La ciudad

Ecos de la Memoria: “Buscando una Estrella”

Un adolescente Raúl Agüero acompañado por su hermano. Hoy Raúl es uno de los más exquisitos intérpretes de la música del Sur bonaerense.

NOTA ESCRITA POR FABIÁN BARDA EN EL SEMANARIO ECOS DE MI CIUDAD

La denominada “Revolución Argentina” (1966-1973) tuvo poco de las dos palabras con las que quisieron autodefinirse. Más bien eran los “sueños medievales” del dictador Ongañía y su idea de perpetuarse en el poder bajo el tiempo de Dios. Entre las medidas tomadas por ese gobierno surgió la idea de prohibir las propaladoras que funcionaban en la mayoría de los pueblos del interior.

Aquí, en Dorrego, la respuesta del Comisionado Jorge Brussa no se hizo esperar y afectó a la más popular de las propaladoras que desde fines de la década de 1930 se fueron sucediendo: “Luxor Publicidad”. Esa circunstancia hizo que impuesta la prohibición alumbara una de las manifestaciones, casi contra culturales a las ideas vigentes, porque la ausencia del aire de Luxor hizo posible el surgimiento de una de las manifestaciones de mayor atractivo y convocatoria, el famoso concurso de cantores aficionados “Buscando una Estrella”.

Para llegar a ese año 1966 es necesario recordar que durante la intendencia de Guillermo Aiub (1952-1955), el Concejo Deliberante mediante Ordenanza Municipal, sancionada el 11 de agosto de 1953, concede a Enzo Barda “permiso para la instalación de una red callejera de altoparlantes, destinados a la transmisión de música y propaganda comercial”. Si bien lo venía realizando desde algún tiempo atrás, esto permite la instalación de otro de los mitos de la cultura popular: “Luxor Publicidad”.

Un hito fundamental fue la instalación de la central de emisiones.
Ubicada en la calle Yrigoyen, en dominios de Dusan, tenía una distribución de altoparlantes por varias calles de la ciudad. Dirigida por Enzo Barda paralelamente desarrollaba publicidad callejera primero con una camioneta Ford «A”, siguiendo con un Fiat 600.

El equipo de Barda estaba integrado por gente que luego haría historia en la radiodifusión local: Carlos Chachi Chappel, Osvaldo Quito Planes, Goyo Carbajo y Juan Domingo “Mangucho” Juárez. Algún tiempo lo integró Hugo Costa. Y obviamente, Gerardo Alaniz, “Sandrini” devenido en la década del ’60 en “Sandro”.

Funcionaba casi como una radio, pero además cubrían los bailes de carnaval, se habían sincronizado los intervalos de los cines San Martín y Español con 15 minutos de diferencia para difundir publicidad y los adelantos de las próximas películas en ese momento. Organizaron concursos de aficionados instalando un palco en la esquina de San Martín e Yrigoyen,(inicio de lo que después sería “Buscando una Estrella”), se ofrecían servicios informativos; es decir ya había un indicio de lo que el futuro traería: L.U. 26.

En “Luxor Publicidad” había un marcado cuidado en el sistema publicitario porque la ley de radiodifusión preveía una prioridad para aquellos que manejasen propaladoras con red de parlantes para el otorgamiento de las futuras emisora de AM.

En 1964, si bien continuaba con su eterno proyecto de habilitar la radio, casi logra que la Televisión llegue primero a su amado Coronel Dorrego y antes que a Bahía Blanca como años después se produjo con la puesta en el aire de Telenueva Canal 9.

El 14 de agosto de ese año, firma un contrato con José Schapira y Luis Chase Sosa para la “instalación de un circuito cerrado de televisión que se denominará “Coronel Dorrego, Canal 1 -. TV”.
Durante ocho días los improvisados estudios de televisión se instalaron en el Club Independiente. Se hizo difusión de films, conjuntos folklóricos, aficionados, imágenes de la ciudad, un programa sobre el agro argentino, desfile de modas y la actuación de dos conjuntos orquestales traídos desde Buenos Aires, un noticiero con informaciones locales, zonales y nacionales y culminando la programación de prueba, el día 20 de junio se televisó el festival preparado para el “Día de la Bandera”.

La noche del 21 de diciembre de 1966, una multitud acompañó desde el Cristo hasta el Teatro Español (hoy Municipal) a Los Rothers (La Bomba Atómica de Guisasola).

Dos años después, realiza uno de los acontecimientos que pasan a engrosar las páginas del anecdotario dorreguense: en 1966 pone en escena “Buscando una Estrella”.

Era un concurso de cantores aficionados que se realizaba cada 15 días en el Teatro Español que concitó un interés sensacional.
La mecánica era sencilla. Se proyectaba religiosamente una de las películas de Carlos Gardel y después comenzaba el desfile artístico.
Gritos, de vez en cuando algún aplauso, tomates y monedas tiradas al escenario por la multitud la daban el marco, al que solo podía dominar la presencia del popular “Pulpo” en el escenario.

Podría ser motivo de risa, pero nadie puede dudar de la valía artística de muchos de los que pasaron por ese escenario. Como dijo Rubén Terrón en “Sobre Trovas y Requintos”, “ahí va Enzo Barda y sus cantores Populares”, algunos de ellos eran: Carlos Tejada, Pituco Rodriguez, Néstor Pereyra, Néstor Moyano, Daniel Agriello, J. Montero, Roberto Planes, “Los Roberts” (La Bomba Atómica” de Guisasola), Mario Morales “El Gaucho Alambre”, Miguel Furguelles, “Kiko” Verdier, Jorge Pedersen, Boggon, Juan Carlos Galván “Zaraza”, Rául Agúero, el popular Tirisia, Clotilde Oronás, Epifanio Luis, José Calvo “El Bandoneón Chicle”, la lista es interminable. Las actuaciones se extendieron a toda la zona.

También algunos de ellos tuvieron su hora de gloria, ya que participaron de la primera transmisión de Telenueva Canal 9, en 1968.

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