Alerta hepatitis: advierten por nuevos casos del tipo A y B en el país
La introducción en 2005 de la vacuna contra la hepatitis A en el calendario nacional de vacunación, que se aplica al año de vida, hizo que desaparecieran en el país los trasplantes hepáticos pediátricos por esta causa. Tanto, que los médicos prácticamente dejaron de ver casos. Pero en el último tiempo, según advierten la Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE) y la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado (AAEEH), se están volviendo a ver casos en chicos en edad escolar, principalmente adolescentes, que nacieron antes del 2005 y no llegaron la inmunización obligatoria.
“Están apareciendo algunos casos en grupos etarios que no venían apareciendo. No es que haya un brote. Pasa que la incorporación de la vacuna provocó un impacto muy grande”, explica a Clarín Jorge González, jefe del Servicio de Laboratorio Nacional de Referencia para Hepatitis Virales del Departamento de Virología del ANLIS “Carlos G. Malbrán”.
En el Hospital Cosme Argerich se reportaron dos casos en adolescentes en edad escolar que no estaban vacunados. “Tuvimos dos casos en el hospital. La hepatitis A estaba prácticamente desapareciendo y se están viendo de vuelta. Especialmente en chicos no vacunados, un poco mayores de 15 años, que no tienen inmunización. Si se da un caso, es porque tiene que haber otros dos o tres casos asintomáticos”, afirma el doctor Guillermo Tsartiksian, jefe de Hepatología del Argerich, que fue quien reportó los casos. “Sería bueno –agrega el especialista- que se hiciera una campaña para inmunizar a estos chicos que todavía están en la escuela y que nacieron antes de 2005. Los chicos que tienen hasta 13 años están vacunados. Los de 14 para arriba, no”.
La hepatitis A suele ser una enfermedad benigna que se manifiesta con fiebre, malestar general, falta de apetito, náuseas, dolor abdominal, color amarillo en la piel y mucosas e hígado agrandado. Sin embargo, puede evolucionar a un estado agudo derivando en una hepatitis fulminante que requiere trasplante. La forma más frecuente de contagio es por la vía orofecal.
“No deberíamos estar ante este retroceso, pero nos da la pauta de que las campañas de concientización deben ser constantes, tanto en lo que respecta a prevención a través de la vacunación, como con medidas concretas que debe tomar cada persona para evitar el contagio. Ciertamente, el daño que pueden ocasionar estas enfermedades es severo, pero contamos con armas muy contundentes para evitarlo”, afirmaron desde la SAGE.
“Observamos un relajamiento en los controles, una cosa es que se dé un caso en un adulto que no se testeó y no se vacunó, que es algo que puede encontrarse con cierta frecuencia, pero llaman la atención los casos en edad escolar”, indicó a Clarín Beatriz Ameigeiras, médica hepatóloga, presidente de la AAEEH.
En cuanto a la hepatitis B, en el país el 45% de los casos de hepatitis fulminante que requieren trasplante son por este virus. Según datos del INCUCAI, en 2017 se realizaron en el país 29 trasplantes por hepatitis fulminante. Se estima que en Argentina hay unas 150.000 personas portadoras del virus VHB y 3 de cada 10 requerirán trasplante de hígado si no se las detecta y trata a tiempo. Es grave, por lo que los especialistas se muestran sorprendidos de estar viendo casos nuevos de una enfermedad que es prevenible por vacunación.
«En Argentina, la vacuna contra la hepatitis B se aplica desde 2000 en neonatos, por calendario. En 2012 se incorporó para adultos, por lo que es una vacuna que se ofrece gratuitamente en los hospitales sin necesidad de indicación médica. El problema es que el grupo más difícil de vacunar son los adultos, entonces es muy baja la tasa de cobertura», indica González.
“Una de las explicaciones para lo que sucede con la hepatitis B -sostiene Ameigeiras- es que se han relajado los cuidados en las relaciones sexuales. Y los adultos no se vacunan, muchas veces porque no están informados que hay una vacuna y que es accesible”.
La hepatitis B tiene una vía de contagio similar a la del VIH. Los principales factores de riesgo para contraer este virus es tener madre y hermanos VHB-positivos, el uso inadecuado de procedimientos médicos, comportamiento sexual de riesgo, uso de drogas inyectables, hemodiálisis, transfusiones sin el debido control (aunque actualmente es obligatorio testearlo), piercings y tatuajes sin la correcta esterilización y ser VIH-positivo, entre otros. (Clarín).