LA DORREGO

“Cuidado. Ahí dentro se esconde un violador”: ¿Ni una más, la serie más vista en Netflix, está basada en hechos reales?

A poco de llegar a Netflix, Ni una más se convirtió en la serie más vista en la plataforma. Detrás de ella quedaron Bridgerton, Bebé reno, El caso Asunta y Eric, el flamante estreno con Benedict Cumberbatch como protagonista.

Ni una más, una producción española de 8 episodios de un promedio de 40 minutos cada uno y narra una historia de acoso escolar y abuso sexual en una escuela secundaria. Se trata de una adaptación de la novela homónima de Miguel Sáez Carral de 2021 que tiene al propio autor como showrunner.

La serie tiene una estructura similar a la de Élite. Si esa ficción comenzaba en cada temporada con un asesinato y luego retrocedía en el tiempo para que averiguáramos quién mató a la víctima, Ni una más comienza con una feroz acusación y luego viaja hacia el pasado para que descubramos por qué la hizo quien la hizo.

Al principio de la historia -esto no es un spoiler-, Alma, una joven conflictiva de 17 años, cuelga en la puerta de la escuela a la que asiste un cartel en el que se lee: “Cuidado. Ahí dentro se esconde un violador”. Luego la trama retrocede cinco meses en el tiempo.

El reparto de Ni una más está conformado por Nicole Wallace (Culpa mía), Clara Galle (trilogía A través…), Gabriel Guevara (Culpa mía), Iván Massagué (El hoyo) y Eloy Azorín (Todo sobre mi madre), entre otros.

¿Ni una más está basada en hechos reales?
La respuesta es no. Pero hay un dato interesante detrás del origen de la historia.

En una entrevista para el diario El País, Sáez Carral contó que escribió la novela inspirado en la relación con su hija adolescente. Fue un modo de acercarse a ella, ya que al momento de escribirla, en 2019, no tenían la mejor de las relaciones.

En el primer borrador se vio reflejado “una queja de un padre a una hija”, y eso a Sáez Carral no le convenció. Cuando vio el resultado final creyó que debía ponerse en los zapatos de la joven y agregar su punto de vista. Esa corrección le dio a la historia la forma final.

“Empecé a examinarme a mí mismo y a buscar las cosas de mi hija que tenían valor. Me di cuenta de que era una muchacha muy valiente, que tenía un enorme sentido de la justicia. Eran dos valores que merecían que yo cambiara mi punto de vista”, reconoció Sáez Carral.

“Mi hija ahora tiene 20 años y fuimos muy amigos, hasta que se convirtió en una adolescente algo conflictiva. Al menos yo lo percibía así. Tuvimos muy mala relación durante mucho tiempo, con muchos conflictos diarios”, confesó el autor.

Y añadió: “Los padres queremos a menudo que los hijos sigan el camino que hemos trazado para ellos en nuestra cabeza. Y los hijos no tienen por qué encajar en ese molde”.

La serie va un poco de eso: de cómo los padres de los jóvenes actúan motivados por el miedo y de cómo los jóvenes reaccionan ante una situación límite como la que propone la protagonista al comienzo de la historia.

Finalmente, Sáez Carral y su hija pudieron recomponer su relación en la pandemia. Él considera que los dos han “madurado”. (Clarín). (16-06-24).

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