Política

En lo que va del año ya son ocho los policías asesinados en la provincia de Buenos Aires

En lo que va del año ya son ocho los policías asesinados. El sábado pasado, en un lapso de 12 horas terminaron con la vida de los agentes Lourdes Espíndola, de 25 años, en Ituzaingó, y Tamara Ramírez, de 26, en Almirante Brown. Pese a que la primera joven permanece conectada a un respirador automático, tiene muerte cerebral y su diagnóstico es irreversible, según confirmaron los médicos.

En un recuento de otros casos, uno a uno, estas fueron las otras víctimas de la inseguridad contra los uniformados.

El 13 de enero murió el Subcomisario Carlos Leonardo Rupchesky, integrante de la fuerza en Ensenada. Fue asesinado en medio de un asalto. Tres delincuentes lo sorprendieron al descender de su auto en Florencio Varela.

El 25 de enero, Nelson Lillo, quién cumplía funciones en San Pedro fue ultimado cuando intentó frustrar un robo.

El 14 de febrero, el Sargento Diego Auce acudió a un lugar denunciado por un incidente en Zárate. Mantuvo un enfrentamiento armado y murió en medio de la balacera.

El 6 de marzo, Mauro Alegre, durante uno de sus francos, mantuvo un enfrentamiento armado con dos delincuentes en el cual perdió la vida.

Por otro lado, el 2 de abril, el oficial Simón Pintos, quien cumplía funciones en Guernica, fue sorprendido por ladrones en su casa un día en que estaba de franco. Pese a intentar defenderse a tiros, recibió disparos en el torso y cuello que le provocaron la muerte.

El 14 de abril, Marco Matías mantuvo un enfrentamiento armado con dos delincuentes que intentaron robar el auto. Recibió un disparo en el pecho que terminó con su vida.

Por su parte, el Inspector Mauro Maldonado cumplía tareas especiales en el barrio Las Mellizas con el fin de prevenir un ataque en una casa en la que vivía un autor de un homicidio. Pero fueron atacados por los vecinos del barrio. Maldonado recibió un disparo de arma de fuego en la cabeza. Agonizó dos días y luego falleció.

El 28 de julio, la oficial Tamara Ramírez, quien era parte del personal de Almirante Brown, recibió un disparo que le provocó la muerte en un asalto en su casa de Glew. Se encontraba de franco.

Ese mismo día, la agente Lourdes Espíndola fue baleada en el partido bonaerense de Ituzaingó cuando volvía a su casa después de trabajar. La gravedad de la herida provocó que se le declare muerte cerebral y su estado es irreversible.

Las autoridades del Hospital Posadas confirmaron el diagnóstico a la familia y luego los allegados firmaron la autorización para donar los órganos.

La situación es grave y más si se lo compara con las cifras del años pasado. Hasta en noviembre de 2017, en todo el país se habían registrado 14 policías asesinados. En lo que va el 2018, sólo en provincia de Buenos Aires en siete meses van al menos ocho agentes, sin contar a Lourdes.

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