Corvinas de hasta 14 kilos en Quequén Salado: entre la emoción y el llamado al cuidado
Durante la última semana se viene experimentando una inesperada –y muy buena- pesca de grandes ejemplares de corvinas negras en el río Quequén Salado, tanto en la zona continental, como en Elvimar, localidad de Marisol.

Si bien desde hace años se da el pique de pichones de corvinas negras, cada vez que los pescadores expertos van detrás de las lisas o del pejerrey, nunca se había dado la calidad –ni cantidad- de extracciones de piezas que como en estos días llegan a pesar entre los 7 y los 14 kilos.
Está sucediendo. Sorpresivamente, el pique se dio cuando los pescadores deportivos y recreativos buscaban otras piezas. Se sabe: estos son lugares de pesca muy apreciados desde siempre por pescadores dorreguenses, tresarroyenses y de la zona.
La emoción de pescarlas, pero también de degustarlas, generó que rápidamente muchos pescadores se sumaran a los intentos por capturar su negra, y poder retratarla en una buena foto.
Pero también se está dando una actitud que es para reconsiderar cuando se pasa de ser un pescador responsable, a un depredador.
Es el ministerio de Desarrollo Agrario de la provincia el que establece una reglamentación para que los pescadores disfruten de la pesca, sin afectar el recurso. Pero no hubo un control efectivo que lo garantice.
Y si bien puede haber una reglamentación –y una autoridad- que indique cuántas piezas por pescador están permitidas, también es verdad que uno mismo debiera poner un límite sabiendo a partir de qué cantidad ya está demás seguir extrayendo el recurso. Salvo que se practique la pesca responsable, y se las devuelva al río en este caso.
Por eso, lo que ocurre por estos días, es para celebrar y disfrutar de la pesca. Pero responsablemente. Sin depredar, ni generar matanzas innecesarias de un recurso que muchos pescadores únicamente obtienen si viajan a General Lavalle o a Mar Chiquita. (Fuente y foto El Orden de Pringles). (25-04-25).