Un paso necesario hacia la preservación de Marisol y el Río Quequén Salado

El pasado viernes 23 de mayo, Marisol fue sede de un encuentro que marca el inicio de un trabajo que lleva más de veinte años postergado, pero que resulta necesario para cuidar y ordenar el uso de sus recursos naturales y turísticos.
En el único balneario del distrito se llevó a cabo el primer taller para la elaboración del Plan de Manejo del Paisaje Protegido de Marisol y el Río Quequén Salado, una deuda pendiente desde que el área fuera declarada como tal en 2001.
La bióloga dorreguense Alejandra Yezzi, de la Universidad Nacional del Sur (UNS), quien coordinaba el proyecto junto a su colega Ana Nebbia, compartió con entusiasmo los resultados de esta primera reunión. “Nos fuimos con mucho positivismo”, expresó a La Voz del Pueblo la investigadora para destacar la buena participación de la comunidad local.
El taller, convocado por la municipalidad de Coronel Dorrego en colaboración con la UNS, reunió a diversos actores como vecinos, prestadores de servicios turísticos, instituciones y especialistas de distintas disciplinas. “La gente realmente se sumó, y eso muestra el interés que tienen por su lugar”, señaló la bióloga a este diario.
¿Qué quieren proteger?
Yezzi explicó que el objetivo principal de este primer encuentro fue poner sobre la mesa las preocupaciones de todos los involucrados. La pregunta disparadora fue: “¿Qué quieren proteger de Marisol y el Río Quequén Salado?”.
Las respuestas abarcaron temas como la preservación del primer cordón medanoso, el cuidado del estuario y la importancia de la educación ambiental.
Un aspecto crucial que quedó claro durante la reunión es que el Plan de Manejo no busca prohibir el uso del área, sino armonizarlo con su cuidado. “Es como buscar una mirada integral entre la sociedad y la naturaleza, hacer un uso responsable”, aclaró Yezzi también para disipar dudas o temores sobre posibles restricciones excesivas.
La bióloga destacó la formación de dos grupos clave para el desarrollo del plan. Uno de ellos compuesto por miembros de la comunidad local, portadores de conocimientos y experiencias sobre el territorio, y el restante integrado por técnicos especialistas en diversas áreas como geología, geografía, arqueología, paleontología y biología, quienes colaboran ad honorem en el proyecto.
Proyectos urbanísticos
En cuanto al futuro desarrollo de Marisol, Yezzi enfatizó que cualquier proyecto urbanístico deberá enmarcarse en el Plan de Manejo una vez que esté aprobado.
“El resultado final será una zonificación de áreas de diferente valor de conservación y uso”, explicó, agregando que el plan definirá qué se puede hacer y cómo, en cada zona.La experta también abordó la cuestión –por si los hubiera- de los lotes ya vendidos cerca de la primera línea de médanos. En estos casos explicó que el plan determinará las posibilidades y limitaciones para construir en esas áreas, buscando siempre minimizar el impacto en el ecosistema costero.
Todos con voz y voto
Mirando hacia adelante, Yezzi informó que el próximo paso será la formación de grupos de trabajo, integrados tanto por técnicos como por miembros de la comunidad local, que abordarán los diferentes objetivos surgidos del taller.
La meta es tener el documento final listo para fin de año, para luego elevarlo al ministerio de Ambiente de la provincia de Buenos Aires para su aprobación.
La bióloga concluyó resaltando la importancia de este proceso participativo al valorar que “todas las partes tienen voz y voto”.
El Plan de Manejo, una vez aprobado, se convertirá en una herramienta crucial para regular el desarrollo y la conservación de Marisol y el Río Quequén Salado, equilibrando las necesidades de crecimiento turístico con la preservación del valioso ecosistema costero. (La Voz del Pueblo). (03-06-25).