Crego por su reelección, Eduardo Gagna, Marcelo Corinaldesi por el ARI y Alberto Mc Coubry por la izquierda.

El oficialismo nucleado bajo un nuevo lema Alianza por Dorrego mantenía la misma estructura de la alianza original del ´99 cimentada en la aceitada maquinaria electoral del radicalismo y en su anclaje histórico.

El peronismo hizo una campaña digna de un análisis de especialistas en estrategia y marketing político. Podría decirse que fue perfecta. También eran tiempos en que partía de una base electoral importante pero que no le alcanzaba para cautivar sectores independientes o no peronistas que sí había logrado en su versión “testanista” en los ’90. Ahora los tiempos eran distintos. Kirchner era presidente desde el 25 de mayo de 2003. Ese presidente que podría ser considerado accidental en la forma que Menem se baja para la segunda vuelta comenzaba a legitimarse en el ejercicio del poder dándole continuidad al ministro de economía de Duhalde. Lo que sí era totalmente diferente era la visión política, la revalorización de la política de la memoria y el alineamiento internacional que miraba más hacia Latinoamérica. En definitiva el peronismo local debía cautivar a los “independientes” y a los nuevos votantes en el marco de un justicialismo totalmente distinto al de la Década Menemista.

Los hechos se desencadenaron de la siguiente manera: Las elecciones se efectuaron el 14 de setiembre. En la madrugada del lunes 15 había dos candidatos que se consideraban triunfadores: la Alianza decía que había ganado por once votos, y el PJ se adjudicaba el éxito electoral por dos.

El por entonces concejal Juan Carlos Chalde dijo que los números de la Alianza eran coincidentes con los certificados de escrutinio de la delegación local del Correo, otorgando 4.408 votos para la coalición gobernante y 4.397 para el PJ.
Eduardo Gagna, candidato del peronismo, aseguraba que su ventaja era de dos votos, dado que la diferencia con los once en favor de la Alianza radicaba en anomalías encontradas en los certificados de escrutinio de las mesas 2 y 5.022, y en el intento de impugnación realizado por el presidente de mesa a un voto en la mesa 4.

Además, la UCR introdujo un reclamo por anomalías observadas en la mesa 9.001, de extranjeros (ubicada en la EGB Nº 21), donde, se señaló, «votaron personas extrañas al padrón electoral».

El jueves 16 de octubre, en la noche platense, el recuento de votos realizado en dependencias del Juzgado Federal con competencia electoral en territorio bonaerense dio su veredicto: el resultado de la elección fue empate, en 4.407 votos.

Los reclamos y presentaciones continuaron hasta que el jueves 20, la Junta Electoral bonaerense resolvió requerirle al Ejecutivo provincial que convoque a elección complementaria para el domingo 30, únicamente para la categoría intendente, debiendo participar de la misma, exclusivamente, los candidatos de la Alianza y el PJ. Posteriormente, el gobernador Felipe Solá firmó el decreto convocando a desempatar las elecciones dorreguenses para el 30. De esta manera, Crego y Gagna iban a «inaugurar» el sistema de «ballottage» en el territorio bonaerense.

Los tres ex candidatos a intendente de los restantes partidos que habían participado de la elección dos meses antes (Marcelo Corinaldesi, del ARI; Iván Tórtora, del Frepobo y Alberto Mc Coubrey, de Izquierda Unida), adelantaron su neutralidad para el singular acto electoral.

El 30 de noviembre se realizó el desempate y el por entonces intendente Osvaldo Crego (Alianza por Dorrego) logró la reelección al superar al candidato del justicialismo, Eduardo Gagna.

El partido gobernante obtuvo 5.233 votos (51,14 por ciento), contra 4.999 (48,86 por ciento) de la principal fuerza de la oposición. Hubo 228 votos en blanco.

La convocatoria al “ballotage” produjo una movilización política de magnitud. Desde la madrugada del 15 de setiembre al 30 de noviembre las reuniones, declaraciones periodísticas, actos partidarios y presentaciones administrativas y judiciales se dieron sin solución de continuidad. Incluso se podría decir que desde el momento en que comenzó a levantarse la bandera de una segunda vuelta se lanzó de hecho la campaña electoral.

El Concejo Deliberante y el Consejo Escolar se renovaron sobre la base del empate en 4.407 votos de los comicios originales del 14 de octubre.

La Alianza por Dorrego llevó al Concejo a Graciela Ayastuy, Fernando Dimatz y Alejandra Bonora y el Partido Justicialista a Aníbal Abraham, Marisa Vázquez y Marcelo Belloni.

Al Consejo escolar llegaron Diego Gabotto por la Alianza y Analía Laserna por el peronismo.

El triunfo le dio un espaldarazo político a Crego que quedó reflejado en los medios masivos de comunicación de alcance nacional. Uno de los diarios capitalinos dedicó centimetraje para una crónica que lo presentaba como “El hombre que frenó al Kirchnerismo”. A nivel partidario su hegemonía se termina por consolidar. Para el justicialismo esa victoria que se le escapó la pagará muy duramente llegando a perder en algún momento representación en el Concejo Deliberante.

Crego iniciaba su segundo mandato consecutivo y el tercero de su carrera política manteniendo el sello de la Alianza por Dorrego. Mantendrá la iniciativa política y de gestión en el difícil terreno de un gobierno provincial y nacional que no eran de “su palo”.

Sorteó con éxitos las elecciones de renovación de los órganos colegiados en 2005. Contribuyó al triunfo el hecho que el peronismo concurre dividido. Pese a ello la suma de votos de los seguidores del movimiento creado por Juan Perón no superaba al radicalismo y sus aliados. Todavía era competitivo un peronismo unido.

Se presentaron cinco listas. El Frente Unión Cívica Radical (tal la denominación oficial de lo que a nivel local era presentada como la Alianza por Dorrego) logró 4.652 sufragios, el Frente para la Victoria, con Remo Esperanza como primer candidato a Concejal, 3.383, el Partido Justicialista llevaba a Alejandra Aristegui encabezando lista consiguiendo 1.011, el ARI 482 y Encuentro Amplio 176.

Los nuevos Concejales fueron Fabián Zorzano, Raúl Frandsen y Mirta Lopetegui por el oficialismo y Remo Esperanza, Gabriel Madariaga y Vivian Boggon por el kirchnerismo.

Aparecen en escena electoralmente los Doctores Zorzano y Esperanza que protagonizaran la elección del 2007. Zorzano que venía desempeñándose como Director del Hospital le dará continuidad a una larga carrera en la función pública que todavía hoy lo tiene como protagonista.

Los nuevos Consejeros Escolares serán Delia Luján Roche por el Frente Unión Cívica Radical y María Gisela Cebreiro por el Frente para la Victoria.

Mientras tanto a nivel país Kirchner terminaba de consolidar la identidad kirchnerista. Mantuvo el control de los diversos frentes en disputa, imponiendo la agenda política y mediática. En paralelo surgieron varios conflictos tanto internos como externos que se intensificarán en el último período de gobierno.

La “natural” candidatura de Remo Esperanza a nivel local, su buena performance en la legislativas de 2005, llevó al oficialismo a medir a varios de sus referentes en distintos escenarios electorales. Los números le daban al Dr. Zorzano quien se convierte en el candidato del radicalismo. El afianzamiento partidario fue fagocitando a la antigua Alianza reafirmando el predominio radical. Ya la transversalidad que experimentó Crego hacia sectores del peronismo, el desarrollismo, sectores socialistas y del antiguo FREPASO había quedado sepultada.

El 28 de octubre de 2007 fueron a un mano dos viejos amigos, habían compartido departamento en los tiempos de la Facultad de Medicina de La Plata. La victoria fue para Zorzano que sin pensarlo, quererlo y desearlo logrará un consenso creciente y en el futuro marcará una divisoria de aguas cuando se realicen las primeras PASO. Para eso falta aún. (Fuente Ecos de mi Ciudad). (02-06-23).

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