“La vida de Acosta García fue cautivante y muy dura”, aseguró Fabián Barda, que hoy presenta la biografía del Cantor del Sur
Será a las 20, en Café Plaza. Es el séptimo libro del profesor. “Fue uno de los representantes más importantes de la cultura popular dorreguera”, aseguró el autor a Ecos de mi ciudad.
Por Pablo Javier Marcó (*)
“…Don Luis Acosta García se llamaba el payador
Hombre nacido en Dorrego y que mucho trajino’
Hombre de lindas riquezas: guitarra, amigos, canción
Don Luis Acosta Garcia: lindo nombre pa’ un cantor
Que anduvo de pago en pago y en ninguno se quedó…” (Cantor del Sur, Atahualpa Yupanqui).
Hoy viernes 6 de diciembre, a las 20, en la confitería Café Plaza, ubicada frente a la plaza central, en calle Maciel, el profesor Fabián Enzo Barda presentará Tenés que ser payador. Una biografía de Luis Acosta García.
Es el séptimo libro del profesor. Antes, vieron la luz Revistando Hojas-Construcción del tradicionalismo surero (2002); Patria y Tradición en el Dorrego de los ’30 (2003); Del megáfono a la AM. Historia de la radiodifusión dorreguense (2006); Republicanos en Dorrego–Solidaridad y participación durante la Guerra Civil Española (2011), La cuestión Capital (2015), y 1937 La Revolución (2017).
A pocos días de la presentación, Barda ofreció la siguiente entrevista al semanario Ecos de mi ciudad.
-Para comenzar, ¿quién fue Luis Acosta García?
-Luis Acosta García es, sin dudas, uno de los representantes más importantes de la cultura popular dorreguera porque, más allá de su espíritu andariego, por aquello de: anduvo de pago en pago / y en ninguno se quedó, su corta vida pivoteó permanentemente con su pertenencia a nuestro pueblo. Desde la primera obra editada hasta los constantes regresos, incluso el año de su fallecimiento lo hacen entrañablemente “dorreguero”. La trascendencia de su obra, calidad de su poesía, la perfección de su canto repentista que muchos consideran superior a lo escrito son cualidades que lo ponen en el panteón de nuestra cultura y, si a eso le agregamos que nunca se olvidó de su pago y que siguió frecuentándolo hasta sus últimos días, no hay dudas del lugar que ocupa en nuestra historia lugareña.
“Lo más conocido era su relación con Agustín Magaldi, pero no fue muy difundido que Cátulo Castillo integró una formación musical que lo acompañó durante algún tiempo, o que Osvaldo Pugliese iba a verlo a sus presentaciones y la sospecha que tenía, que quedó confirmada, su relación con Carlos Gardel” (Textual del autor).
-¿Por qué te decidiste a hacer una biografía sobre él?
-Me cautivó todo lo que fui escuchando de quienes llegaron a conocerlo como es el caso de sus primas Severa y Cristina, de los recuerdos que otros familiares como Abel y Blanca Visconti rescataban, la reverencia y el respeto que todos los payadores le profesan y la idea de completar una historia que tenía algunos vacíos o había caído en ciertos “mitos”; por ejemplo, uno de ellos ubicaba a un casi niño Acosta García partiendo de Dorrego con un Circo, no regresando a su lugar de nacimiento, cuando en realidad no fue así. Siempre regresó.
-¿Cuándo comenzaste a trabajar el libro?
-El primer material lo recopilé en 1989, antes de eso ya había conversado bastante con Severa García, prima hermana de Luis, la circunstancia que ella fuera una asidua colaboradora de la Peña Nativista hacía que la viera bastante seguido, incluso en su casa. Severa y su hermana me facilitaron material para fotocopiar y fotos. A partir de 1990 cuando recopilamos datos de autores locales para el aniversario de la Biblioteca Popular pude lograr más fuentes. Fue a partir del año 2003 que, por circunstancias de la función pública impulsamos el homenaje anual al Payador pude comenzar a relacionarme con Lira, la hija de Luis Acosta García, viajar a Rosario para buscar material sobre su radicación allí y eso fue llevando a otras fuentes. El trabajo más intenso para la edición del libro se da a partir del año 2017.
-¿Cuáles fueron tus principales fuentes para ir armando la biografía?
-Las fuentes son muy variadas: sus libros, los registros de sus presentaciones, cartas, revistas, diarios y periódicos de la década de 1920 y principios de la de 1930, documentos oficiales como partidas de nacimientos, de defunción y entrevistas a payadores, poetas y el testimonio de familiares.
-¿Qué hecho o revelación te sorprendió más que desconocías y descubriste con la investigación?
-En general, lo contrastante de una vida durísima y sacrificada con el hecho de haber frecuentado lugares y haber mantenido amistad y relación con figuras representativas de la cultura popular argentina. En ese sentido lo más conocido era su relación con Agustín Magaldi pero no fue muy difundido que Cátulo Castillo integró una formación musical que lo acompañó durante algún tiempo, o que Osvaldo Pugliese iba a verlo a sus presentaciones y, la sospecha que tenía que quedó confirmada, su relación con Carlos Gardel.
Barda admitió que si bien el primer material sobre Acosta García lo recopiló en 1989, el trabajo más intenso para la edición del libro se dio a partir del año 2017.
-¿Crees que la de Acosta García es una figura desconocida para la mayoría de los dorregueros?
-Es conocida en la medida que, a partir de 1965, merced a la iniciativa de Pedro Iribarne y la Peña Nativista se realizó lo que podría definirse como la “reivindicación final”. En ese momento fue impuesto el nombre de “Payador Luis Acosta García” a la calle 29, se colocó un placa sobre una de las paredes laterales de la Escuela de Educación Especial N° 501 sobre calle Luis Acosta García, luego la referencia histórica en lo que la casa de su Madre y, finalmente, los homenajes que desde 2003 se le vienen tributando. No debemos olvidar que la musicalización y adaptación del poema “Tenés que ser Payador” del “Dorreguero”, José Alaiz que realizaron Los Hermanos Visconti fue difundido por toda Latinoamérica. Quienes nunca lo olvidaron son los payadores de antes y de ahora, eso es realmente conmovedor como es una referencia a la altura de Gabino Ezeiza o el mismísimo Santos Vega. Lo que realmente es desconocido son los aspectos de una corta vida, murió a los 38, fue intensa, cautivante y a la vez muy dura.
-¿Estás trabajando en alguna futura publicación?
-En estos momentos abocado a la recopilación de todo lo referente a Ñusta de Piorno y Dorrego. La importancia de Ñusta para la construcción del tradicionalismo surero excede el hecho trascendental de ser la autora del Poema “Este pago de Dorrego”, hoy poema oficial. Ella con obras posteriores, con la relación anterior a la hoy Fiesta de las Llanuras influyó fuertemente junto a Atahualpa Yupanqui, Carlos Castello Luro, Suma Paz, Alberto Merlo, entre otros, a definir la “utopía surera” de Iribarne y, sobre todo, a darle fundamento a la “Simbiosis Pampa” que tan bien reflejó Raúl Franceschini en su obra.
(*) Nota publicada en el semanario de Ecos de mi ciudad.