Ecos de la Memoria: La Típica

Por Fabián Enzo Barda

El crecimiento, el fantástico desarrollo musical y poético y el afianzamiento en la sociedad en su conjunto atravesando todas las clases sociales hicieron del tango, fundamentalmente a partir de la década del 30, un fenómeno netamente argentino con una proyección universal.

En los inicios la alternancia todavía con algunas especies propias de la raíz folklórica de nuestra música hacían de los denominados cantores nacionales el emblema del artista de esta patria; luego a medida que se hacían más tangueros comenzaron a necesitar mucho más que dos o tres guitarreros como apoyo de base musical. Hacen su irrupción las Orquesta de Tango, las denominadas “Orquestas Típicas” que irán incorporando a cantores y/o cantoras, primero, para entonar los estribillos y, luego, para interpretar piezas que habían crecido tanto en lo musical como en lo poético. Los especialistas dicen que el cantor pasa a ser un instrumento más de la orquesta. Así las grandes formaciones fueron marcando diferentes etapas de su historia, no solo por la propia evolución del tango si no también por quien era el cantor, la cantora o los cantores porque muchas formaciones presentaban dos intérpretes vocales en forma permanente.

En Coronel Dorrego, en las primeras décadas del siglo XX aparecen las primeras orquestas, no netamente de tango, aunque incluían la denominada música ciudadana en su repertorio.

«La Juvenil», una de las formaciones que dirigía el maestro Nicolás Antonini

Así Isaías Orbe puede ubicarse como uno de los primeros maestros de música quien formó su Orquesta. Luego ubicamos a la Orquesta de Cayetano Tumini con su pianista Pastora Blanco y a quien atravesará diferentes épocas y se irá adaptando a la demanda musical hasta llegar a los recordados bailes de las diferentes instituciones dorreguenses, nos estamos refiriendo al maestro Nicolás Antonini referente de una dinastía de músicos que incluía a su hijo Vicente, su hija Santina y con el tiempo a su nieto Roberto Marchán.

Paralelamente a la irrupción de las grandes Orquestas en el país, Dorrego durante la década de 1930 fue anfitrión de grandes cantores y cantoras nacionales y de formaciones orquestales de renombre. El 23 de mayo de 1933 queda grabado en las historia cultural del pueblo con la presentación de Carlos Gardel en el Teatro Italiano, luego pasaron Agustín Magaldi, Azucena Maizani culminando la década con la presentación de la gran Orquesta de Francisco Canaro en el Teatro Español en la que participó el músico dorreguense Gaudosio Galisteo entre los violinistas de la consagrada agrupación.

Segunda etapa de «La Continental» con la presencia de Orlando Matti

Para ese entonces los bailes locales anunciaban la presentación de Orquestas como la ya mencionada de Cayetano Tumini o la formación que, junto a su hermano Nicasio, había logrado reunir Genaro Ídolo Toledo. Contribuía al nuevo panorama que instituciones como la Sociedad Siria ya tenía su lugar propio, Independiente se había trasladado a la denominada “Sede Vieja” en San Martín al 700, además del Tinglado Español, el Teatro Español y el Teatro Italiano. El Bar Londres, la Confitería Jockey Club fueron emprendimientos privados que cobijaron a las orquestas típicas, distinto fue el caso “La Querencia” donde se presentaban artistas folklóricos.

Las décadas de 1940 y 1950 son consideradas las de la época de oro del tango, también en Dorrego es el momento de la aparición de grandes orquestas que mantendrán su vigencia hasta los primeros años de la década de 1960 cuando aparezcan los grupos musicales vinculados con la “Nueva Ola”.

A inicios de los 40 la Orquesta Antonini estaba integrada por Esteban Gagna, Lázaro Cibrián, Santiago Castiglioni y José Menna bajo la dirección del maestro Nicolás Antonini. En las noches del “Claro de Luna” brillaba la Orquesta “Los Ases”, una de las formaciones musicales más importantes de las consideradas orquestas típicas. Un plantel con músicos y cantores que hicieron historia: Enrique Brusa (contrabajo), Teodoro D´amico (piano), Orlando y Dino Matti (bandoneones) y los vocalistas Luis Garello y Omar Castro Ruíz. “Los Ases” se destacan en casi toda la década de 1940 manteniendo su formación base, solo se incorpora el cantor Raúl Villar, en 1948, reemplazando a Luis Garello que fue el vocalista insignia y que compartió algunas temporadas con Castro Ruiz.

Antonini, un verdadero formador de músicos, lanza hacia el final de los 40 la recordada “Orquesta Juvenil” que tuvo a intérpretes como Saturnino Gaute, Rubén D´annunzio, Santina Antonini, Emilio Fernández, Emilio Rucci, Vicente Antonini y Nicolás Antonini. Paralelamente hace su irrupción la primera formación de “La Continental” cuyo recorrido llegará, con distintas formaciones, hasta principios de los años 60. La primera “Continental” tenía como integrantes a Antonio Marrafini, Doilio Marrafini, Antonio Nucci, Pedro Mazza, Vicente Buono, Leopoldo Bosco y Nicolás Marrafini. La incorporación de los hermanos Matti y el cantor Marcelo Barés rodearán a “La Continental” con el aura del mito de haber sido “La Típica” por excepción, también fue “Colo” Remón uno de los grandes cantores que tuvo esa orquesta. En una época de grandes bailes y acontecimientos sociales en la ciudad de Dorrego la orquesta del “Feo” Matti acaparó la atención del público. También luego de su brillante paso por varios de los lugares del tango en la calle Corrientes, Mario Alberdi, el querido “Pocho” Majluf sumará su calidad intererpretativa a “La Continental”.

«Los Ases», emblemática formación típica en la que irrumpen los hermanos Dino y Orlando «El Feo» Matti

Aún a fines de la década del 60, en el Club Independiente, un grupo de entusiastas cultores del tango como Raúl Roassio, Jorge Moya, Orlando Iglesias, Nelson Eiras y Jorge Carubelli impulsaban noches tangueras en el hoy denominado Salón “Oliviero Olivieri”. Allí siguieron brillando Orlando Matti y Héctor Ricardo Majluf sumándoseles cantores como Luis Ligdas, “El Pato” Carubelli, “El Ruso” Schmidt y asomaba quien luego tendría un brillante futuro profesional Roberto Vecchi (h), profesionalmente conocido como Roberto Argentino. En esas noches en las que ya no había orquestas típicas sí había un sólido acompañamiento de “El Feo” Matti en Bandoneón y el recordado “Pituco” Rodríguez en guitarra.

Paralelamente a las presentaciones de los músicos locales hubo espacio para la presencia de cantores y orquestas consagradas como la de Osvaldo Pugliese, Astor Piazzola, Aníbal Troilo, Juan Sánchez Gorio y Alberto Castillo.

Es bueno recordar que en los años 30 y luego una ley de 1958 prohibía la difusión de música grabada de ahí la existencia de varios formaciones orquestales, las denominadas “Típicas” para el tango y la “Característica” para Fox Trot, Pasdodobles y Jazz que hicieron bailar a generaciones de dorreguenses. (Fuente Ecos de mi Ciudad). (11-11-23).

Los comentarios están cerrados.