Tecnología

Entendidillos, «sabelotodos» y sabios en redes

NOTA ESCRITA POR EL PERIODISTA JOSÉ MANUEL GARCÍA BAUTISTA EN EL CORREO DE ANDALUCÍA

No sé si se han parado a leer y observar lo que se mueve por las redes sociales en estos últimos tiempos, si no lo ha hecho le propongo un juego: hágalo. Entre en Facebook o Twitter y pulse en el enlace de alguien conocido o con seguidores y prepárese a sorprenderse.

El panorama puede pasar desapercibido pero es desolador. Si hay algo que abunda en redes sociales son los «opinadores» con poco criterio y con muchas ganas de crear polémica. Aquellos que a cada publicación le sacan aristas o críticas, para los que nada está bien y todo es susceptible de corrección pero sin criterio.

Son de los típicos comentarios que critican, tratan de hacer «sangre» pero no llegan a rascar ni la superficie aunque dogmatizan y siguen esa corriente aquellos que les son “satélites”. Hay, incluso, quienes se permiten el lujo de poner en cuestión la profesionalidad de las personas que divulgan o comunican, como si años de profesión no fueran suficiente o como si escribieran sin estar mínimamente documentados.

Mucho peor cuando son varios los que «quedan» para criticar las publicaciones de un perfil, eso es ya demencial, “kedadas” en las que se organiza el linchamiento de alguien potenciado por un tercero con oscuras intenciones, gurús que se creen en posesión de la verdad y de los “que no consultan nada porque ya lo saben todo”…

El otro día leía, en Twitter, a Iker Jiménez, por una publicación en su perfil mientras estaba en su automóvil y escuchaba su propia música, compuesta por él. A los comentarios de sus seguidores, elogiosos y con cariño se unían otros que, simplemente, iban a destruir, a criticar si tenía este o aquel coche, si sabía o no componer… Mire usted, es para tener una boca prestada y decir: ¿Y a ti qué te importa? Pero… Como os decía: se evita las polémicas y alimentar una hoguera que no lleva más que a «promocionar» es los «metebulla».

A mí mismo me ocurría con una publicación sobre la Inquisición en Sevilla con datos fiables y documentados que, sin embargo, a los “heruditos” –sí, con H; que no eruditos- no pareció gustarle y también fueron a por la publicación…

Igualmente los hay que, incluso, se crean perfiles falsos y siguen con la misma «guerra» en una clara muestra de ese ansia o por figurar o por empañar la imagen de alguien.

Creo que todo esto hay que regularlo, tanto en Facebook como en Twitter deberían tomar cartas en el asunto. Se puede opinar y hasta criticar pero nunca entrando en el desdén, en el insulto, en el menosprecio, en «enmierdar» a la persona, todo eso debería tener un mayor control, control que no se tiene.

Las personas podemos diferir en cuanto a gustos u opiniones de las que pueden tener otras, eso es «Ley de vida», se puede expresar con mayor o menor vehemencia pero… Todo tiene un límite. Un buen amigo como Bruno Cardeñosa, director de «La Rosa de los Vientos», cerraba hace unos días la posibilidad a que le pudieran añadir comentarios en sus publicaciones acosado ya por negacionistas, antimisterios, antivacunas, etc… ¿De verdad tenemos que llegar a esos extremos?

Hay mucho «sabelotodo» en las redes, mucho «maestro liendres» que de todo saben y de nada entienden, y muchos que ven la pajita en el ojo ajeno pero no ven la viga -de dimensiones descomunales- en el suyo propio».

Hay mucho «sabelotodo» en las redes, mucho «maestro liendres» que de todo saben y de nada entienden, y muchos que ven la pajita en el ojo ajeno pero no ven la viga -de dimensiones descomunales- en el suyo propio.

Hagan el ejercicio que les he propuesto y se quedarán sorprendidos, todo ello pueden extrapolarlo a otros grandes comunicadores y personajes de la comunicación y verán como ocurre lo mismo, críticas, campañas orquestadas en contra esa persona y otros movimientos que son, hoy, moneda de cambio en redes sociales.

Un último consejo: el botón de “bloquear” funciona perfectamente y no de debe nada a nadie así que… (23-06-22).

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