A 3 años de la partida de Juan Carlos Menéndez, el emotivo recuerdo de su hijo

POR JUAN IGNACIO MENÉNDEZ (ESCRITO EN FACEBOOK)

Nadie quería escucharlo. Lo considerábamos injusto. Sentíamos la necesidad interior de que esa agonía se prolongue un puñado de días más y nos de tiempo a despedirnos de vos como te lo merecías.

Pero no. Esa sensación devastadora de tener que mirarte sabiendo que eran las últimas veces que lo haría, me marcaban la pauta de que mi superhéroe esta vez usaba su capa para volar lejos de mí. Y así, en un abrir y cerrar de ojos, tomaste vuelo a tu encuentro con el barba un 12 de Mayo de 2016…con fecha de hoy, pero de hace 3 años.

Papá era eso que la gente veía. Un ser absolutamente generoso y bondadoso. Con un corazón enorme, como nunca a nadie he conocido.

Lo hicieron grande su humildad y sus convicciones. El tipo de persona que hacía lo que decía y te terminaba generando admiración.

Amante de su trabajo, me causaba enojo no verlo acompañándome en algún cumpleaños o acto escolar de la niñez. Con el tiempo entendí más centradamente el compromiso que tenía con sus compañeros, con su eterno sindicato y lo felIz que le hacía ponerle kilómetros y kilómetros a su auto para recorrer todo el país.

Pero él estaba. Nunca supe como hacía. Pero siempre estaba. Aparecía. No esquivaba. Ayudaba y creía. Tendía una mano en las difíciles y empujaba del carro como ninguno. Era un convencido de que si a las cosas le entregabas el corazón, todo iba a salir bien. No había secretos ni misterios, para lograr las cosas hay que sacrificarse.

Más pasan los días, los meses y los años, más me gusta sentarme a escuchar lo que cuentan y dicen de vos. No he sentido mayor privilegio que ese…Eras mi viejo pero tanto me atraparon tus gestos diarios que te convertiste en mi ídolo y el tiempo me quitó la posibilidad de decírtelo personalmente!.

Un padre que me enseñó el valor que tiene la familia, que nunca se debe olvidar de donde uno proviene y que siempre debo ser una persona honesta…Un padre que me enseñó a que siempre debo ser yo mismo y vivir siempre como si no hubiera un mañana.

Fui un bendecido en poder vivir bajo el mismo techo y llevar tu sangre. Me enseñaste e inculcaste los valores más puros…Me quedo con que, a pesar de las circunstancias, siempre debemos luchar por lo que queremos y demostrarme que una sonrisa puede cambiar muchas cosas.

En días como estos, que muchas veces son un puñal al corazón, me abruman los recuerdos pero lo bueno es que al final de cada uno de ellos, aparece una sonrisa cómplice como la que siempre teníamos y que aún la persigo y busco en la estrella más bonita de cada noche.

Muchas veces nos preguntaron “¿Qué se siente tener de papá al Japonés?”. “No sé, yo siempre tuve el mismo papá, no sé qué se siente», respondíamos. Hoy, 3 años más tarde, podemos decir que sí sabemos qué se siente: se siente mucho orgullo, de esos que hinchan el pecho.

Mi papá, mi viejo, mi amigo, mi superhéroe favorito, mi ángel guardián!