Christian Drosten: «La explicación del buen resultado hasta ahora en Alemania fue una cuarentena temprana»
Ser el principal consultor de la líder más sensata del mundo le dio niveles de popularidad inusitados para un científico. Explica la situación con claridad, datos y mucha pedagogía. Confiesa que muchas de las ideas que tenía en enero sobre la pandemia cambiaron dramáticamente en pocas semanas.
Hay nuevos estudios que demostrarían que algunas personas que tuvieron coronavirus de forma asintomática quedaron con secuelas cardíacas y pulmonares permanentes.
¿Qué nivel de seriedad tienen?
—No estoy del todo familiarizado con ningún estudio en particular, no sé a cuál se refiere exactamente. Pero está claro que hay efectos en el sistema cardiovascular. Son reales, sin duda. Y son más duraderos que la enfermedad pulmonar. Esta es una enfermedad compleja que tiene algunas implicaciones sistémicas que van más allá del pulmón. Es algo que cada vez está más confirmado. Es una propiedad de la enfermedad que debe considerarse, junto a la letalidad. A menudo, cuando discutimos sobre Covid-19, hablamos sobre números: cantidad de infectados, la tasa de letalidad, entre otros datos. Hablamos sobre cuánta gente muere, cuántas personas terminan en terapia intensiva. Pero solo es el resultado final de una enfermedad más compleja, que a menudo toma desviaciones en direcciones atípicas, incluyendo un ataque al corazón sin ninguna infección pulmonar.
—Estamos frente a algo diferente de una gripe, como la aviar o como pandemias previas.
—También encontramos efectos secundarios en algunos casos de gripe.
—Parecería que en este caso es más fuerte.
—También se describieron consecuencias cardiovasculares en la influenza. Pero no es tan típica la frecuencia de esos efectos secundarios, ni tan alta, comparada con el nuevo coronavirus. “La vacuna de Rusia no está completamente probada. Es apenas un anuncio.”
El Covid-19 parece producir un daño cardíaco más perdurable que el pulmonar.”
—¿Qué evaluación hace del anuncio de Vladimir Putin sobre el patentamiento de la primera vacuna contra el Covid-19?
—Es un anuncio. Y punto. Hay mucha presión para desarrollar y también establecer una vacuna. A eso se suma la dimensión política. Hay presión para reportar un éxito. Por cierto, no es solo una presión política, es una presión real. Se trata de evitar infecciones, especialmente cuando se encuentra en una situación de alta incidencia, como sucede en Rusia. Este es el trasfondo del anuncio. También es importante, ante un anuncio audaz como este, mirar los detalles y no solo la audacia. No se informó muy ampliamente que esta vacuna fue patentada solo después de un estudio fase dos. Es demasiado pronto, no está probada completamente. Tuvo solo pruebas selectivas en algunos grupos muy restringidos de receptores para el personal médico. Recién ahora se está iniciando un estudio de fase tres. Se anunció prematuramente. Una vacuna probada significa que todo el mundo puede recibirla. Estamos por lo menos ante un caso inusual de prueba científica. Por otro lado, hay muchos juicios negativos sobre esta vacuna rusa. Estamos ante pruebas para un determinado grupo. Algo que varía una vez que se comienza con la fase tres. Además, recién ahora se está empezando a producir la vacuna. Recién podrán suministrar las vacunas dentro de algunos meses, siempre y cuando sea exitosa la fase tres. Muy probablemente no sea antes del próximo año. Así que es posible que se instituya de una manera que no sea más rápida o más lenta que otras vacunas que también se están estudiando. El proceso de la vacuna rusa es muy similar al de otros países. También se pueden hacer algunas consideraciones sobre la tecnología. Pero no quiero ofrecer connotaciones positivas o negativas, dado que lo que sé es por lo que leí en los diarios. Reconozco que soy un lector de diarios diferente del público general porque por mi formación profesional puedo percibir algunos detalles. Por ejemplo, estamos frente a un vector basado en adenovirus. Es una tecnología probada. Encuentro interesante que usan dos adenovirus diferentes, primero uno y luego otro. Esto tiene una justificación teórica y se sostiene en algunas experiencias, es un enfoque probado. Es una buena estrategia para conservar la respuesta inmune de la vacuna. Me parece bien conceptualmente. Otro elemento que debe recordarse es que hay enorme experiencia y capacidad en producción de vacunas en Rusia. Especialmente en su producción estatal. Además, la cuestión legal es ligeramente diferente en Rusia. No soy un experto en la temática jurídica, pero tiene una connotación importante. No diría que la manera de hacer una vacuna falla necesariamente, aunque es cierto que están tomando atajos en lo que es el protocolo médico. No suscribiría que no sirve. Aunque, por supuesto, estoy de acuerdo en que hay que seguir la estrategia probada. No hay que correr riesgos. No estoy seguro si lo que está sucediendo en Rusia es también en realidad una estrategia segura y exhaustiva. Repito: de momento no es más que un anuncio.
—Argentina está testeando la vacuna que desarrolla la empresa alemana de biotecnología Biotech, ¿qué expectativas tiene con esta vacuna alemana?
—Espero que este sea un producto de alta calidad. Hay una colaboración muy sólida con un socio importante de la industria, lo que nos permite una evaluación inicial positiva de la vacuna. Pero hay que esperar los datos. También me falta información, pero por lo que sé, será un producto de muy alta calidad. “La lucha por conseguir una vacuna eficaz se tornó un tema político.”
El virus sería infeccioso de una manera relevante durante tres horas en una superficie.”
—¿Y en comparación con la rusa?
—Es muy difícil comparar, porque son conceptos tecnológicos diferentes.
—¿Podría explicar las diferencias conceptuales?
—Una es una vacuna basada en ARN mensajero (N de R: el ARN mensajero, o ARNm, es una molécula de ARN de cadena simple, complementaria a una de las cadenas de ADN de un gen) y la otra es una vacuna basada en adenovirus. Ambas dependen de la expresión del antígeno de la vacuna en las células de la persona vacunada. Pero es diferente lo que sucede a partir de ese momento. Por lo tanto, puede que no sea sencillo comparar los parámetros de laboratorio a lo largo de las primeras fases del estudio. Debemos esperar. Especialmente porque para las vacunas de ARN, si bien hay mucha experiencia en el contexto de la vacunación contra el cáncer, hay poca experiencia contra enfermedades infecciosas. Sin embargo, los datos iniciales parecen muy prometedores.
—El Ministerio de Salud alemán puso en duda la eficacia de la vacuna rusa. ¿Cuánto hay de competencia geopolítica entre países con esta vacuna, como sucedía en el siglo XX con la carrera espacial?
—Se está volviendo cada vez más político. No puedo comentar sobre esto, soy un científico. Ni siquiera conozco la declaración del Ministerio de Salud federal alemán (Bundesministerium für Gesundheit, el BMG). Lo que está claro es que no hay datos publicados o en términos de publicación científica sobre la vacuna rusa. En principio, no me gustaría criticar a los científicos de Rusia ni a los desarrolladores de esta vacuna. Se que son buenos científicos. Ellos contarán con los datos. La producción estatal de vacunas en Rusia es un área bien desarrollada. También es cierto que el proceso de validación no es normal. Me pregunto cuánto de estas declaraciones públicas son en realidad solo meras declaraciones públicas y anuncios.
—¿Qué efectividad de la vacuna se debe esperar para que el mundo no sea expuesto el año próximo a las circunstancias actuales?
—Es muy difícil responder de manera general a la pregunta. Podría responderlo de dos maneras diferentes. Una es que, ante una infección natural, la vacuna debe ser al menos tan inmunogénica como la misma infección. Es una forma de responderlo. La otra es que la relación entre el riesgo general y el beneficio debe ser positiva, teniendo en cuenta todos los aspectos, incluyendo la población de pacientes que reciben la vacuna. En un proyecto tan grande de producción de vacunas, se debe contar con datos que incluyan a toda la población. En esta infección por virus parece haber una evaluación de riesgo muy diferente según la edad. Las personas mayores tienen un riesgo mucho mayor de enfermarse gravemente. Aquí se complica la cuestión de la velocidad con que podremos tener una vacuna. Podrían evaluarse vacunas con una relación de riesgo y beneficio diferente, con usos diferentes para cada grupo etario. Algo impracticable, dada la situación. No hay tiempo para esas distinciones. Pero hay vacunas que se desarrollan predominantemente para ciertos grupos de edad. Es la causa de por qué es difícil responder esta pregunta de manera general. La respuesta obvia sería que debería ser tan buena como la infección natural en términos de producir inmunidad. Y, por supuesto, los efectos secundarios deberían ser mínimos.
Hay situaciones cotidianas en las que nos exponemos a las secreciones de otras personas.”
—Se encontró poco ARN viral en las habitaciones ventiladas y más en los baños de los pacientes y en los lugares donde los trabajadores médicos se quitan el equipo de protección. ¿El Covid-19 podría ser transmisible a través de partículas suspendidas en el aire?
—Depende de la forma de detectar el virus. En estos estudios se detecta el ARN. La partícula del virus contiene ARN, pero también tiene otros componentes. Cuando la partícula se seca, ya no es infecciosa aunque sigue siendo detectable. Puede estar el virus en un barbijo. Pero estaría seco. También en un barbijo puede encontrarse virus seco y húmedo. Eso podría explicar esos estudios. Un estudio que haga una medición física del ARN del virus en algunos compartimentos diferentes de un hospital es solo uno de los muchos enfoques para entender cómo se transmite. La evaluación actual es que hay transmisión por gotitas, que de alguna manera están en la proximidad del paciente. Algo así como un punto a cinco metros de distancia. Al hablar, cada uno lo esparce. Luego, hay partículas más pequeñas de gotas líquidas con virus que vuelan en el aire en forma de aerosol. No está claro qué fracción de aerosol es la necesaria para enfermar. Algunas personas creen que es alrededor de 50-50. También hay algunos datos basados en otros coronavirus. Un muy buen estudio hecho en Hong Kong sugiere que alrededor del 50% del virus que se detecta mediante medición técnica está contenido en pequeñas gotitas que suelen causar aerosoles, mientras que las gotitas más grandes contenían la otra mitad, el otro 50% del virus. Es un número interesante. Pero no hay datos concretos acerca de cómo se produce la infección. No sabemos cómo se fueron enfermando los infectados. Pero daría la sensación de que pasa de las dos maneras. También está claro que hay una transmisión en las superficies, que el virus está en una superficie seca en algún lugar y debe rociarse desinfectante en la parte superior de ella, aunque parece menos relevante para la fuente de contagio.
—Es más, aparecen opiniones sobre que el virus no se mantendría en las superficies. ¿Se puede confirmar si se adhiere o no?
—Es difícil confirmarlo. Depende mucho de la situación. Si usted tiene el virus en una superficie que no se toca o no se desempolva desde allí al aire, entonces no sería relevante, aunque el virus está asentado. Hay datos que sugieren que el virus será infeccioso de una manera relevante durante aproximadamente tres horas en una superficie. Pero hablamos de situaciones experimentales. Lo que cuenta es el tiempo que tarda el virus en secarse. Y esto es muy variable. Depende de cuán húmedo sea el aire de la habitación, de la temperatura, de la naturaleza de la superficie y de qué tan grande es el volumen de fluido, también el volumen líquido que rodea al virus.
—Dicen que en los pubs usted bebe solo cerveza de la botella, por razones higiénicas. ¿Qué recomendaciones puede hacer para el cuidado personal?
—Beber de la botella es un consejo práctico. No sé en Argentina, pero aquí en Alemania, en los pubs uno mira los vasos y observa que los lavan más con agua que con detergente. El de los pubs es solo un ejemplo práctico de cómo cada uno puede cuidar de sí mismo y evitar situaciones en las que estamos expuestos a secreciones de otras personas. Una de las cosas más importantes es usar un barbijo todo el tiempo, especialmente dentro de los edificios. Sobre todo cuando hay temperaturas invernales. Cuanto más frío hace, más tiempo tarda un virus que contiene gotitas en secarse y ser inactivado. Si usted tiene temperaturas de cinco grados o menos, debería usar barbijo permanentemente. También en el exterior, porque allí parece haber un componente de aerosol.
En EE.UU. la política no orientó sobre cómo sería el equilibrio entre economía y salud.”
—¿Cree en la inmunidad de rebaño?
—La inmunidad de rebaño existe. No se trata de creer en ella o no. Entiendo que su pregunta es si estoy a favor de una estrategia para lograrla. Pensarla en comparación a la vacuna. Nuestro concepto fue evitarla. Porque para que funcione se necesita también la disponibilidad de otras intervenciones como las vacunas. Si dentro de un año disponemos de una vacuna, podremos discutir la idea de promover la inmunidad de rebaño. Discutir si podemos evitar infecciones a un nivel que sea soportable por la economía. En eso es en lo que estoy a favor. No estoy a favor de una estrategia para lograr la inmunidad de rebaño y dejar que muchas personas se infecten y que la epidemia se detenga de forma natural. La experiencia de muchos países demuestra que sin una vacuna es ineficaz. Se producirían muchas muertes, especialmente en la situación de países cuya estructura etaria es la de las sociedades de climas templados en el hemisferio norte. Puede ser diferente en los países tropicales con un perfil de edad diferente. Allí la infección puede actuar de una manera diferente.
—Como Brasil.
—Brasil tiene una estructura de edad bastante europea. Los países africanos suelen tener un perfil de edad diferente. Son poblaciones más jóvenes. También tienen otro nivel de infecciones de fondo. Esto modifica la forma en que el sistema inmune celular reacciona a las infecciones. No tenemos ni idea de cómo esto incide frente al Covid-19, especialmente en los ancianos, que tuvieron una exposición de ese tipo durante toda su vida. No sabemos si es la causa de que haya menos muertes. Tampoco contamos con muchos datos. Parecería que hay casos, pero no hay una impresión abrumadora de muchas muertes. Esta sería una explicación; pero hay otras, como la obtención de datos. Tampoco sabemos cuál es la disponibilidad de tests para diagnosticar el SARS–CoV–2 para la población general africana.
—En Brasil hay mucha descendencia caucásica y europea. Al mismo tiempo, la mitad de la población es de ascendencia africana. ¿Eso puede explicar la cantidad de muertes?
—Cabe también la consideración genética. Eso es algo que no mencioné hasta ahora. No creo que incida de manera fuerte. A partir de las observaciones en poblaciones donde hay un descendiente genético mixto, no parece que las personas de ascendencia africana estén protegidas de una manera particular. Aunque es demasiado pronto para sacar conclusiones.
¿Cómo interpreta que a un porcentaje alto de infectados no se le detecten anticuerpos?
—Los estudios con buena metodología sugieren que hay muy pocas personas que no establecen una respuesta de anticuerpos. Existe la posibilidad de que las pruebas de anticuerpos fallen si se aplican cuando la enfermedad empieza a cursar. En algunos casos, se debe esperar más de tres semanas para que una prueba de anticuerpos se vuelva fiablemente positiva después de la conclusión de la infección. No he leído esos estudios que usted menciona, pero mi evaluación en realidad es que no hay gran falta de anticuerpos en las personas que realmente han superado la infección.
Las condiciones metabólicas y cardiovasculares son factores predisponentes.”
—¿Es suficiente haber estado infectado como protección ante futuras reinfecciones?
—No es posible brindar conclusiones, porque es demasiado nuevo el virus. Recién dentro de cinco años sabremos si la gente realmente pierde su inmunidad. Se habla mucho del tema en los medios. A veces, la base son estudios científicos preliminares, que ni siquiera son revisados por pares. Estas comunicaciones son tomadas por los medios de comunicación y se extienden aún más. Cabe estar atentos al respecto. Mi impresión general a través de la experiencia clínica es que luego de dos meses hay una cierta caída del nivel de anticuerpos, especialmente de anticuerpos neutralizantes. Pero no es una pérdida, es un fenómeno muy normal en otras enfermedades infecciosas: la pérdida de anticuerpos GM e IJA, que son una subclase de anticuerpos. Pero este no es el único tipo de anticuerpos. Los anticuerpos de larga duración permanecen durante más tiempo; especialmente si se los analiza a través de pruebas de diagnóstico y paralelo, verá los riesgos en casi todos los pacientes restantes a nivel de AGG, y esto es solo una parte del sistema inmune. Y aquí parece que la actividad es aún más duradera. Hay un estudio que mira hacia atrás a las infecciones de SARS 1 en personas infectadas en 2003 en China cuya reactividad de inmunidad celular llega hasta hoy, 17 años más tarde. No habría razón para creer que, después de haber superado una infección, no son inmunes en absoluto o que se pierde toda inmunidad dentro de un corto tiempo. Lo que probablemente suceda es que la inmunidad se debilite después de varios años, tal vez incluso después de un año. Mi evaluación es que en un lapso de tres a cinco años puede haber reinfecciones si alguien está lo suficientemente reexpuesto a ellas. Si se tiene exposición, o sea contacto con el paciente que excreta una gran cantidad de virus, seguramente habrá reinfección, porque el nivel de inmunidad bajó. Pero esta infección probablemente no sea grave, quizá será leve y en el tracto respiratorio superior. Me baso en los datos que nos proporcionan otros coronavirus. Si se mira a los niños, hay una gran cantidad de excreción de virus allí, pero cursan la enfermedad de una manera mucho más leve que los adultos. Si se observa a adultos inmunosuprimidos, puede encontrarse sintomatologías graves, neumonía, personas que mueren por infecciones del coronavirus en vez de un resfrío. El adulto normal, con adecuada reacción inmune, puede ser reinfectado, pero será una infección leve casi universalmente.
—¿Se observan diferencias entre el virus que afectó a China y el que circula en otras regiones del mundo?
—Es un poco difícil discriminar realmente entre los diferentes linajes virales en lo referido a su real peligro o virulencia. Hay pocos datos. Hay una mutación del virus que no se observó en China porque se dio más tarde en el tiempo. Esa mutación apareció en Europa y se transmitió a América del Sur y a otras partes de América del Norte. Esta variante parece ser más virulenta y capaz de propagarse, como sugieren lo que llamamos experimentos sustitutos. Son trabajos científicos que imitan algunas funciones del virus. Pero son experiencias parciales, no observaciones sistemáticas de lo que sucede con los pacientes. No sabemos con certeza si esta nueva variante del virus que está muy extendida es realmente más virulenta. Es concebible que en algún momento descubramos que el virus primitivo que se propagó en China a lo largo de enero y febrero no tenga las adaptaciones a los humanos del actual. Esto podría implicar que el virus mostró una capacidad diferente para propagarse y enfermar.
—¿Un exceso en la aplicación de cuarentenas podría generar más muertes debido a la crisis económica?
—Es una pregunta muy compleja. Y trasciende mi saber específico de virólogo. Es más bien para un investigador de los sistemas de salud. Para dar una respuesta se precisa contar con más datos, como por ejemplo las enfermedades subyacentes, qué tan bueno es el sistema de atención médica general con que se cuenta, cuál es el porcentaje de Covid-19 en su población, cómo es el nivel de prestaciones farmacéuticas. Es casi imposible responder a esta pregunta.
—¿Cuáles fueron las claves del éxito de Alemania en el combate contra el coronavirus respecto de otros países europeos?
—Si queremos dar una explicación única, es que tuvimos gran capacidad para testear muy tempranamente. Funcionó en Europa y en otras partes del mundo. Una cuarentena es una decisión política. No les cabe a los científicos, sino a los políticos. Son ellos los que toman la decisión. Un político necesita de dos fuentes de información. En marzo, las imágenes de televisión de otros países que mostraban la gravedad de la infección. Se veían las calles vacías en Wuhan, los muertos en Italia. Al ver lo severo de la situación se obtuvo una primera impresión. El segundo criterio fue saber que el virus estaba en el país. La situación no se resolvía cerrando aeropuertos. Con esa suma es que se decide sobre una cuarentena. Hay que detener la situación de alguna manera. Sobre la información hay criterios, como la cantidad de camas ocupadas. El riesgo de colapsar los servicios médicos. Si se llega a ese punto, es muy tarde para decidir sobre una cuarentena. La gran diferencia de Alemania fue que teníamos una gran capacidad de testeo, unas 200 mil pruebas por semana. Eso desde antes de la llegada de la pandemia al país. Lo que no se vio en imágenes de hospital se completó con los números de notificación de los laboratorios. Nos dimos cuenta de la llegada de la primera ola por las pruebas de PCR y no en pacientes severamente enfermos. Esto hizo que los políticos alemanes se dieran cuenta aproximadamente de tres a cuatro semanas antes que los de otros países europeos de la llegada de la primera ola. La explicación del buen resultado hasta ahora en Alemania fue una cuarentena temprana. Y porque se llegó a esa conclusión en base a lo que nos informaba el laboratorio antes que nos lo dijera el hospital.
—¿Qué diferencias hay entre el sistema de salud pública alemán y el de los países mediterráneos europeos?
—El haber apelado a la tasa de pruebas nos hizo no precisar hacer un uso intensivo del sistema de salud. No es que la terapia intensiva en Alemania tenga una tasa de supervivencia más alta en comparación con la italiana. Las tasas de supervivencia son parecidas en ambos países. Sí hemos aprendido mucho en este tiempo. También en Italia. La gente aprendió de la experiencia. Además, la manera en que contamos a un paciente en Alemania probablemente no sea igual a la manera con que contó Italia al principio de la pandemia. Cuando se descubrió a un paciente en Bérgamo ya se había lanzado la enfermedad en el norte de Italia. Hay que considerar que cuando un paciente llega al hospital ya tiene un cuadro de una cierta gravedad. Los pacientes en el hospital son solo la punta del iceberg de los casos. Lo que se vio clínicamente demostró una situación previa.
—Estados Unidos tiene ya más de 100 mil muertos por Covid-19 y China, con cuatro veces más población, tuvo menos de 5 mil. ¿Son creíbles los datos chinos?
—China tiene un enfoque muy agresivo con las intervenciones no farmacéuticas, que comienza con un enfoque agresivo en los testeos. También hubo una toma de decisiones muy temprana respecto a las estrategias de contacto y de cuarentena. Un ejemplo es cuando aparecieron los casos en Beijing. Fueron muy rígidos en ese sentido, cosa que no sucede en los EE.UU. Allí se da un proceso de negociación entre la economía y la parte médica. La política no da una orientación muy clara al respecto. No hay una respuesta nacional, sino respuestas locales. Las estructuras esperaron demasiado tiempo en responder. En los Estados Unidos, en la situación actual, los mejores expertos en salud pública recomiendan una cuarentena completa a nivel nacional para reducir el número de casos, antes del ciclo lectivo, para darle al país un poco más de tiempo para respirar y de recuperación antes de reabrir las escuelas. El enfoque de China es completamente diferente. Hay una toma de decisiones muy centralizada. También hay un sistema de salud pública y político completamente diferente. Además, puede haber otras explicaciones ocultas. Por ejemplo, que se trate de una variante temprana del virus. También podría ser una explicación la adhesión general de la población a la cuarentena, debido a la experiencia previa del SARS. A todo eso se suman las especulaciones conocidas.
—¿Puede haber alguna diferencia entre Oriente y Occidente vinculada a la dieta, la obesidad, la hipertensión arterial o la diabetes?
—Sí. Las condiciones metabólicas y cardiovasculares son factores predisponentes para un resultado severo de Covid-19. Y también es un hecho conocido que hay menos obesidad en la mayoría de los países asiáticos. Puede ser una explicación adicional, que también se confirma al comparar entre diferentes niveles sociales o diferentes regiones de los Estados Unidos.
—¿La disciplina social de una sociedad de religión confuciana ayuda?
—El dato es que hubo adhesión a las medidas públicas de interrumpir los contactos. En medidas como la cuarentena, es un componente muy importante. No basta con imponerla. Una cuarentena solo puede funcionar si la población la entiende. Y mucho más en una cuarentena parcial que deja algunas áreas de la sociedad abiertas e intactas para rescatar o salvar la economía y permitir que siga en alguna medida la educación. En casos así, la sociedad necesita entender por qué alguien siempre está en el lado ganador y alguien queda del lado perdedor del juego. Los que están en el lado perdedor necesitan entender que están haciendo un sacrificio por el bien de toda la sociedad. Y este es un mensaje muy difícil de enviar.
—¿La menor mortalidad en los países asiáticos podría deberse a que tienen menos sobrepeso que los países ricos de Occidente?
—Podría suscribir esa idea. La correlación es visible.
—¿Un sistema democrático es más o menos eficiente para combatir una pandemia?
—Es una cuestión casi filosófica y ciertamente política. Pero para algunas situaciones en las intervenciones de salud pública, una estructura de toma de decisiones muy central y directa es definitivamente un factor favorable. Se debe imponer medidas rápidamente que implican a muchas personas. En una democracia hay colisión de opiniones. El sistema se toma algún tiempo para encontrar una opinión dominante y una dirección común. Y perder tiempo es una desventaja.
—¿A qué atribuye que casi todas las últimas epidemias se generen en Oriente: SARS, gripe porcina, gripe aviar, Covid-19?
—No diría que todas estas cosas vienen de Asia; por ejemplo, el H1N1 de 2009 vino de América del Norte. El ébola tiene una dinámica diferente, pero viene de África. El zika también tiene una dinámica diferente. proviene de la región del Pacífico. No todas las enfermedades nacieron en Oriente. Pero una cosa que existe en regiones subindutrializadas de China o en países como Vietnam es el contacto estrecho entre humanos y ganado en un contexto muy urbano, densamente poblado. Y se llega a la adquisición zoonótica de infecciones virales. Las enfermedades que usted describió son de ese origen. Y la mayoría llega desde el ganado. También depende del tipo de ganadería que tenga. La cría de cerdos puede alcanzar una densidad muy alta. A eso se suma que la cría de aves de corral es muy frecuente en Asia, con densidades muy altas. Otro factor es el uso de especies ganaderas exóticas. Tiene una relación directa con el nacimiento del SARS; son animales que además son carnívoros.
—Es altamente probable que los Covid, que son muchos, no hayan empezado ayer a pasar de animales a humanos. ¿Tiene alguna especulación de por qué en los últimos 17 años observamos tres eventos sucesivos y en siglos no tuvimos registros similares?
—No es improbable. Puede que sucediera una transmisión de virus desapercibida. Al estudiar situaciones de interfaz entre animales y humanos, y si se observa la vida silvestre y sus virus y luego se dirige la mirada hacia las personas expuestas a estas especies de vida silvestre, es lógico pensar que hay alguna transmisión a los humanos continua. Pero esto no se extendía y no había transmisión. Y en esta situación especial en China, tal vez con el creciente éxito económico, el crecimiento y la urbanización de la población y el creciente consumo de carne, proporciona algunas explicaciones de la mayor frecuencia de las transmisiones zoonóticas. Este es también un fenómeno creciente en África, donde hay una gran población urbana en crecimiento. Si tenemos en cuenta las grandes ciudades de África occidental, se está estableciendo una red urbana de enorme tamaño. Podría ser un peligro en el futuro.
¿Cuál es su opinión hoy sobre la apertura de escuelas en medio de la pandemia?
—No cambié mi opinión al respecto. Al principio no tenía ninguna información. Lo que sabía era que había una pequeña fracción de niños infectados con el MERS-Cov en Medio Oriente. Este es otro virus que hemos estudiado durante mucho tiempo con el nacimiento del SARS. Hubo una infrarrepresentación de casos en niños. Pero también se sabía que estos estudios sufrieron fuertes sesgos de selección. Por ejemplo, para el SARS 1, hubo muy pocas pruebas en niños. Esta es una enfermedad zoonótica primaria. Y la transmisión de humano a humano se produce principalmente en los hospitales. Es una situación epidemiológica completamente diferente. Depende mucho de la exposición a los animales. Algo que no sucede con los niños. Las personas expuestas a camellos en los países árabes son principalmente hombres de mediana edad o mayores. Así que eso puede ser una explicación suficiente. Tampoco estaba del todo claro en lo referido al SARS 2. Hubo un solo informe de un último brote escolar en Francia, corroborado con estudios de contacto con el hogar, porque las escuelas estaban entonces en cuarentena. Las escuelas estaban cerradas. Pero al mirar los datos técnicos como la concentración de virus en la garganta de las personas, se hizo bastante claro que los niños también tienen cargas virales tan altas como los adultos. Así llegué a mi evaluación personal de que probablemente haya muchos virus en la garganta en los niños también. Y depende más de la oportunidad de contacto, la velocidad de contacto y el comportamiento para llegar a entender qué papel juegan los niños. Y en ese momento estábamos en cuarentena. Luego levantamos la cuarentena en Alemania y estábamos en una situación de prevalencia muy baja. Así que en realidad no había oportunidad para que el virus se contagiara en las escuelas. No sabemos qué va a pasar después de reabrir las escuelas luego de las vacaciones de verano. Estoy entre quienes piensan que puede haber brotes escolares. Creo que los chicos pueden difundir la enfermedad. Debemos ser cautelosos con la apertura de escuelas. La incidencia subyacente es muy alta. Y es en realidad una de las principales razones por las que los expertos en los EE.UU. ahora proponen hacer una cuarentena estricta.
En ciertas situaciones de salud pública, la intervención estatal directa y rápida puede resultar eficaz.”
—¿A qué atribuye las diferencias en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud acerca de la importancia de usar o no barbijos?
—Este es un proceso algo dinámico. Al principio de la epidemia, todo lo que teníamos eran datos de estudios clínicos sobre influenza y enfermedades respiratorias generales. Un conocimiento no particularmente específico para los coronavirus y para los científicos. Pero eran las fuentes con las que contaba la OMS. Con esos antecedentes, existía la impresión de que en realidad el efecto de autoprotección era poco o inexistente y que era irrelevante proteger a los demás. Y sobre la base de esa evaluación, más la certeza de que no había suministro de máscaras infinito, se supuso que la mejor recomendación para el público era no crear una competencia de recursos con el personal médico. Para que los profesionales de la salud no quedaran sin el insumo. Pero la situación evolucionó. Y creció la producción de barbijos, Hay muchos incentivos privados para hacerlos. A eso se suman nuevos datos científicos específicos para el nuevo virus, que apoyan la noción del efecto protector real de los barbijos, incluso como efecto de autoprotección. Esto motivó el cambio en la recomendación. La sugerencia de marzo era correcta en el contexto de la información con la que contábamos. No vale la pena mirar hacia atrás. Este nuevo virus es la misma especie que el viejo virus SARS. Pero recién ahora entendemos de qué se trata. Pensábamos que con lo que sabíamos de la familia viral nos iba a alcanzar. Y vivimos una sorpresa después de mirar a los primeros pacientes. El comportamiento del virus era muy diferente al de otros de la misma familia. Ahora conocemos la explicación. Hay una cierta función en la glicoproteína superficial de este virus del llamado lado de la escisión furina que parece cambiar el tropismo tisular y el tracto respiratorio de una manera que hace que se replique mucho más eficientemente que el viejo virus en el tracto respiratorio superior. Así que en la nariz y en la garganta, el nuevo virus se replica muy bien. El viejo virus SARS tiene que llegar hasta el pulmón para reproducirse. Esa es una gran diferencia causada por una pequeña disparidad estructural. Fue algo que al principio causó confusión entre los expertos científicos. Cuando apareció, mi primera impresión fue que sería como el otro SARS, que no llegaría a Alemania. Pero a finales de enero tuvimos los primeros pacientes. Y pude entonces ver sus datos. Inmediatamente vimos que el virus se replica en la garganta a un nivel muy alto y con una gran eficiencia. A partir de ese momento, tuve que cambiar mi opinión y mi evaluación personal sobre la enfermedad. Fue un cambio tremendo de la primera semana de enero a la última. Nos pasó a varios que estudiamos el tema.
—¿Hay algún tema del que no le haya preguntado y del que usted quiera agregar algo para los lectores de Argentina?
—Una de las herramientas más importantes son las intervenciones no farmacéuticas y cómo comunicarlas al público. El público necesita entender la razón de estas intervenciones. Estamos en una situación más difícil porque la gente se cansa de las medidas. Y la economía está empezando a sufrir. Tenemos que entender cuáles son las intervenciones más eficientes. Por eso es tan importante el rol de los medios. El periodismo científico de alta calidad es una de las herramientas más importantes para las intervenciones de salud pública en la crisis sanitaria. Son tan claves en su país como en Alemania. (Fuente www.perfil.com).