La Región

Jorge Tassara: “la Universidad era mala palabra para el Ejército”

n la audiencia Nº 11 del juicio Mega Causa Zona V se escucharon tres testimonios de sobrevivientes de la dictadura cívico militar.

En la sede del Tribunal Oral Criminal Federal de Bahía Blanca declaró Jorge Tassara, militante de la Juventud Peronista quien fuera secuestrado en Viedma en 1976 y llevado en avión a la Base Aeronaval Comandante Espora, para luego ser alojado en la sede del Batallón de Comunicaciones 181.

“Se acabó la joda, basta de ir a los barrios”, le dijeron a Tassara miembros del Ejército cuando lo detuvieron en la Comisaría Primera de la ciudad capital de la provincia de Río Negro. Días después, al aterrizar en Bahía Blanca, dijo que lo primero que lo impactó fue que «había entre cincuenta y setenta militares rodeando el avión”, detalló quien en aquel momento trabajaba en la administración pública provincial rionegrina.

“Ustedes acá la están pasando bien, los que la están pasando mal son los que están del otro lado”, le contó un suboficial del Ejército, integrante de la banda de música. Era un primo de Tassara y se refería al Centro Clandestino de Detención y Tortura (CCDyT) “La Escuelita”. Entre otras conversaciones que entablaron, el testigo recordò: “mi primo militar tenía comunicación con mi familia y me decía que ellos estaban bien”.

Los familiares de Tassara hicieron varias gestiones para pedir su libertad. En una oportunidad su madre y su padre visitaron Bahía Blanca para entrevistarse con el General Abel Catuzzi, comandante interino del V Cuerpo de Ejército y confeso defensor de la tortura. “Creo que los recibió porque tanto mis padres como Catuzzi, eran integrantes del Movimiento Familiar Cristiano. Ante la petición de ellos de solicitar mi salida del país, el General les dice que yo ‘estaba trabajando en la Universidad’. La Universidad era mala palabra para el Ejército”. Tassara contó emocionado que en ese momento sus padres dijeron: “no tendríamos que haberlo mandado a estudiar”.

Posteriormente, Tassara fue puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, mediante el decreto N° 203/76. En el Unidad Penal Nº4 de Villa Floresta, fue fotografiado junto a otros detenidos y a los pocos días las imágenes se publicaron en La Nueva Provincia. El testigo recordó que esas fotografìas fueron publicadas “con los calificativos que nos adjudicaban los diarios de la época: terroristas, subversivos, mete bombas”, recordó. La nota periodística decía, entre otras cosas, que «El Comando V Cuerpo de Ejército suministró un comunicado, acompañado de veinte fotografías, informando sobre la eficaz lucha antisubversiva».

Nuevamente en un avión, vendado y esposado, meses después fue trasladado a la Unidad Penitenciaria N° 9 de la ciudad de La Plata junto a otros detenidos políticos. “Nos hacían correr desnudos entre dos filas de guardiacárceles. Cada uno portaba su cachiporra, eran 200 metros, desde el Pabellón 15 al sector de ‘los chanchos’, lo pasábamos a puro garrote con chorros de agua fría. De regreso, el mismo procedimiento”, detalló Tassara.

Antes de finalizar su declaración testimonial, el testigo agradeció: “Fueron 46 años donde uno siempre tenía este peso encima. Quiero recordar a todos los compañeros, a los 30 mil y todo el ámbito del pueblo argentino que ha sufrido tanto. Levanto la bandera de esos compañeros cualquiera haya sido su camino, pelearon contra alguien que debía haber estado al servicio del pueblo y no en contra”.

Alberto Oscar Coste: «Tres días después del golpe entraron militares al gremio»
Por su parte, a través de la conexión telemática, declaró Alberto Oscar Coste, que al momento de su secuestro realizaba actividad militante, gremial y política en el sector de la construcción, UOCRA seccional Bahía Blanca. “Tres días después del golpe, entraron militares al gremio, me detuvieron, y me decían que yo andaba en política y con los montoneros”, contó.

Según narró Coste, permaneció detenido en el V Cuerpo de Ejército donde había profesores de la Universidad Nacional de Sur, panaderos, sindicalistas, concejales, entre otros. “Fui interrogado muchísimas veces en una oficina, esposado, sin los ojos vendados. El que más me jodía era un tal Miguel García Moreno, militar, interventor de la UOCRA”, y actualmente prófugo de la justicia.

Coste detalló un episodio que padeció cerca de donde estaba cautivo: “al poco tiempo del secuestro me llevaron a un horno de ladrillos. Ahí estuve solo cuatro o cinco días, había perros malos, me parece que eran de policía. Supuestamente me iban a matar, era lo que me decían, recibía amenazas. Estaba esperando que me mataran”.

El sobreviviente de la dictadura militar fue trasladado a la Unidad Nº9 de La Plata. «No nos dejaban leer nada. Tuve la visita de monseñor Plaza, quien me negó la Biblia porque (dijo que) ‘se presta para discusiones políticas’. Sólo nos daban los diarios censurados con tinta negra”.

Alberto Oscar Coste estuvo detenido siete años y cuatro meses. Fue liberado en democracia durante el gobierno de Raúl Alfonsín. Al concluir su testimonio, expresó: “el dolor es tan grande que no quería hablar nada, me cortaron la vida, como que hubiese estado muerto por tantos años. Por lo menos hay jóvenes que buscan saber qué pasó. Me arruinaron la vida y no quiero recordar nada. Dentro de mi corazón quedaron cosas muy jodidas. Dios quiera que en Argentina nunca más pase esto”.

Un testimonio por video

Finalmente, la Fiscalía de Derechos Humanos de Bahía Blanca, propuso la proyección audiovisual del testimonio de Juan Oscar Gatica, sobreviviente que declaró en 2011 en primer juicio por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar en jurisdicción del Comando del V Cuerpo del Ejército (Causa N°982 Juan Manuel Bayón y otros).

Gatica vivía en la ciudad de Bahía Blanca, había militado en la Juventud Peronista y cuando fue secuestrado lo llevaron al Batallón de Comunicaciones 181. Fue víctima de torturas e interrogatorios por parte del capitán Raúl Oscar Otero. Fue detenido junto a los militantes del Partido Peronista Auténtico, Juan Carlos Castillo y Pablo Francisco Fornasari. Según Gatica, eran custodiados cada uno por un militar y perros adiestrados: “a cada movimiento que hacíamos para estirar los brazos, los perros se venían encima”.

Su hija María Eugenia y su hijo Felipe fueron apropiados. Ocho años después fueron rescatados por sus padres y abuelas de Plaza de Mayo durante la vuelta de la democracia. “Tiempo después, me entero por los diarios y la radio que Fornasari y Castillo habían muerto en un enfrentamiento con las fuerzas públicas. Tengo que decir que ellos fueron presos, llevados para otros lugares de detención en distintos momentos, puedo garantizar que fue un enfrentamiento fraguado”, aseguró Gatica.

El 12 de mayo a las 9 horas continuarán las declaraciones testimoniales donde se espera que se puedan escuchar como mínimo cuatro testimonios. El debate en Bahía Blanca se puede seguir de manera presencial en Lavalle y Chiclana con presentación del DNI o a través del canal de YouTube de la Subsecretaría de Derechos Humanos: www.youtube.com/derechoshumanospba

11-05-22

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